/ sábado 28 de septiembre de 2019

Sí a la cultura de la vida

La cultura de la muerte será siempre contraria al respeto de la dignidad humana y al principio de solidaridad. La cultura de la vida se debe defender, porque en estos tiempos de tantas vicisitudes, contradicciones, egoísmos, materialismo, mensajes de odio, indiferencias, ataques a la familia, ausencia de valores, falta de respeto, violencia, inseguridad y corrupción, no prevalece el deber ser, sino el ser. Todos los que estamos comprometidos con la cultura de la vida tenemos el deber de respetarla y hacer que otros la respeten.

Desgraciadamente, Oaxaca recientemente se convirtió en el segundo estado de la república en despenalizar el aborto antes de las doce semanas de gestación, siendo el primero el D.F., ahora CDMX, que tiene registrados más de 200 mil abortos en los doce años que lleva de vigencia. ¿Entonces, por qué nos asombramos del desbordamiento de la violencia, si se justifica y se despenaliza el asesinato del ser más indefenso que está en gestación?

Por eufemismos, se llama al aborto “interrupción legal del embarazo”, sin embargo un aborto es un asesinato. En el resto del país, el aborto es excluyente de responsabilidad en los casos de violación, entre otros casos.

En España, se permite el aborto en caso de que el bebé tenga síndrome Down, y en Islandia prácticamente no hay niños Down porque casi es política del Estado que sean abortados. En dicho lugar los padres que deciden no abortar a su hijo con este síndrome son tildadas de “egoístas, por utilizar recursos de mucha valía para la gente sana”.

Un juez argentino, que con argumentos sólidos nos daba cuenta de lo importante que son las personas con Síndrome de Down, quienes son en extremo emotivos, efusivos y sentimentales, y le dan el justo equilibrio a la familia y a la sociedad, frente a tanta persona amargada y hostil.

En contraste con lo anterior y para fortuna nuestra el pasado fin de semana, en varias ciudades de México se realizaron marchas a favor de la vida, por la defensa de la familia y en contra de la ideología de género, con la asistencia y la participación de cientos de miles de mexicanos que le dicen sí a la cultura de la vida. Seguirán las acciones para que se exprese el sentir de la mayoría de los mexicanos, sumémonos para hacer más fuerza en la cruzada por la cultura de la vida.


La cultura de la muerte será siempre contraria al respeto de la dignidad humana y al principio de solidaridad. La cultura de la vida se debe defender, porque en estos tiempos de tantas vicisitudes, contradicciones, egoísmos, materialismo, mensajes de odio, indiferencias, ataques a la familia, ausencia de valores, falta de respeto, violencia, inseguridad y corrupción, no prevalece el deber ser, sino el ser. Todos los que estamos comprometidos con la cultura de la vida tenemos el deber de respetarla y hacer que otros la respeten.

Desgraciadamente, Oaxaca recientemente se convirtió en el segundo estado de la república en despenalizar el aborto antes de las doce semanas de gestación, siendo el primero el D.F., ahora CDMX, que tiene registrados más de 200 mil abortos en los doce años que lleva de vigencia. ¿Entonces, por qué nos asombramos del desbordamiento de la violencia, si se justifica y se despenaliza el asesinato del ser más indefenso que está en gestación?

Por eufemismos, se llama al aborto “interrupción legal del embarazo”, sin embargo un aborto es un asesinato. En el resto del país, el aborto es excluyente de responsabilidad en los casos de violación, entre otros casos.

En España, se permite el aborto en caso de que el bebé tenga síndrome Down, y en Islandia prácticamente no hay niños Down porque casi es política del Estado que sean abortados. En dicho lugar los padres que deciden no abortar a su hijo con este síndrome son tildadas de “egoístas, por utilizar recursos de mucha valía para la gente sana”.

Un juez argentino, que con argumentos sólidos nos daba cuenta de lo importante que son las personas con Síndrome de Down, quienes son en extremo emotivos, efusivos y sentimentales, y le dan el justo equilibrio a la familia y a la sociedad, frente a tanta persona amargada y hostil.

En contraste con lo anterior y para fortuna nuestra el pasado fin de semana, en varias ciudades de México se realizaron marchas a favor de la vida, por la defensa de la familia y en contra de la ideología de género, con la asistencia y la participación de cientos de miles de mexicanos que le dicen sí a la cultura de la vida. Seguirán las acciones para que se exprese el sentir de la mayoría de los mexicanos, sumémonos para hacer más fuerza en la cruzada por la cultura de la vida.