/ viernes 11 de septiembre de 2020

Seguridad y bienestar

Una excelente frase que siempre cobra vigencia es “El hombre no se puede separar de Dios, ni la política de la moral”, acuñada por Santo Tomás Moro, patrono de los políticos. Así como la política está íntimamente relacionada con todos los quehaceres de la vida, la moral también debería estarlo. Si pretendemos mejorar a la sociedad y tener un gobierno sin corrupción, el aprendizaje y ejercicio de los valores es obligado, ¿cómo diantres se pretende acabar con la corrupción si no se está trabajando en la formación de valores? Es obvio que las personas de buena fé queremos que la corrupción se erradique, pero decía Albert Einstein que no se pueden tener resultados diferentes si se hacen las mismas cosas.

Toda autoridad legítima se debe apegar a las exigencias del Bien Común y éste supone que la autoridad brinde seguridad, bienestar, desarrollo y Justicia a las personas, no sólo a la mayoría, sino a todas.

Se pueden dar muchos ejemplos sobre la falta de compromiso de autoridades para respetar y hacer respetar los derechos humanos; uno que está vigente es la violación a la integridad y a la seguridad de los productores y agricultores chihuahuenses, quienes buscaron el diálogo con el gobierno federal, pero no fueron recibidos ni escuchados sus fundamentos para defender el agua de las pocas presas de nuestro semidesértico estado, y no les quedó más remedio que enfrentarse a la Guardia Nacional para evitar que en La Boquilla continuara la extracción del vital líquido, y poner en grave riesgo el patrimonio de miles de familias que viven de sus cosechas. Estos escenarios son inéditos, no se habían dado acontecimientos de tal magnitud. Qué lamentable ver el enfrentamiento de civiles con las fuerzas armadas, que son precisamente las que deben garantizar la seguridad de los ciudadanos y mantener el orden y la paz, desgraciadamente el saldo no fue blanco, resultaron varias víctimas lesionadas y una víctima fatal.

Más sorprendentes fueron las declaraciones temerarias de AMLO ante los hechos referidos, quien debería darse una vuelta por la región para que no afirme que Chihuahua sí tiene agua para la agricultura, para la gente y para cumplir con el convenio de aguas que tiene con EEUU desde 1944, y dijo que no se prestaría a nada indebido, que si no hubiera agua, hablaría con Donald Trump para decirle la frase de que nadie está obligado a lo imposible, y siendo así, pues que vaya hablando con el gobierno del vecino país o que busque otras soluciones para tenerlo contento, no a costa del agua que los chihuahuenses cuidan porque cuesta mucho trabajo obtenerla.

Mi reconocimiento y solidaridad con la gente valiente de nuestro estado, que siempre ha demostrado valor y coraje para defender lo que a cada quien le corresponde según su ser y su hacer. Como buenos norteños seguiremos al pie del cañón para hacer respetar los derechos.






Una excelente frase que siempre cobra vigencia es “El hombre no se puede separar de Dios, ni la política de la moral”, acuñada por Santo Tomás Moro, patrono de los políticos. Así como la política está íntimamente relacionada con todos los quehaceres de la vida, la moral también debería estarlo. Si pretendemos mejorar a la sociedad y tener un gobierno sin corrupción, el aprendizaje y ejercicio de los valores es obligado, ¿cómo diantres se pretende acabar con la corrupción si no se está trabajando en la formación de valores? Es obvio que las personas de buena fé queremos que la corrupción se erradique, pero decía Albert Einstein que no se pueden tener resultados diferentes si se hacen las mismas cosas.

Toda autoridad legítima se debe apegar a las exigencias del Bien Común y éste supone que la autoridad brinde seguridad, bienestar, desarrollo y Justicia a las personas, no sólo a la mayoría, sino a todas.

Se pueden dar muchos ejemplos sobre la falta de compromiso de autoridades para respetar y hacer respetar los derechos humanos; uno que está vigente es la violación a la integridad y a la seguridad de los productores y agricultores chihuahuenses, quienes buscaron el diálogo con el gobierno federal, pero no fueron recibidos ni escuchados sus fundamentos para defender el agua de las pocas presas de nuestro semidesértico estado, y no les quedó más remedio que enfrentarse a la Guardia Nacional para evitar que en La Boquilla continuara la extracción del vital líquido, y poner en grave riesgo el patrimonio de miles de familias que viven de sus cosechas. Estos escenarios son inéditos, no se habían dado acontecimientos de tal magnitud. Qué lamentable ver el enfrentamiento de civiles con las fuerzas armadas, que son precisamente las que deben garantizar la seguridad de los ciudadanos y mantener el orden y la paz, desgraciadamente el saldo no fue blanco, resultaron varias víctimas lesionadas y una víctima fatal.

Más sorprendentes fueron las declaraciones temerarias de AMLO ante los hechos referidos, quien debería darse una vuelta por la región para que no afirme que Chihuahua sí tiene agua para la agricultura, para la gente y para cumplir con el convenio de aguas que tiene con EEUU desde 1944, y dijo que no se prestaría a nada indebido, que si no hubiera agua, hablaría con Donald Trump para decirle la frase de que nadie está obligado a lo imposible, y siendo así, pues que vaya hablando con el gobierno del vecino país o que busque otras soluciones para tenerlo contento, no a costa del agua que los chihuahuenses cuidan porque cuesta mucho trabajo obtenerla.

Mi reconocimiento y solidaridad con la gente valiente de nuestro estado, que siempre ha demostrado valor y coraje para defender lo que a cada quien le corresponde según su ser y su hacer. Como buenos norteños seguiremos al pie del cañón para hacer respetar los derechos.