/ lunes 29 de marzo de 2021

Se tuvo que fajar el INE 

Amín Anchondo

Esta semana fue el Instituto Nacional Electoral el protagonista de las noticias más importantes por las decisiones que tuvo que tomar. Debo iniciar diciendo que en realidad ellos sólo están haciendo su chamba, sin embargo, en estas épocas que una institución haga su trabajo con independencia es totalmente aplaudible. Estamos viendo instituciones autónomas sometidas a los poderes ejecutivos y políticos, poderes judiciales que les tiembla la mano para dictar justicia, Institutos de Transparencia que no exigen y buscan excusas para no presionar. Justo escribí esto la semana pasada.

El INE tuvo los argumentos necesarios y la votación de la mayoría de sus consejeros para quitarle la candidatura al gobierno del estado de Guerrero a Félix Salgado Macedonio. Este es un caso sumamente representativo porque el candidato tiene varias acusaciones de violación, y Morena, su partido, no pudo quitarle la candidatura a pesar de todos los movimientos feministas que se levantaron en contra. Ojo, no hay sentencia condenatoria de esto, sólo denuncias y con eso bastó para que todos los partidos políticos de oposición se echaran encima de él con justa razón.

Ver la institucionalidad, la independencia y la legalidad con la que está actuando el INE, a pesar de todas las presiones políticas y presupuestales que pueda tener, da un ejemplo para todas las demás. Justo es el tipo de contrapesos que fortalecen una democracia. Contrapesos que eviten que todo el poder se concentre en la figura presidencial. Por eso debemos defender las instituciones, porque sólo con la fuerza ciudadana pueden aguantar los golpes que salen del titular del Estado mexicano. Por cierto, creo que viene una fuerte batalla contra el INE y será un momento crucial para que todos defendamos nuestro instituto si es que no queremos que propongan desaparecerlo en el corto plazo y que las elecciones las vuelva a coordinar la Secretaría de Gobernación.

La vigilancia del actuar de los poderes, de las instituciones, de los políticos es sumamente importante; pero más importante aún es levantar la voz para su señalamiento o defensa cuando sean necesarios. Cuando todos callamos al ver una injusticia, un acto mal hecho o cuando dejamos sólo a alguien que está buscando cambiar algo para bien, es ahí donde se pierden las grandes batallas. Por eso es el momento de apoyar cuando instituciones como el INE hagan bien su chamba, cuando los consejeros voten con la razón y no con intereses, cuando los políticos hablen con la verdad y los quieran linchar por haberlo hecho.

Ese es el rol ciudadano que debemos asumir todas y todos. No podemos abandonar las batallas y creer que alguien las dará por nosotros. No podemos relativizar la corrupción y otorgar el silencio para que el statu quo continúe. Esta semana el INE se atrevió a actuar de forma correcta y nacen las preguntas con las que me gustaría cerrar para su reflexión: ¿En serio queremos que cambien las cosas en nuestro país?¿Estamos haciendo lo correcto para el bien común o lo mejor para el interés personal?¿Nos vamos a atrever a defender al INE y a quienes hagan bien su chamba? o ¿Vamos a solapar actos de corrupción o malas actuaciones en estas elecciones?

Amín Anchondo

Esta semana fue el Instituto Nacional Electoral el protagonista de las noticias más importantes por las decisiones que tuvo que tomar. Debo iniciar diciendo que en realidad ellos sólo están haciendo su chamba, sin embargo, en estas épocas que una institución haga su trabajo con independencia es totalmente aplaudible. Estamos viendo instituciones autónomas sometidas a los poderes ejecutivos y políticos, poderes judiciales que les tiembla la mano para dictar justicia, Institutos de Transparencia que no exigen y buscan excusas para no presionar. Justo escribí esto la semana pasada.

El INE tuvo los argumentos necesarios y la votación de la mayoría de sus consejeros para quitarle la candidatura al gobierno del estado de Guerrero a Félix Salgado Macedonio. Este es un caso sumamente representativo porque el candidato tiene varias acusaciones de violación, y Morena, su partido, no pudo quitarle la candidatura a pesar de todos los movimientos feministas que se levantaron en contra. Ojo, no hay sentencia condenatoria de esto, sólo denuncias y con eso bastó para que todos los partidos políticos de oposición se echaran encima de él con justa razón.

Ver la institucionalidad, la independencia y la legalidad con la que está actuando el INE, a pesar de todas las presiones políticas y presupuestales que pueda tener, da un ejemplo para todas las demás. Justo es el tipo de contrapesos que fortalecen una democracia. Contrapesos que eviten que todo el poder se concentre en la figura presidencial. Por eso debemos defender las instituciones, porque sólo con la fuerza ciudadana pueden aguantar los golpes que salen del titular del Estado mexicano. Por cierto, creo que viene una fuerte batalla contra el INE y será un momento crucial para que todos defendamos nuestro instituto si es que no queremos que propongan desaparecerlo en el corto plazo y que las elecciones las vuelva a coordinar la Secretaría de Gobernación.

La vigilancia del actuar de los poderes, de las instituciones, de los políticos es sumamente importante; pero más importante aún es levantar la voz para su señalamiento o defensa cuando sean necesarios. Cuando todos callamos al ver una injusticia, un acto mal hecho o cuando dejamos sólo a alguien que está buscando cambiar algo para bien, es ahí donde se pierden las grandes batallas. Por eso es el momento de apoyar cuando instituciones como el INE hagan bien su chamba, cuando los consejeros voten con la razón y no con intereses, cuando los políticos hablen con la verdad y los quieran linchar por haberlo hecho.

Ese es el rol ciudadano que debemos asumir todas y todos. No podemos abandonar las batallas y creer que alguien las dará por nosotros. No podemos relativizar la corrupción y otorgar el silencio para que el statu quo continúe. Esta semana el INE se atrevió a actuar de forma correcta y nacen las preguntas con las que me gustaría cerrar para su reflexión: ¿En serio queremos que cambien las cosas en nuestro país?¿Estamos haciendo lo correcto para el bien común o lo mejor para el interés personal?¿Nos vamos a atrever a defender al INE y a quienes hagan bien su chamba? o ¿Vamos a solapar actos de corrupción o malas actuaciones en estas elecciones?