/ martes 17 de julio de 2018

Respeten las leyes

A lo largo de la historia los hombres que vivían –y viven- en distintas comunidades y culturas, de diferentes formas y maneras según sus costumbres, han creado leyes para poder convivir, progresar, dirimir conflictos y buscar el bien común.

Un corrido de esos que aluden a ciertos hombres que luchan contra los abusos y atropellos que ejercen los malvados en contra del pueblo, y se desviven por la justicia y el derecho, y que han dado vida a tales personajes –reales o de ficción- en la pantalla grande, anota en una de sus líneas: respeten las leyes y vivan tranquilos. Ese señalamiento hace referencia a que el brincarse las leyes establecidas, leyes hechas para vivir en armonía, rompe con la convivencia y la seguridad, y acarrea violencia, destrucción, enfrentamientos y no pocas veces muerte.

Otro corrido expresa que equis personaje viene ajustando cuentas y quienes han cometido faltas pueden ponerse a temblar. Aquí toca un punto que en nuestra actualidad es necesario ejercer: el ajuste de cuentas, no tanto como venganza o como justicia por propia mano, sino en apego irrestricto a las leyes vigentes. Si se ejerciera ese ajuste de cuentas otro gallo nos cantara, pues la corrupción y la impunidad no sentarían sus reales.

El respeto a las leyes, que están diseñadas para el bien de los ciudadanos, es básico para lograr que imperen la verdad y la justicia, y que la paz reine en la sociedad. Sin embargo, en nuestra realidad, son muchos quienes no respetan las leyes o viven al filo de la navaja, quienes en lo poco o en lo mucho violan tales o cuales leyes o preceptos legales que, insistimos, se han efectuado para bien de los ciudadanos. A veces se hace no tanto por engaño, por querer burlar tal o cual mandato, sino por indiferencia, descuido o por no darle importancia, como el no seguir las indicaciones viales, evadir impuestos, alterar documentos…, u otras cosas que parecen pequeñas pero no lo son.

Por otra parte, por desgracia, no todas las leyes se efectúan pensando en el bien común. Algunas –muy pocas- se realizan por los legisladores pensando en determinadas posturas o buscando ciertas ventajas. En tales casos habrá que dilucidar si es válido su cumplimiento. Mas en general hay que cumplir y respetar las leyes, por el bien de todos. ¿Lo ven?




A lo largo de la historia los hombres que vivían –y viven- en distintas comunidades y culturas, de diferentes formas y maneras según sus costumbres, han creado leyes para poder convivir, progresar, dirimir conflictos y buscar el bien común.

Un corrido de esos que aluden a ciertos hombres que luchan contra los abusos y atropellos que ejercen los malvados en contra del pueblo, y se desviven por la justicia y el derecho, y que han dado vida a tales personajes –reales o de ficción- en la pantalla grande, anota en una de sus líneas: respeten las leyes y vivan tranquilos. Ese señalamiento hace referencia a que el brincarse las leyes establecidas, leyes hechas para vivir en armonía, rompe con la convivencia y la seguridad, y acarrea violencia, destrucción, enfrentamientos y no pocas veces muerte.

Otro corrido expresa que equis personaje viene ajustando cuentas y quienes han cometido faltas pueden ponerse a temblar. Aquí toca un punto que en nuestra actualidad es necesario ejercer: el ajuste de cuentas, no tanto como venganza o como justicia por propia mano, sino en apego irrestricto a las leyes vigentes. Si se ejerciera ese ajuste de cuentas otro gallo nos cantara, pues la corrupción y la impunidad no sentarían sus reales.

El respeto a las leyes, que están diseñadas para el bien de los ciudadanos, es básico para lograr que imperen la verdad y la justicia, y que la paz reine en la sociedad. Sin embargo, en nuestra realidad, son muchos quienes no respetan las leyes o viven al filo de la navaja, quienes en lo poco o en lo mucho violan tales o cuales leyes o preceptos legales que, insistimos, se han efectuado para bien de los ciudadanos. A veces se hace no tanto por engaño, por querer burlar tal o cual mandato, sino por indiferencia, descuido o por no darle importancia, como el no seguir las indicaciones viales, evadir impuestos, alterar documentos…, u otras cosas que parecen pequeñas pero no lo son.

Por otra parte, por desgracia, no todas las leyes se efectúan pensando en el bien común. Algunas –muy pocas- se realizan por los legisladores pensando en determinadas posturas o buscando ciertas ventajas. En tales casos habrá que dilucidar si es válido su cumplimiento. Mas en general hay que cumplir y respetar las leyes, por el bien de todos. ¿Lo ven?