/ jueves 31 de marzo de 2022

Santa Lucía o hay alguien aquí…

"El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe a dónde va"

Antoine de Saint-Exupéry Novelista y aviador (1900 – 1944)


Los aeropuertos son un mágico botón de muestra de los alcances en el desarrollo de cada país y a su vez ocupan el primer lugar de importancia en las actividades turísticas y de negocios, por lo que su infraestructura es clave para su reconocimiento internacional.

Es suficiente sentarse frente a una computadora y buscar en Google un indicador mundial denominado “Flightradar 24”, consistente en albergar en un sitio web gratuito datos de todo el mundo para mostrar vuelos en tiempo real en su área, de ahí que rastrea diariamente las 960 aerolíneas con sus 32,505 aviones en total 190 países y 8,675 aeropuertos por todo el mundo. Todos esos vuelos transportan personas y mercancías que plantados en la globalidad actual nos da una idea de la enorme importancia de los aeropuertos, que además conllevan la creación de fuentes de trabajo, generan actividad económica y revalorizan el entorno sociodemográfico.

Basado en ello, es posible consultar el telón de los 100 principales aeropuertos en el mundo, donde cualquiera pensaría que nuestro país considerada una de las 15 economías del mundo, con 126 millones de habitantes, tendría al menos un aeropuerto de clase mundial, pero resulta que ni siquiera el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México (AICM) se encuentra en el listado de los 100 mejores, como sí algunos africanos. Como prueba irrefutable han sido los informes de la Administración Federal de Aviación (Federal Aviation Administration, FAA) al indicar que el AICM perdió la categoría 1 en seguridad aeroportuaria.

Esa fue la sobrada razón de urgencia de construir el aeropuerto en Texcoco como funcional y moderno con una arquitectura espectacular, cuyo proyecto tendría un costo de 285 mil millones de pesos, pero con la llegada de la 4T (como todos sabemos) fue suspendida la obra denunciando el presidente AMLO la existencia de fraudes y corruptelas, pero sin castigar a nadie. La SCT calculó entonces que el costo por cancelar el proyecto sería de 113 mil millones de pesos, considerando la inversión ejecutada y el valor de la terminación anticipada de los contratos.

Para Carlos M. Urzua, ex funcionario de la 4T, el costo por cancelar el proyecto no únicamente sería económico, sino anclaba a México al pasado sin importar un prestigioso séptimo lugar mundial en turismo o que a partir de 1992 sea socio comercial con las potencias EU y Canadá, nada de ello, peor aún con la apertura del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles – AIFA- realizada por la Secretaría de la Defensa, no existirá ningún adelanto en esta materia en comunicación nacional o internacional.

Hoy “absolutamente” todos sabemos que Santa Lucía no reúne las expectativas requeridas en seguridad, planeación e imagen. Ese gran elefante blanco por desgracia a los pocos días de esa efusiva pompa en su inauguración se ha convertido en un sitio de mofa donde en un video un alma extraviada grita desesperada y sin consuelo … ¡Hay alguien aquí”.



"El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe a dónde va"

Antoine de Saint-Exupéry Novelista y aviador (1900 – 1944)


Los aeropuertos son un mágico botón de muestra de los alcances en el desarrollo de cada país y a su vez ocupan el primer lugar de importancia en las actividades turísticas y de negocios, por lo que su infraestructura es clave para su reconocimiento internacional.

Es suficiente sentarse frente a una computadora y buscar en Google un indicador mundial denominado “Flightradar 24”, consistente en albergar en un sitio web gratuito datos de todo el mundo para mostrar vuelos en tiempo real en su área, de ahí que rastrea diariamente las 960 aerolíneas con sus 32,505 aviones en total 190 países y 8,675 aeropuertos por todo el mundo. Todos esos vuelos transportan personas y mercancías que plantados en la globalidad actual nos da una idea de la enorme importancia de los aeropuertos, que además conllevan la creación de fuentes de trabajo, generan actividad económica y revalorizan el entorno sociodemográfico.

Basado en ello, es posible consultar el telón de los 100 principales aeropuertos en el mundo, donde cualquiera pensaría que nuestro país considerada una de las 15 economías del mundo, con 126 millones de habitantes, tendría al menos un aeropuerto de clase mundial, pero resulta que ni siquiera el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México (AICM) se encuentra en el listado de los 100 mejores, como sí algunos africanos. Como prueba irrefutable han sido los informes de la Administración Federal de Aviación (Federal Aviation Administration, FAA) al indicar que el AICM perdió la categoría 1 en seguridad aeroportuaria.

Esa fue la sobrada razón de urgencia de construir el aeropuerto en Texcoco como funcional y moderno con una arquitectura espectacular, cuyo proyecto tendría un costo de 285 mil millones de pesos, pero con la llegada de la 4T (como todos sabemos) fue suspendida la obra denunciando el presidente AMLO la existencia de fraudes y corruptelas, pero sin castigar a nadie. La SCT calculó entonces que el costo por cancelar el proyecto sería de 113 mil millones de pesos, considerando la inversión ejecutada y el valor de la terminación anticipada de los contratos.

Para Carlos M. Urzua, ex funcionario de la 4T, el costo por cancelar el proyecto no únicamente sería económico, sino anclaba a México al pasado sin importar un prestigioso séptimo lugar mundial en turismo o que a partir de 1992 sea socio comercial con las potencias EU y Canadá, nada de ello, peor aún con la apertura del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles – AIFA- realizada por la Secretaría de la Defensa, no existirá ningún adelanto en esta materia en comunicación nacional o internacional.

Hoy “absolutamente” todos sabemos que Santa Lucía no reúne las expectativas requeridas en seguridad, planeación e imagen. Ese gran elefante blanco por desgracia a los pocos días de esa efusiva pompa en su inauguración se ha convertido en un sitio de mofa donde en un video un alma extraviada grita desesperada y sin consuelo … ¡Hay alguien aquí”.