/ jueves 21 de febrero de 2019

Rompiendo la rutina

Apuntes de historia norteamericana



Jorge Soley en su “Historia de los Estados Unidos como jamás te la habían contado” toca temáticas que fácilmente se confunden con las historias comerciales de entretenimiento, pero que resultan ser inspiradas en historias reales. Tenemos al personaje de Pocahontas, hija del jefe de los indios powhatans, casada luego con el cultivador de tabaco John Rolfe, quien la llevó a Inglaterra, pero que por desgracia, murió en 1617. Pero los españoles llevaban más de un siglo en territorios de los Estados Unidos, antes de la colonización inglesa, ya desde 1513 en la península de Florida.

En otro lugar ya se ha comentado que el primer día de Acción de Gracias fue hispano y se celebró en la fiesta del nacimiento de la Virgen María, el 8 de septiembre de 1598, por Juan de Oñate en agradecimiento a Dios de que la expedición marchaba bien. En la celebración se hizo la primera interpretación teatral en América del Norte, obra de Marcos Farfán. Pero sería una mujer, sor María de Ágreda, la primera misionera de los indios de Nuevo México, según Memorial de Benavides en 1630, origen del hermanamiento de este estado con la ciudad de Ágreda en el 2008.

Y fue precisamente el padre de California, fray Junípero Serra, quien organizaría una colecta para los colonos norteamericanos en su guerra de independencia enviada a su general George Washington. Luego de la expulsión de diversas órdenes religiosas, el sistema de colonización cambiaría al esquema de rancho para explotaciones ganaderas. Aquí surgiría en 1787, con el gobernador de Texas, Martínez Pacheco, el primer rodeo de la historia. No es redundar que las famosas vacas longhorn, características de Texas, son también legado español del Guadalquivir.

Anthony Johnson llegó a ser un rico colono, uno de los primeros propietarios de esclavos en Norteamérica, y era negro, procedente de Angola, hacia 1621, y por lo que se sabe, bastante cruel. Cada una de las primeras colonias de Norteamérica tenía su religión oficial: New Hampshire, Massachusetts y Connecticut eran calvinistas, Rhode Island baptista, Nueva York y Nueva Jersey reformadas holandesas, Delaware luterana, Pensilvania cuáquera, Maryland católica y Virginia, las dos Carolinas y Georgia anglicanas (episcopales). Cuius regio, eius religio… también en América.

Patrick Henry, abogado que criticaría las medidas impositivas del rey previas a la revolución de las colonias inglesas, diría: “El rey, de ser el padre del pueblo, se ha convertido en tirano y pierde todo derecho de obediencia por parte de sus súbditos”, tal y como el jesuita Francisco Suárez afirmaba, que la autoridad civil emanaba de Dios por la naturaleza del pacto social de los hombres que decidían quién debía mandar, o ya antes, con el español san Isidoro de Sevilla (560-636) que dice: “Serás rey, si obras rectamente; si no obras rectamente, ¡no lo serás!”, tan válido hoy, como antes.

La bandera, bautizada como Grand Union, con referencias a la bandera británica, fue la que llevó George Washington al cruzar el río Delaware, y no la de barras y estrellas que aparece en la mayoría de cuadros que inmortalizan el momento, fieles todavía al ideal de un Imperio británico unido.

agusperezr@hotmail.com

Apuntes de historia norteamericana



Jorge Soley en su “Historia de los Estados Unidos como jamás te la habían contado” toca temáticas que fácilmente se confunden con las historias comerciales de entretenimiento, pero que resultan ser inspiradas en historias reales. Tenemos al personaje de Pocahontas, hija del jefe de los indios powhatans, casada luego con el cultivador de tabaco John Rolfe, quien la llevó a Inglaterra, pero que por desgracia, murió en 1617. Pero los españoles llevaban más de un siglo en territorios de los Estados Unidos, antes de la colonización inglesa, ya desde 1513 en la península de Florida.

En otro lugar ya se ha comentado que el primer día de Acción de Gracias fue hispano y se celebró en la fiesta del nacimiento de la Virgen María, el 8 de septiembre de 1598, por Juan de Oñate en agradecimiento a Dios de que la expedición marchaba bien. En la celebración se hizo la primera interpretación teatral en América del Norte, obra de Marcos Farfán. Pero sería una mujer, sor María de Ágreda, la primera misionera de los indios de Nuevo México, según Memorial de Benavides en 1630, origen del hermanamiento de este estado con la ciudad de Ágreda en el 2008.

Y fue precisamente el padre de California, fray Junípero Serra, quien organizaría una colecta para los colonos norteamericanos en su guerra de independencia enviada a su general George Washington. Luego de la expulsión de diversas órdenes religiosas, el sistema de colonización cambiaría al esquema de rancho para explotaciones ganaderas. Aquí surgiría en 1787, con el gobernador de Texas, Martínez Pacheco, el primer rodeo de la historia. No es redundar que las famosas vacas longhorn, características de Texas, son también legado español del Guadalquivir.

Anthony Johnson llegó a ser un rico colono, uno de los primeros propietarios de esclavos en Norteamérica, y era negro, procedente de Angola, hacia 1621, y por lo que se sabe, bastante cruel. Cada una de las primeras colonias de Norteamérica tenía su religión oficial: New Hampshire, Massachusetts y Connecticut eran calvinistas, Rhode Island baptista, Nueva York y Nueva Jersey reformadas holandesas, Delaware luterana, Pensilvania cuáquera, Maryland católica y Virginia, las dos Carolinas y Georgia anglicanas (episcopales). Cuius regio, eius religio… también en América.

Patrick Henry, abogado que criticaría las medidas impositivas del rey previas a la revolución de las colonias inglesas, diría: “El rey, de ser el padre del pueblo, se ha convertido en tirano y pierde todo derecho de obediencia por parte de sus súbditos”, tal y como el jesuita Francisco Suárez afirmaba, que la autoridad civil emanaba de Dios por la naturaleza del pacto social de los hombres que decidían quién debía mandar, o ya antes, con el español san Isidoro de Sevilla (560-636) que dice: “Serás rey, si obras rectamente; si no obras rectamente, ¡no lo serás!”, tan válido hoy, como antes.

La bandera, bautizada como Grand Union, con referencias a la bandera británica, fue la que llevó George Washington al cruzar el río Delaware, y no la de barras y estrellas que aparece en la mayoría de cuadros que inmortalizan el momento, fieles todavía al ideal de un Imperio británico unido.

agusperezr@hotmail.com