/ miércoles 15 de septiembre de 2021

Rumania: La libertad corroe hasta al comunismo

Por: Miguel A. Cervantes

Con la colaboración de Víctor H. Becerra

Ahora quisiéramos hablar de Rumania, que ocupa el lugar 23 en el Índice de Libertad Económica del Fraser Institute, entre los 162 países que analiza dicho índice, con un puntaje de 7.83/10. En una perspectiva internacional, con dicho puntaje se encuentra entre Chipre y Holanda. Esto es un gran avance, si consideramos que en 1990, hacia el final de la época comunista, el puntaje era de 4.49/10.

La historia de Rumania es profunda y extensa: fue una provincia romana llamada Dacia, conquistada por el emperador Trajano (que gobernó Roma del año 98 al 117 de nuestra era). Incluso, el nombre de Rumania deriva del latín romanus ("romano" en español), que acabó por designar a la parte oriental del Imperio romano.

Para lo que a nosotros interesa, el tema de la libertad económica en los últimos años, debemos dar un salto en la historia y sólo decir que Rumania fue ocupada por la Unión Soviética y dominada con mano de hierro desde 1947 y hasta diciembre de 1989, cuando el régimen comunista cae en medio de una revuelta popular, la llamada Revolución Rumana de 1989.

A partir de 1990 vino un duro período de reforma económica, desde una economía completamente dirigida y nacionalizada por el Estado, a una de libre mercado, en paralelo con su tránsito a una democracia representativa de tipo occidental. Las reformas de libre mercado comenzaron a rendir fruto relativamente pronto, encabezadas por la privatización de amplios sectores económicos: En 2004 ingresó a la OTAN como un reconocimiento a su nueva estabilidad, y en 2007 ingresó como miembro pleno a la Unión Europea, lo que le permitió diversificar sus exportaciones, y atraer más inversión. En 2010 ya fue considerado un país de altos ingresos, con un alto índice de desarrollo humano.

Entre las mejoras destaca la reducción de inversión de empresas paraestatales como porcentaje de la inversión total, ya que durante el comunismo toda industria estaba estatizada, y la tenencia de la tierra estaba igualmente estatizada. Hoy en día la inversión de empresas paraestatales es del 12.44 por ciento de la inversión total, uno de los más bajos en los países desarrollados. Rumania no tiene empresa petrolera de Estado, y permite la inversión extranjera en el petróleo y el gas.

Rumania ha tomado decisiones valientes. En el 2000, el ISR personal era de 40 por ciento; hoy en día es del 10 por ciento, más bajo incluso que Suiza.

Rumania hoy en día pertenece a la Unión Europea, lo que le permite que sus productos entren libres de aranceles en los 27 países de la Unión Europea. En este rubro Rumania ha hecho un gran salto, ya que en tiempos del comunismo era una economía cerrada a la inversión extranjera, y había poco comercio con el exterior.

En regulaciones empresariales lanzar una empresa no toma muchos días ni requiere mucha documentación, y el costo es muy bajo. Pagar impuestos no toma muchas horas.

De cualquier manera, por hoy, Rumania es uno de los ejemplos exitosos del tránsito de una economía comunista anquilosada, a una economía capitalista ágil, moderna y de creciente bienestar.


Por: Miguel A. Cervantes

Con la colaboración de Víctor H. Becerra

Ahora quisiéramos hablar de Rumania, que ocupa el lugar 23 en el Índice de Libertad Económica del Fraser Institute, entre los 162 países que analiza dicho índice, con un puntaje de 7.83/10. En una perspectiva internacional, con dicho puntaje se encuentra entre Chipre y Holanda. Esto es un gran avance, si consideramos que en 1990, hacia el final de la época comunista, el puntaje era de 4.49/10.

La historia de Rumania es profunda y extensa: fue una provincia romana llamada Dacia, conquistada por el emperador Trajano (que gobernó Roma del año 98 al 117 de nuestra era). Incluso, el nombre de Rumania deriva del latín romanus ("romano" en español), que acabó por designar a la parte oriental del Imperio romano.

Para lo que a nosotros interesa, el tema de la libertad económica en los últimos años, debemos dar un salto en la historia y sólo decir que Rumania fue ocupada por la Unión Soviética y dominada con mano de hierro desde 1947 y hasta diciembre de 1989, cuando el régimen comunista cae en medio de una revuelta popular, la llamada Revolución Rumana de 1989.

A partir de 1990 vino un duro período de reforma económica, desde una economía completamente dirigida y nacionalizada por el Estado, a una de libre mercado, en paralelo con su tránsito a una democracia representativa de tipo occidental. Las reformas de libre mercado comenzaron a rendir fruto relativamente pronto, encabezadas por la privatización de amplios sectores económicos: En 2004 ingresó a la OTAN como un reconocimiento a su nueva estabilidad, y en 2007 ingresó como miembro pleno a la Unión Europea, lo que le permitió diversificar sus exportaciones, y atraer más inversión. En 2010 ya fue considerado un país de altos ingresos, con un alto índice de desarrollo humano.

Entre las mejoras destaca la reducción de inversión de empresas paraestatales como porcentaje de la inversión total, ya que durante el comunismo toda industria estaba estatizada, y la tenencia de la tierra estaba igualmente estatizada. Hoy en día la inversión de empresas paraestatales es del 12.44 por ciento de la inversión total, uno de los más bajos en los países desarrollados. Rumania no tiene empresa petrolera de Estado, y permite la inversión extranjera en el petróleo y el gas.

Rumania ha tomado decisiones valientes. En el 2000, el ISR personal era de 40 por ciento; hoy en día es del 10 por ciento, más bajo incluso que Suiza.

Rumania hoy en día pertenece a la Unión Europea, lo que le permite que sus productos entren libres de aranceles en los 27 países de la Unión Europea. En este rubro Rumania ha hecho un gran salto, ya que en tiempos del comunismo era una economía cerrada a la inversión extranjera, y había poco comercio con el exterior.

En regulaciones empresariales lanzar una empresa no toma muchos días ni requiere mucha documentación, y el costo es muy bajo. Pagar impuestos no toma muchas horas.

De cualquier manera, por hoy, Rumania es uno de los ejemplos exitosos del tránsito de una economía comunista anquilosada, a una economía capitalista ágil, moderna y de creciente bienestar.