/ viernes 12 de julio de 2019

Reseña de una presentación literaria

Fue un éxito Doroteo;

se vendieron “hartos” libros;

brilló cual lucidos vidrios,

asegún” como lo veo.


Antes de titular este artículo, estuve reflexionando si lo denominaba: “Vendo libros” o “Reseña de una presentación literaria”. Escogí la menos comercial “arbano”, para no verme mercantilista. Y déjenme solazarme dándoles el dato: El Depto. Editorial de la UACh editó del libro “El Güero Doroteo Arango, los años desconocidos de Francisco Villa”… la cantidad de 500 ejemplares en esta primera edición, entregándome la cuota de autor –el 10%- o sea, cincuenta libros. Conservando para sí cien libros cuyo fin primario no es comercializarlos, sino acudir a ferias literarias e intercambios culturales, con muestras de ellos; restando 350 libros que la UACh vende al autor a precio de costo, pues su objetivo principal es la promoción cultural y el apoyo a los creadores. Fui, endeudándome, el primer escritor en comprar toda la producción, desde mi primer libro en la UACh.

Así, teniendo 400 libros en mi poder, dimos lugar a su presentación oficial, en el Teatro de Cámara Fernando Saavedra, el miércoles 3 de julio próximo pasado, logrando llenar el teatro con capacidad para 300 personas y vendiendo 115 ejemplares esa noche, que sumados a algunas preventas y otras ventas posteriores a la presentación, suman para cuando esto escribo –sábado 6 de julio- a escasos tres días de la presentación… 200 libros repartidos; quedándome para venta sólo… 200 libros -primera edición- por ello “vendo libros”; directo con autor… al teléfono celular 614-198-39-41 -precio menor- y en las librerías La Prensa, con exclusividad de distribución y con precio justo; pero desde luego comercial. Confío en pronto agotar la edición, pues tengo invitación a presentar la obra en las Jornadas Villistas de Parral, el día 12 de este mes, y en el Museo de Francisco Villa, en la ciudad de Durango, el día 25, también de este mes. Lo que me preocupa es, como decía el niño del cuento… “y luego qué vendo”.

En la ceremonia lucieron los presentadores… Prof. Rubén Beltrán Acosta y el Ing. Amador Fierro Murga; lució el público; el cuarteto de cuerdas clásico; el vino de honor, y los bocadillos; sólo faltó el C. Rector de la UACh, Luis A. Fierro Ramírez, quien se encontraba fuera de la ciudad. Y por tal motivo, él no lució. Ni hablar, no se puede todo.

Me faltaron muchos invitados amigos, que habían prometido comprarme no uno, sino muchos libros, y apoyarme con su presencia; por alguna causa mayor no asistieron; o porque de plano son “puro jarabe de pico”; sí para eso me gustaban.

Ha habido muy buenos comentarios de los lectores sobre el libro; ¡uy!, cantidad de “eulogios”, ni se imaginan; no se queden sin su ejemplar, o no dejen a su familiar o amigo sin regalarle un libro de su tema favorito; “no sean piedras, compren un libro o más, no se van a arrepentir”.

¡Ah!, se me olvidaba comentar para mis lectores… para lograr un libro se requiere imaginarlo; escribirlo; digitalizarlo; corregirlo cien veces; editarlo o conseguir quién lo haga; pagarlo todo o en partes; gastar en presentarlo, autografiarlo, gastar en promoverlo para su venta; y lo más difícil, aunque usted no lo crea… cargar las cajas llenas de libros, para sólo moverlos un mínimo, o trasladarlos a un segundo piso, cuando no hay un hijo o un nieto a la mano, que por lo general, casi nunca están a la mano, por sus ocupaciones; resulta abrumador cargarlos, pero es más abrumador aún, no venderlos. Así de ingrata es la vida del escritor; y si logra venderlos todos, apenas se recupera la inversión, con un modesto margen de ganancia. Se requiere un “best seller” para vivir de un libro, y con este yo pretendo lograrlo, sólo que estoy al principio del camino; hay que seguirle invirtiendo, y los lectores apoyando. No le salga usted a ningún autor con que… “regálame un libro”, aunque sea muy su amigo, haga conciencia; apóyelo comprando uno o más libros. Por favor, no se evidencie como un “pseudo amigo colgado”; su apoyo es fundamental. Y te lo digo “Juan” para que lo entiendas “Bertha”. ¡Méndigos aprovechados!


Fue un éxito Doroteo;

se vendieron “hartos” libros;

brilló cual lucidos vidrios,

asegún” como lo veo.


Antes de titular este artículo, estuve reflexionando si lo denominaba: “Vendo libros” o “Reseña de una presentación literaria”. Escogí la menos comercial “arbano”, para no verme mercantilista. Y déjenme solazarme dándoles el dato: El Depto. Editorial de la UACh editó del libro “El Güero Doroteo Arango, los años desconocidos de Francisco Villa”… la cantidad de 500 ejemplares en esta primera edición, entregándome la cuota de autor –el 10%- o sea, cincuenta libros. Conservando para sí cien libros cuyo fin primario no es comercializarlos, sino acudir a ferias literarias e intercambios culturales, con muestras de ellos; restando 350 libros que la UACh vende al autor a precio de costo, pues su objetivo principal es la promoción cultural y el apoyo a los creadores. Fui, endeudándome, el primer escritor en comprar toda la producción, desde mi primer libro en la UACh.

Así, teniendo 400 libros en mi poder, dimos lugar a su presentación oficial, en el Teatro de Cámara Fernando Saavedra, el miércoles 3 de julio próximo pasado, logrando llenar el teatro con capacidad para 300 personas y vendiendo 115 ejemplares esa noche, que sumados a algunas preventas y otras ventas posteriores a la presentación, suman para cuando esto escribo –sábado 6 de julio- a escasos tres días de la presentación… 200 libros repartidos; quedándome para venta sólo… 200 libros -primera edición- por ello “vendo libros”; directo con autor… al teléfono celular 614-198-39-41 -precio menor- y en las librerías La Prensa, con exclusividad de distribución y con precio justo; pero desde luego comercial. Confío en pronto agotar la edición, pues tengo invitación a presentar la obra en las Jornadas Villistas de Parral, el día 12 de este mes, y en el Museo de Francisco Villa, en la ciudad de Durango, el día 25, también de este mes. Lo que me preocupa es, como decía el niño del cuento… “y luego qué vendo”.

En la ceremonia lucieron los presentadores… Prof. Rubén Beltrán Acosta y el Ing. Amador Fierro Murga; lució el público; el cuarteto de cuerdas clásico; el vino de honor, y los bocadillos; sólo faltó el C. Rector de la UACh, Luis A. Fierro Ramírez, quien se encontraba fuera de la ciudad. Y por tal motivo, él no lució. Ni hablar, no se puede todo.

Me faltaron muchos invitados amigos, que habían prometido comprarme no uno, sino muchos libros, y apoyarme con su presencia; por alguna causa mayor no asistieron; o porque de plano son “puro jarabe de pico”; sí para eso me gustaban.

Ha habido muy buenos comentarios de los lectores sobre el libro; ¡uy!, cantidad de “eulogios”, ni se imaginan; no se queden sin su ejemplar, o no dejen a su familiar o amigo sin regalarle un libro de su tema favorito; “no sean piedras, compren un libro o más, no se van a arrepentir”.

¡Ah!, se me olvidaba comentar para mis lectores… para lograr un libro se requiere imaginarlo; escribirlo; digitalizarlo; corregirlo cien veces; editarlo o conseguir quién lo haga; pagarlo todo o en partes; gastar en presentarlo, autografiarlo, gastar en promoverlo para su venta; y lo más difícil, aunque usted no lo crea… cargar las cajas llenas de libros, para sólo moverlos un mínimo, o trasladarlos a un segundo piso, cuando no hay un hijo o un nieto a la mano, que por lo general, casi nunca están a la mano, por sus ocupaciones; resulta abrumador cargarlos, pero es más abrumador aún, no venderlos. Así de ingrata es la vida del escritor; y si logra venderlos todos, apenas se recupera la inversión, con un modesto margen de ganancia. Se requiere un “best seller” para vivir de un libro, y con este yo pretendo lograrlo, sólo que estoy al principio del camino; hay que seguirle invirtiendo, y los lectores apoyando. No le salga usted a ningún autor con que… “regálame un libro”, aunque sea muy su amigo, haga conciencia; apóyelo comprando uno o más libros. Por favor, no se evidencie como un “pseudo amigo colgado”; su apoyo es fundamental. Y te lo digo “Juan” para que lo entiendas “Bertha”. ¡Méndigos aprovechados!