/ jueves 4 de julio de 2019

Segunda carta a Cruz Pérez Cuéllar o “Cruz, no seas gallina”

Senador Cruz Pérez Cuéllar

Presente



Cruz:



Visto que te empiezas a parecer a Eufemia (la de la alevosa carta incontestada), y vista tu contumacia, me parece imprescindible volverte a escribir para que hablemos de México y de Chihuahua frente a los hechos recientes.

Hablas con presunta grandilocuencia (muy de boca “chueca” y todo) del tratado entre México, Estados Unidos y Canadá; de la reelección de Trump; de la desaparición del Consejo de Promoción Turística; y guardas sospechoso silencio de los acontecimientos que narro en mi carta previa.

No aclaras ni nada dices de la reciente crisis arancelaria entre México y Estados Unidos ni de los acuerdos suscritos por el presidente de la república en relación con los miles —sí, miles— de efectivos de la Guardia Nacional. Milicia creada, se dijo en un principio, para combatir el hampa nacional y no para servir, a costos exorbitantes, de guardia fronteriza al loco (otro) de Trump. Eso no lo digo yo, lo dice un neocorreligionario tuyo —antiguo adversario, recién aliado, expriista para más datos: Porfirio Muñoz Ledo (sí sabes quién es, ¿verdad?)— quien dijo, en la Permanente (sí sabes qué es, ¿verdad?) que la Guardia Nacional estaba de “Muro Mexicano” en este lado de la frontera en Chiapas.

No aclaras ni nada dices tampoco del costo por el ofrecimiento de “empleos, atención médica y educación” a los migrantes retornados, de la línea de crédito que se pidió al Banco Interamericano de Desarrollo, del Plan de Desarrollo Integral, de… nada, pues. Como te dije, sobre estos temas, candentes, estás actuando igual a los avestruces: con la cabeza metida en tierra.

Mira Cruz: la supremacía de la constitución deriva de su propia naturaleza, pero además, porque su propio texto así lo previene en su artículo 133, en la primera parte del primer párrafo: “Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión”.

Se está violando la constitución, Cruz. El Ejecutivo de la Unión se la está pasando por el Arco del Triunfo, Cruz. Tu encomienda —como ya te dije o te ilustré o te advertí— es salvaguardar el pacto federal para que no resulte oneroso en exceso a las entidades federativas.

No seas timorato, Cruz. No abones a que el Senado de la República se convierta en el aviario más caro de la historia de México, lleno de pájaros nalgones ocupados en mantener la cabeza metida en un agujero, como los avestruces; o en acicalarse las plumas y hacerse tarugos, rehuyendo el conflicto, como las gallinas.

Ármate de valor; enfrenta al presidente y su política criminal. Gánate —si no el respeto de los chihuahuenses— por lo menos, el máiz que tragas.


Sin más por el momento, puntualmente a tus órdenes


Luis Villegas Montes


Senador Cruz Pérez Cuéllar

Presente



Cruz:



Visto que te empiezas a parecer a Eufemia (la de la alevosa carta incontestada), y vista tu contumacia, me parece imprescindible volverte a escribir para que hablemos de México y de Chihuahua frente a los hechos recientes.

Hablas con presunta grandilocuencia (muy de boca “chueca” y todo) del tratado entre México, Estados Unidos y Canadá; de la reelección de Trump; de la desaparición del Consejo de Promoción Turística; y guardas sospechoso silencio de los acontecimientos que narro en mi carta previa.

No aclaras ni nada dices de la reciente crisis arancelaria entre México y Estados Unidos ni de los acuerdos suscritos por el presidente de la república en relación con los miles —sí, miles— de efectivos de la Guardia Nacional. Milicia creada, se dijo en un principio, para combatir el hampa nacional y no para servir, a costos exorbitantes, de guardia fronteriza al loco (otro) de Trump. Eso no lo digo yo, lo dice un neocorreligionario tuyo —antiguo adversario, recién aliado, expriista para más datos: Porfirio Muñoz Ledo (sí sabes quién es, ¿verdad?)— quien dijo, en la Permanente (sí sabes qué es, ¿verdad?) que la Guardia Nacional estaba de “Muro Mexicano” en este lado de la frontera en Chiapas.

No aclaras ni nada dices tampoco del costo por el ofrecimiento de “empleos, atención médica y educación” a los migrantes retornados, de la línea de crédito que se pidió al Banco Interamericano de Desarrollo, del Plan de Desarrollo Integral, de… nada, pues. Como te dije, sobre estos temas, candentes, estás actuando igual a los avestruces: con la cabeza metida en tierra.

Mira Cruz: la supremacía de la constitución deriva de su propia naturaleza, pero además, porque su propio texto así lo previene en su artículo 133, en la primera parte del primer párrafo: “Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión”.

Se está violando la constitución, Cruz. El Ejecutivo de la Unión se la está pasando por el Arco del Triunfo, Cruz. Tu encomienda —como ya te dije o te ilustré o te advertí— es salvaguardar el pacto federal para que no resulte oneroso en exceso a las entidades federativas.

No seas timorato, Cruz. No abones a que el Senado de la República se convierta en el aviario más caro de la historia de México, lleno de pájaros nalgones ocupados en mantener la cabeza metida en un agujero, como los avestruces; o en acicalarse las plumas y hacerse tarugos, rehuyendo el conflicto, como las gallinas.

Ármate de valor; enfrenta al presidente y su política criminal. Gánate —si no el respeto de los chihuahuenses— por lo menos, el máiz que tragas.


Sin más por el momento, puntualmente a tus órdenes


Luis Villegas Montes