/ martes 11 de junio de 2019

Si no…. te castigo

La semana pasada, nuevamente la estrategia, ya conocida, del presidente del país vecino logró doblegar a nuestro país con amenazas de subir aranceles y mezclando temas económicos con temas políticos. Otra vez, buscando el posicionamiento electoral ante la próxima potencial reelección.

Definitivamente enfrentar dimes y diretes ante el maestro de las trumpadas (palabras salidas de la trumpa) hubiera sido un error, pero de eso a “agacharse” y ceder hasta la humillación, realmente no lo merecemos, ni como personas, ni como país.

Las concesiones otorgadas por nuestro país para no recibir castigo por no hacer caso de lo que lo que el presidente vecino quiere, de una manera son producto de una política migratoria errónea y una indefinición de relaciones internacionales. Por otro lado, definitivamente era necesario que “alguien” externo pusiera orden en los aspectos migratorios de nuestro país, se les salió de control y con el pretexto de ayuda humanitaria, ya cualquier “vecino” cercano o lejano, quería aprovecharse de las torpezas migratorias seguidas por el gobierno actual.

Y no sólo se aprovechó nuestro país vecino para poner orden, sino que también sacó ventaja para “facilitar” el flujo de productos a nuestro país.

Sería interesante poder plantear al presidente vecino otros grandes errores cometidos por el gobierno actual y solicitarle de la manera más atenta que pida al gobierno de nuestro país se considere el aeropuerto de Texcoco, si no… le imponga otro castigo como amenaza. “Nadie es profeta en su tierra”, el gobierno actual no sabe y no quiere escuchar a los ciudadanos sobre problemas actuales y mala toma de decisiones, pero ya encontramos quien sí puede apoyar a que las cosas se hagan bien o por lo menos no cometer tantos errores.

O también pedirle al presidente vecino que le diga a nuestro gobierno que la ciencia y tecnología, así como el apoyo a las universidades, son fundamentales para el desarrollo y si no…. entonces buscar otro “castigo” para poder negociar, porque “a él sí lo escuchan y sí mueven lo necesario para que se hagan las cosas”.

Una definición de “agachado” es “persona conformista o que no se revela ante una injusticia”. Así nos vimos, “agachados”. Probablemente nos salió la sangre azteca y no tuvimos la confianza, la fortaleza de enfrentar de una manera estratégica las amenazas. Sabemos que dependemos fuertemente de un mercado, el vecino, pero también sabemos que ellos dependen en una porción al mercado de nuestro país, que ambos teníamos mucho que perder, pero también sabíamos que podíamos salir adelante en este mundo globalizado.

Cuando hablamos de enfrentar, no hablamos de responder cada vez que se diga una “trumpada”, hablamos que debemos responder con acciones estratégicas en los diferentes rubros internacionales.

Somos un país fuerte, trabajar de la mano con los vecinos sería lo más bueno, pero no con la humillación y debilidad que mostramos ante la amenaza recibida.

Ahora, el presidente vecino, ya sabe que podrá conseguir lo que quiera con sólo decir “si no… te castigo” de alguna manera, e inmediatamente verá cómo el gobierno se agacha y hace reverencia. Qué triste ver que no somos capaces (gobierno) de usar estrategias para responder.

email:antonio.rios@tec.mx


La semana pasada, nuevamente la estrategia, ya conocida, del presidente del país vecino logró doblegar a nuestro país con amenazas de subir aranceles y mezclando temas económicos con temas políticos. Otra vez, buscando el posicionamiento electoral ante la próxima potencial reelección.

Definitivamente enfrentar dimes y diretes ante el maestro de las trumpadas (palabras salidas de la trumpa) hubiera sido un error, pero de eso a “agacharse” y ceder hasta la humillación, realmente no lo merecemos, ni como personas, ni como país.

Las concesiones otorgadas por nuestro país para no recibir castigo por no hacer caso de lo que lo que el presidente vecino quiere, de una manera son producto de una política migratoria errónea y una indefinición de relaciones internacionales. Por otro lado, definitivamente era necesario que “alguien” externo pusiera orden en los aspectos migratorios de nuestro país, se les salió de control y con el pretexto de ayuda humanitaria, ya cualquier “vecino” cercano o lejano, quería aprovecharse de las torpezas migratorias seguidas por el gobierno actual.

Y no sólo se aprovechó nuestro país vecino para poner orden, sino que también sacó ventaja para “facilitar” el flujo de productos a nuestro país.

Sería interesante poder plantear al presidente vecino otros grandes errores cometidos por el gobierno actual y solicitarle de la manera más atenta que pida al gobierno de nuestro país se considere el aeropuerto de Texcoco, si no… le imponga otro castigo como amenaza. “Nadie es profeta en su tierra”, el gobierno actual no sabe y no quiere escuchar a los ciudadanos sobre problemas actuales y mala toma de decisiones, pero ya encontramos quien sí puede apoyar a que las cosas se hagan bien o por lo menos no cometer tantos errores.

O también pedirle al presidente vecino que le diga a nuestro gobierno que la ciencia y tecnología, así como el apoyo a las universidades, son fundamentales para el desarrollo y si no…. entonces buscar otro “castigo” para poder negociar, porque “a él sí lo escuchan y sí mueven lo necesario para que se hagan las cosas”.

Una definición de “agachado” es “persona conformista o que no se revela ante una injusticia”. Así nos vimos, “agachados”. Probablemente nos salió la sangre azteca y no tuvimos la confianza, la fortaleza de enfrentar de una manera estratégica las amenazas. Sabemos que dependemos fuertemente de un mercado, el vecino, pero también sabemos que ellos dependen en una porción al mercado de nuestro país, que ambos teníamos mucho que perder, pero también sabíamos que podíamos salir adelante en este mundo globalizado.

Cuando hablamos de enfrentar, no hablamos de responder cada vez que se diga una “trumpada”, hablamos que debemos responder con acciones estratégicas en los diferentes rubros internacionales.

Somos un país fuerte, trabajar de la mano con los vecinos sería lo más bueno, pero no con la humillación y debilidad que mostramos ante la amenaza recibida.

Ahora, el presidente vecino, ya sabe que podrá conseguir lo que quiera con sólo decir “si no… te castigo” de alguna manera, e inmediatamente verá cómo el gobierno se agacha y hace reverencia. Qué triste ver que no somos capaces (gobierno) de usar estrategias para responder.

email:antonio.rios@tec.mx