Por: Juan Ramón Camacho Rodríguez
Conocer es poder. Ante una pandemia (como ya se ha probado), la herramienta más valiosa con que puede -y debe- contar la sociedad es la información. El conocimiento y su difusión eficiente son determinantes para la prevención y del combate de las enfermedades.
El 23 de julio pasado la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a la viruela del mono como una “emergencia de salud pública de importancia internacional”, el nivel de alerta mundial más alto. Es decir, la propagación es internacional y para contenerla se requiere coordinación internacional.
Según la información de la OMS, más de 16,000 casos de esta enfermedad se han registrado en 74 países, siendo la zona de Europa la más afectada. España es el país con más casos de viruela símica, con más de 3,000 casos. En segundo lugar aparece Estados Unidos, con poco más de 2,500 casos, y en tercer lugar Reino Unido, con poco más de 2,200 casos.
En Latinoamérica, Brasil registra 592 casos, Perú, 143 casos y México, 60 casos. Laurie Ann Ximénez-Fyvie, doctora en Ciencias Médicas con especialización en Microbiología, por la Universidad de Harvard, ha expresado públicamente, a través de sus redes sociales que la viruela símica debe ser una prioridad sanitaria para el gobierno de México.
En su hilo a través de Twitter del pasado 26 de julio a las 9:00 horas, la investigadora asegura que estamos a tiempo de contener la propagación, apuntando: “Ahora que en México hay pocos casos, sería fácil, poco costoso y altamente efectivo establecer cercos sanitarios estrictos para impedir que la enfermedad se propague en nuestro territorio”.
Para la OMS, las consecuencias de un descuido sobre la viruela del mono serían los brotes recurrentes en los diferentes países así como la aparición de variantes más peligrosas. Es esta la razón para la alerta internacional lanzada hace unos días.
Para contener la propagación de la enfermedad son necesarias la investigación y la información. Saber es poder, como ya se dijo. No es momento para desestimar la amenaza ni para desinformar a la sociedad, cuya salud debe ser considerada, efectivamente, como algo prioritario.
Como en cualquier misión que se emprende, el plan se construye con estrategias correctas para las metas deseadas. Es cuestión de racionalidad práctica, de decisiones y acciones ilustradas y sistémicas. Para esto se necesita saber e informar.
En la era del conocimiento y la información, ¿cómo darnos el lujo de navegar en el desconocimiento y la desinformación, como lamentablemente ha ocurrido? Esto es lo más irracional en nuestro mundo actual, que nos da muchas ventajas sobre el pasado para saber más e informar mejor.
La participación eficiente de la comunidad en la contención de la enfermedad depende de los conocimientos y la comunicación. Y si estamos a tiempo para contener la viruela del mono, los mexicanos necesitamos compartir (principalmente desde el gobierno) información confiable.
