Cuántos personajes de la política con aspiraciones a ocupar un puesto de elección popular habrán escrito sus deseos en una misiva dirigida a los Tres Reyes Magos: Melchor, portador del incienso como el rey de la luz; Gaspar portador de la ofrenda de oro como administrador del tesoro; y Baltasar, portador de la aromática mirra, personaje protegido por Dios, con la esperanza de ver cumplidos sus anhelos políticos.
Y sí, a pesar de que este año que inicia no es un año electoral, las solicitudes ya están presentes y tan sólo para el Gobierno del Estado ya hay más de 20 manos levantadas cual corredores esperando el disparo que marca el inicio de la carrera.
¿Quiénes son estos personajes?, bastantes conocidos por todos, unos con una oferta generada con trabajo y buena disposición, otros con simulación y engranaje electoral y los menos con sinvergüenza para intentar su participación.
Lo que no han visualizado es que lo que se encuentra en la mesa va más allá de la oportunidad para servir, será necesario “reconstruir” desde el tejido social, el aspecto económico y naturalmente buscar el necesario ajuste a la verdad, coherencia, responsabilidad y pulcritud política tan necesaria en nuestro estado.
El encontrarnos en los primeros lugares en materia de inseguridad lo demuestran, las constantes quejas y reclamos por la falta de recursos del gobernante en turno que sin dejar sus viajes y gastos superfluos pretende obtener de la Federación lo necesario para continuar su estilo de vida, la impresionante deuda pública que dejó el “vulgar ladrón” de más de 40 mil millones de pesos, pero que después de poco más de tres años ya se encuentra en alrededor de los 55 mil millones con recursos comprometidos para varias administraciones futuras, son algunos de los problemas que deberá enfrentar quien obtenga la mayoría de los votos necesarios para alcanzar la posibilidad de gobernar el “estado grande”.
Además es importante resaltar que la exigencia de la sociedad del cumplimiento de los compromisos de campaña cada vez es más intensa, la sociedad se encuentra más participativa y la esperanza es que cada vez sea más difícil encabezar una responsabilidad política sin dar la cara como debe de ser.
Los suspirantes deben tener claro que la responsabilidad es para servir no para servirse y que cada día que pasa los chihuahuenses estamos más dispuestos a exigir cumplimiento y a que respondan por las consecuencias de sus actos, en los cuales deben ser reconocidos los aciertos y sancionados los excesos.
¡A ver qué dicen los Reyes Magos!..
