Por: Katherine Ramírez
Escuchamos que para conseguir un trabajo estable y bien remunerado, tenemos que concluir una carrera universitaria y así prepararnos para triunfar, pero la realidad a la que se enfrentan los recién egresados de alguna carrera universitaria es otra.
Nadie nos dice que en nuestro país las posibilidades de encontrar un empleo relacionado con lo que estudiamos son bajas y las causas de ello no están muy lejos de la realidad, ya que, la economía es crítica y las oportunidades de trabajo son cada vez más limitadas, además, de que la competencia en el mercado laboral según cada carrera y las competencias exigidas.
¿Cuántas veces no nos han rechazado por no tener experiencia laboral? ¿Cuantos trabajamos en algo distinto a lo que estudiamos? Podemos decir que son pocos los privilegiados que en menos de seis meses consiguen un empleo, sin mencionar los factores en el que el sueldo alcance sus expectativas o que el empleo se ajuste a su especialización.
Nos encontramos lejos de que los programas educativos, los estudiantes y la realidad laboral empaten.
Se deben proponer cambios para modificar los programas de estudio en razón del mercado laboral y las necesidades sociales.
La mayoría de las decisiones más importantes de nuestra vida las tomamos aun siendo muy jóvenes, por eso es importante informarnos bien acerca de las posibilidades que tendremos en el mundo laboral, en sí decidimos tomar tal decisión, porque será algo que nos formará en nuestra vida profesional y probablemente algo a lo que le pondremos mucho esfuerzo y dedicación y por ello debe valer la pena.
Actualmente se nos exige demasiado para “ser alguien en la vida” pero no se nos dan las herramientas necesarias para lograrlo.
Hoy me dirijo a ti para decirte que lo que decidas hacer lo hagas con la convicción de que te hará feliz y que lo intentaste.
Si la oportunidad no toca, construye una puerta. -Milton Berle.
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