/ viernes 7 de septiembre de 2018

Se embolsaron la lana mal habida para las campañas

La Federación pudo no haberle medido bien el agua a los camotes al pretender liberar de bobito a Alejandro Gutiérrez G., denominado la Coneja, y quien está preso, pese al sobreseimiento de la misma PGR que prácticamente lo deja libre de la presunta aplicación de 250 millones de pesos a las campañas del PRI en la entidad en el 2016, vía Secretaría de Hacienda y Crédito Público – Gobierno del Estado, en el sexenio pasado.

Son tan impresionantes los tráficos de influencias y la enorme corrupción en el gobierno mexicano que el Poder Judicial federal a través de jueces y la Procuraduría General de la República, a través del Ministerio Público, se convirtieron en defensores más que de oficio de Alejandro Gutiérrez (a) la Coneja, ex secretario adjunto del CEN del PRI, bajo la dirigencia del sonorense Manlio Fabio Beltrones.

La burda maquinación para, legalmente, exonerar al indiciado, si a esto se le puede llamar legalidad, quienes la dirigen y están atrás, la tiene prácticamente libre del penal de San Guillermo, pero esta acción es perfectamente percibida por la mayoría de los chihuahuenses y que le pone la cereza al enorme pastel de corrupción e impunidad con el que casi diariamente celebraban en Los Pinos, la impresionante corrupción que imperó en el sexenio.

De ahí que lo de las casas, “blanca” y de Malinalco, se esfumaran del escenario público, no porque les pusieran una cortina de humo, sino porque son minucias comparado con la enorme podredumbre que pareció que afloró con la venia presidencial desde la poderosa Secretaría de Hacienda y Crédito Público, entonces bajo el mando del ahora canciller Luis Videgaray y del Partido Revolucionario Institucional, bajo la dirigencia del ex gobernador sonorense, con casi todos los gobernadores, muchos de los que ahora se encuentran en la cárcel, se les sigue proceso o andan prófugos.

Porque si bien pudiera ser cierto que el señor Coneja operara la inyección de recursos de los gobiernos federal y estatal, no solamente en Chihuahua, sino presuntamente en algunos otros estados en que se le pudiera haber encargado el mismo trabajo, la verdad es que si los recursos llegaron a las bases, a los operadores de las campañas del PRI, éstos fueron mínimos, comparados con las cifras millonarias que se manejan, porque un partido político con recursos frescos y con el poderoso apoyo total de los gobiernos federal y estatal, a falta de verdaderos líderes, gana cualquier elección, lo que pasó en este año es que fue más, mucho más, con lo que se quedaron los operadores financieros que lo que realmente repartieron para operar las campañas, desde la Presidencia de la República hasta la del último regidor o síndico. ¿O por qué se cree que siempre ganaba el PRI? ¿Por sus auténticos liderazgos?

Entonces sí es válida y necesaria, como lo fue, la operación gubernamental desde las más altas esferas para sacar de prisión a Alejandro Gutiérrez, porque su cerebro seguramente almacena información que enloda desde lo más alto de Los Pinos hasta la presuntamente totalidad de los gobernadores priistas y alguno que otro de la oposición, que si no ganaron fueron por ambiciosos y prefirieron repartirse el botín, perdón, el recurso que hubiera hecho, aunque momentáneamente, felices a innumerables familias, con sus despensitas, sus camisetitas, sus cachuchas, más la real oportunidad de haber ganado en los comicios, pero no, los felices fueron otros, aunque, como dicen en mi pueblo, se les acabó el corrido.

El caso de Alejandro Gutiérrez y todos los asuntos de corrupción y de impunidad destapados en esta administración federal la harán pasar a la historia como la más degradante y ofensiva para los mexicanos.

Lo que sí están consiguiendo también es que el fuerte reclamo del gobernador Javier Corral, incluso hasta al mismo presidente, está siendo avalado por todos los chihuahuenses.



La Federación pudo no haberle medido bien el agua a los camotes al pretender liberar de bobito a Alejandro Gutiérrez G., denominado la Coneja, y quien está preso, pese al sobreseimiento de la misma PGR que prácticamente lo deja libre de la presunta aplicación de 250 millones de pesos a las campañas del PRI en la entidad en el 2016, vía Secretaría de Hacienda y Crédito Público – Gobierno del Estado, en el sexenio pasado.

Son tan impresionantes los tráficos de influencias y la enorme corrupción en el gobierno mexicano que el Poder Judicial federal a través de jueces y la Procuraduría General de la República, a través del Ministerio Público, se convirtieron en defensores más que de oficio de Alejandro Gutiérrez (a) la Coneja, ex secretario adjunto del CEN del PRI, bajo la dirigencia del sonorense Manlio Fabio Beltrones.

La burda maquinación para, legalmente, exonerar al indiciado, si a esto se le puede llamar legalidad, quienes la dirigen y están atrás, la tiene prácticamente libre del penal de San Guillermo, pero esta acción es perfectamente percibida por la mayoría de los chihuahuenses y que le pone la cereza al enorme pastel de corrupción e impunidad con el que casi diariamente celebraban en Los Pinos, la impresionante corrupción que imperó en el sexenio.

De ahí que lo de las casas, “blanca” y de Malinalco, se esfumaran del escenario público, no porque les pusieran una cortina de humo, sino porque son minucias comparado con la enorme podredumbre que pareció que afloró con la venia presidencial desde la poderosa Secretaría de Hacienda y Crédito Público, entonces bajo el mando del ahora canciller Luis Videgaray y del Partido Revolucionario Institucional, bajo la dirigencia del ex gobernador sonorense, con casi todos los gobernadores, muchos de los que ahora se encuentran en la cárcel, se les sigue proceso o andan prófugos.

Porque si bien pudiera ser cierto que el señor Coneja operara la inyección de recursos de los gobiernos federal y estatal, no solamente en Chihuahua, sino presuntamente en algunos otros estados en que se le pudiera haber encargado el mismo trabajo, la verdad es que si los recursos llegaron a las bases, a los operadores de las campañas del PRI, éstos fueron mínimos, comparados con las cifras millonarias que se manejan, porque un partido político con recursos frescos y con el poderoso apoyo total de los gobiernos federal y estatal, a falta de verdaderos líderes, gana cualquier elección, lo que pasó en este año es que fue más, mucho más, con lo que se quedaron los operadores financieros que lo que realmente repartieron para operar las campañas, desde la Presidencia de la República hasta la del último regidor o síndico. ¿O por qué se cree que siempre ganaba el PRI? ¿Por sus auténticos liderazgos?

Entonces sí es válida y necesaria, como lo fue, la operación gubernamental desde las más altas esferas para sacar de prisión a Alejandro Gutiérrez, porque su cerebro seguramente almacena información que enloda desde lo más alto de Los Pinos hasta la presuntamente totalidad de los gobernadores priistas y alguno que otro de la oposición, que si no ganaron fueron por ambiciosos y prefirieron repartirse el botín, perdón, el recurso que hubiera hecho, aunque momentáneamente, felices a innumerables familias, con sus despensitas, sus camisetitas, sus cachuchas, más la real oportunidad de haber ganado en los comicios, pero no, los felices fueron otros, aunque, como dicen en mi pueblo, se les acabó el corrido.

El caso de Alejandro Gutiérrez y todos los asuntos de corrupción y de impunidad destapados en esta administración federal la harán pasar a la historia como la más degradante y ofensiva para los mexicanos.

Lo que sí están consiguiendo también es que el fuerte reclamo del gobernador Javier Corral, incluso hasta al mismo presidente, está siendo avalado por todos los chihuahuenses.