/ jueves 23 de julio de 2020

Rutina por intervalos

¿Una rutina que engañe al cuerpo, que consuma, primero, azúcares y posteriormente, grasas, y que esto sea posible sin agotar al cuerpo? Escuchar esto parece una novedad, casi un producto de la moda. Pero tiene nombre y se llama Entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT), que alterna periodos de actividad de alta intensidad con otros de mediana intensidad. Todo lo contrario a la idea, comúnmente aceptada, de que con sólo correr se fortalece el corazón, y que ha podido llevar a muchos maratonistas, sin un guía médico, a la degeneración coronaria o daño cardiaco.

Quizá, el hecho de que el primer maratonista oficial, Filípides, se desplomara muerto tras correr los 42 kilómetros que separan Maratón de Atenas, nos debería hacer reflexionar sobre la sensatez de esta práctica tan común. La ventaja del Entrenamiento por intervalos es que, al realizarlo, trabajas tanto el aspecto anaeróbico como el aeróbico. Con el trabajo de alta intensidad el sistema anaeróbico se sirve de la energía almacenada en tus músculos (que utilizan principalmente glucógeno o carbohidrato), y no del oxígeno, antes de regresar a su punto de equilibrio.

Al cambiar al intervalo de baja intensidad se activa la fase del sistema aeróbico, donde el cuerpo recarga las reservas de energía (principalmente fosfocreatina y glucógeno), y empieza a consumir la energía de la grasa para llevar a cabo todas las actividades de recuperación. Recordemos que el cuerpo se hace más fuerte mientras te recuperas, no durante el entrenamiento. El entrenamiento HIIT puede incluir actividades al aire libre como correr, ir en bicicleta, el uso de cintas de correr o bicicletas estáticas, que pueden llevar a quemar más calorías que los entrenamientos tradicionales.

Pero debemos tener en cuenta que el ejercicio de alta intensidad de cualquier tipo conlleva un mayor riesgo de lesión musculoesquelética, por lo que es recomendable un calentamiento previo y evitar movimientos de alto impacto que dañen articulaciones o cadera a causa del sobrepeso. Fuera de esto, está demostrado que este tipo de entrenamiento mejora la presión sanguínea, la salud cardiovascular, perfiles de colesterol y ayuda a controlar los niveles de glucemia. Tal vez, con esta práctica unida al régimen de ayuno del Swicht dietético, no todo dependa del ejercicio físico intenso.

Pero, en todo momento, nunca será mala idea estar bajo la supervisión de un experto en las ciencias del deporte, especialmente cuando estemos afanados en lograr resultados a muy corto plazo y que, precisamente, el sudor y la fatiga no hayan reportado los resultados deseados en estos tiempos de confinamiento a causa del Covid-19.

agusperezr@hotmail.com


¿Una rutina que engañe al cuerpo, que consuma, primero, azúcares y posteriormente, grasas, y que esto sea posible sin agotar al cuerpo? Escuchar esto parece una novedad, casi un producto de la moda. Pero tiene nombre y se llama Entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT), que alterna periodos de actividad de alta intensidad con otros de mediana intensidad. Todo lo contrario a la idea, comúnmente aceptada, de que con sólo correr se fortalece el corazón, y que ha podido llevar a muchos maratonistas, sin un guía médico, a la degeneración coronaria o daño cardiaco.

Quizá, el hecho de que el primer maratonista oficial, Filípides, se desplomara muerto tras correr los 42 kilómetros que separan Maratón de Atenas, nos debería hacer reflexionar sobre la sensatez de esta práctica tan común. La ventaja del Entrenamiento por intervalos es que, al realizarlo, trabajas tanto el aspecto anaeróbico como el aeróbico. Con el trabajo de alta intensidad el sistema anaeróbico se sirve de la energía almacenada en tus músculos (que utilizan principalmente glucógeno o carbohidrato), y no del oxígeno, antes de regresar a su punto de equilibrio.

Al cambiar al intervalo de baja intensidad se activa la fase del sistema aeróbico, donde el cuerpo recarga las reservas de energía (principalmente fosfocreatina y glucógeno), y empieza a consumir la energía de la grasa para llevar a cabo todas las actividades de recuperación. Recordemos que el cuerpo se hace más fuerte mientras te recuperas, no durante el entrenamiento. El entrenamiento HIIT puede incluir actividades al aire libre como correr, ir en bicicleta, el uso de cintas de correr o bicicletas estáticas, que pueden llevar a quemar más calorías que los entrenamientos tradicionales.

Pero debemos tener en cuenta que el ejercicio de alta intensidad de cualquier tipo conlleva un mayor riesgo de lesión musculoesquelética, por lo que es recomendable un calentamiento previo y evitar movimientos de alto impacto que dañen articulaciones o cadera a causa del sobrepeso. Fuera de esto, está demostrado que este tipo de entrenamiento mejora la presión sanguínea, la salud cardiovascular, perfiles de colesterol y ayuda a controlar los niveles de glucemia. Tal vez, con esta práctica unida al régimen de ayuno del Swicht dietético, no todo dependa del ejercicio físico intenso.

Pero, en todo momento, nunca será mala idea estar bajo la supervisión de un experto en las ciencias del deporte, especialmente cuando estemos afanados en lograr resultados a muy corto plazo y que, precisamente, el sudor y la fatiga no hayan reportado los resultados deseados en estos tiempos de confinamiento a causa del Covid-19.

agusperezr@hotmail.com