/ viernes 20 de abril de 2018

Si nos equivocamos la recuperación podrá ser larga y muy dolorosa


“La ignorancia

de un votante

en una democracia,

pone en peligro

la seguridad de todos” John F. Kennedy

No hay más ciego que el que no quiere ver, ni más sordo que el que no quiere oír, dice un viejo refrán que, desgraciadamente hoy se aplica a millones de mexicanos que tal parece que están empecinados en cavar no solamente su propia tumba, sino la de sus hijos y nietos con la irracional elección de Andrés Manuel López Obrador como presidente de todos los mexicanos.

Y es que si bien se puede justificar este empecinamiento, primero por el mal actuar de las administraciones públicas federales en este nuevo siglo, primeramente del PAN, con Fox y Calderón, y ahora del PRI, que no supo aprovechar la nueva oportunidad que se le dio para regresar al poder.

Pero estas condiciones, aunque muy graves, no son justificantes para hundirnos en la ignorancia y mediocridad, porque le estaremos endosando esa condición quizá a mexicanos que aún no nacen, porque los mediocres en preparación y presuntos liderazgos son los más experimentados para apoderarse de los pueblos oprimidos y/o decepcionados.

Pero todos los candidatos, los comunicadores de todos los medios, somos los principales promotores del tabasqueño, ya que en vez de exponer sus propuestas de gobierno, nos encargamos de repetir las barbaridades del candidato de Morena que no trae nada, más que el atractivo de representar la debilidad por sus dos fracasos anteriores de conseguir la Presidencia de la República, porque ni modo que su letanía de “la mafia del poder” sea una excelente propuesta de gobierno, o lo de cancelar la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco o perdonar a delincuentes, e incluso hacerlos diputados o senadores plurinominales.

Ojalá que haya una verdadera reacción de los votantes el próximo 1 de julio y que hagan un positivo análisis de las cualidades de cada uno de los que nos pretenden gobernar y de ser así, López Obrador, con dos dedos de frente, saldría superado hasta por la propia Margarita Zavala y el Bronco Jaime Rodríguez, que ya es mucho decir.

Pero desgraciadamente, esto que estoy escribiendo en vez de promover la sensatez y el verdadero análisis de los candidatos, inmediatamente la ceguera política hace que me vean como un escribidor del PRI o de cualquier otro partido y nunca como quien quiere una verdadera y mejor decisión para nuestro país.

Aunque los demás candidatos no son un mar de virtudes para ser presidentes, Ricardo Anaya, muestra diariamente su inmadurez y si acaso se le podría señalar un positivo es que es un excelente orador, pero ya le sacaron presuntas triquiñuelas que ya no podrá justificar y menos borrar antes de que se pongan las urnas para que los mexicanos emitamos nuestro voto. Excelente promotor de López Obrador.

José Antonio Meade, aunque en un análisis serio podría ser el mejor posicionado en preparación y experiencia, a poco más de 15 días de iniciadas las campañas no ha podido destetarse de quienes parecen ser sus patrocinadores y aunque incongruente, pero real, sus principales, aunque involuntariamente, detractores.

Sale el candidato priista a defender a la Coneja Gutiérrez, detenido en un penal chihuahuense por presunto ilícito de peculado y al patrón de éste, Manlio Fabio Beltrones, cuando está en el ojo del huracán y no nada más eso, sino que apoya las pensiones de los expresidentes, cuando acabar con ellas es otra de las inservibles, aunque exitosa, propuestas del denominado Peje.

Parece que a Meade le asignaron los mismos consultores que mandaron a apoyar en el 2016 a Enrique Serrano, en Chihuahua. Tienen que darle un golpe de timón a la campaña del candidato del PRI, porque parece ser que en este renglón tienen mejor gente López Obrador, a quien obligan a ser sumiso y repetir como desesperado amor y paz, aunque su semblante diga otra cosa,

De los demás ni caso tiene analizarlos, simplemente son ambiciones como pudiera ser el caso de Felipe Calderón con su esposa o servicios prestados, con recibo de honorarios, como pudieran ser los del Bronco Jaime Rodríguez.

Ojalá los mexicanos no nos equivoquemos esta vez porque la recuperación podrá ser larga y muy dolorosa.



“La ignorancia

de un votante

en una democracia,

pone en peligro

la seguridad de todos” John F. Kennedy

No hay más ciego que el que no quiere ver, ni más sordo que el que no quiere oír, dice un viejo refrán que, desgraciadamente hoy se aplica a millones de mexicanos que tal parece que están empecinados en cavar no solamente su propia tumba, sino la de sus hijos y nietos con la irracional elección de Andrés Manuel López Obrador como presidente de todos los mexicanos.

Y es que si bien se puede justificar este empecinamiento, primero por el mal actuar de las administraciones públicas federales en este nuevo siglo, primeramente del PAN, con Fox y Calderón, y ahora del PRI, que no supo aprovechar la nueva oportunidad que se le dio para regresar al poder.

Pero estas condiciones, aunque muy graves, no son justificantes para hundirnos en la ignorancia y mediocridad, porque le estaremos endosando esa condición quizá a mexicanos que aún no nacen, porque los mediocres en preparación y presuntos liderazgos son los más experimentados para apoderarse de los pueblos oprimidos y/o decepcionados.

Pero todos los candidatos, los comunicadores de todos los medios, somos los principales promotores del tabasqueño, ya que en vez de exponer sus propuestas de gobierno, nos encargamos de repetir las barbaridades del candidato de Morena que no trae nada, más que el atractivo de representar la debilidad por sus dos fracasos anteriores de conseguir la Presidencia de la República, porque ni modo que su letanía de “la mafia del poder” sea una excelente propuesta de gobierno, o lo de cancelar la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco o perdonar a delincuentes, e incluso hacerlos diputados o senadores plurinominales.

Ojalá que haya una verdadera reacción de los votantes el próximo 1 de julio y que hagan un positivo análisis de las cualidades de cada uno de los que nos pretenden gobernar y de ser así, López Obrador, con dos dedos de frente, saldría superado hasta por la propia Margarita Zavala y el Bronco Jaime Rodríguez, que ya es mucho decir.

Pero desgraciadamente, esto que estoy escribiendo en vez de promover la sensatez y el verdadero análisis de los candidatos, inmediatamente la ceguera política hace que me vean como un escribidor del PRI o de cualquier otro partido y nunca como quien quiere una verdadera y mejor decisión para nuestro país.

Aunque los demás candidatos no son un mar de virtudes para ser presidentes, Ricardo Anaya, muestra diariamente su inmadurez y si acaso se le podría señalar un positivo es que es un excelente orador, pero ya le sacaron presuntas triquiñuelas que ya no podrá justificar y menos borrar antes de que se pongan las urnas para que los mexicanos emitamos nuestro voto. Excelente promotor de López Obrador.

José Antonio Meade, aunque en un análisis serio podría ser el mejor posicionado en preparación y experiencia, a poco más de 15 días de iniciadas las campañas no ha podido destetarse de quienes parecen ser sus patrocinadores y aunque incongruente, pero real, sus principales, aunque involuntariamente, detractores.

Sale el candidato priista a defender a la Coneja Gutiérrez, detenido en un penal chihuahuense por presunto ilícito de peculado y al patrón de éste, Manlio Fabio Beltrones, cuando está en el ojo del huracán y no nada más eso, sino que apoya las pensiones de los expresidentes, cuando acabar con ellas es otra de las inservibles, aunque exitosa, propuestas del denominado Peje.

Parece que a Meade le asignaron los mismos consultores que mandaron a apoyar en el 2016 a Enrique Serrano, en Chihuahua. Tienen que darle un golpe de timón a la campaña del candidato del PRI, porque parece ser que en este renglón tienen mejor gente López Obrador, a quien obligan a ser sumiso y repetir como desesperado amor y paz, aunque su semblante diga otra cosa,

De los demás ni caso tiene analizarlos, simplemente son ambiciones como pudiera ser el caso de Felipe Calderón con su esposa o servicios prestados, con recibo de honorarios, como pudieran ser los del Bronco Jaime Rodríguez.

Ojalá los mexicanos no nos equivoquemos esta vez porque la recuperación podrá ser larga y muy dolorosa.