/ viernes 27 de marzo de 2020

Siempre listos

“Puede esperar lo mejor aquel que está preparado para lo peor”.

“El mundo nos trata como en secreto lo espera nuestro corazón”

En realidad, los malos tiempos únicamente pueden hacer mella en aquellos que no están preparados o los que dejan de esforzarse o de luchar.

Si, son muchos los que encuentran sufrimiento en estos tiempos derivados de la ineptitud del Presidente, pero más son aquellos que pueden bastarse a sí mismos. Aquellos capaces de vencer el cansancio, las “paaaandemias” (según lo expresa López) y las malas rachas; estos son siempre capaces de vencer la adversidad.


Si pensamos que la felicidad se obtiene solo en el triunfo, seguramente pasaremos muchas horas y muchos días siendo infelices. Ganar y sobre todo perder son cosas tan naturales como la noche y el día. Todos esperamos el buen tiempo, pero más nos vale estar preparados para la tormenta, y las tormentas de izquierda siempre han sido las más destructivas. Puede esperar lo mejor aquel que está preparado para lo peor.

Algunos no estarán de acuerdo respecto a esta afirmación, respecto a la naturaleza humana, pero para no sufrir decepciones, hagámonos a la idea de que los tiempos siempre serán adversos y que con frecuencia encontraremos gente mal intencionada como lo estamos viendo y encontrando con los seguidores de Morena.

Aceptar la vida como viene es en parte, aceptar que a la adversidad le debemos lo mejor de nosotros mismos. Es lo que le da valor a nuestra vida. Lo que despierta en nosotros las mejores virtudes. En las crisis es cuando mejor nos conocemos a nosotros mismos, ¡ya no digamos a los amigos....!

La pobreza por sí misma no es capaz de mantenernos derrotados y bajos en entusiasmo. Tampoco los años; la edad, no tienen nada que ver con nuestros éxitos o nuestros fracasos. Los apuros y los aprietos son meras formas de probarnos a nosotros mismos. A mayores quejas, mayores sufrimientos. Sufrir penalidades y andarlas pregonando es multiplicarlas. Existe más grandeza en compartir nuestros placeres y alegrías que en pregonar nuestros sufrimientos.

En realidad debemos evitar el estarnos quejando siempre, pues esto nos desacredita como personas. A nadie le gusta escuchar nuestras telenovelas. Jamás debemos esperar compasión de nadie. A la larga, el mundo nos trata como en secreto lo espera nuestro corazón. Y si nos empeñamos en agrandar nuestra mala suerte, será el mundo el que concluya y desee que la mala suerte acabe de una buena vez con nosotros.

Estemos preparados para los malos tiempos. Son siempre benéficos pues despiertan nuestra creatividad y cultivan nuestra mente. Nos hacen ver hacia el futuro y evaluar nuestro pasado. Permiten la acción en el presente. Veamos con optimismo la adversidad, pues ha llegado para hacernos me

“Puede esperar lo mejor aquel que está preparado para lo peor”.

“El mundo nos trata como en secreto lo espera nuestro corazón”

En realidad, los malos tiempos únicamente pueden hacer mella en aquellos que no están preparados o los que dejan de esforzarse o de luchar.

Si, son muchos los que encuentran sufrimiento en estos tiempos derivados de la ineptitud del Presidente, pero más son aquellos que pueden bastarse a sí mismos. Aquellos capaces de vencer el cansancio, las “paaaandemias” (según lo expresa López) y las malas rachas; estos son siempre capaces de vencer la adversidad.


Si pensamos que la felicidad se obtiene solo en el triunfo, seguramente pasaremos muchas horas y muchos días siendo infelices. Ganar y sobre todo perder son cosas tan naturales como la noche y el día. Todos esperamos el buen tiempo, pero más nos vale estar preparados para la tormenta, y las tormentas de izquierda siempre han sido las más destructivas. Puede esperar lo mejor aquel que está preparado para lo peor.

Algunos no estarán de acuerdo respecto a esta afirmación, respecto a la naturaleza humana, pero para no sufrir decepciones, hagámonos a la idea de que los tiempos siempre serán adversos y que con frecuencia encontraremos gente mal intencionada como lo estamos viendo y encontrando con los seguidores de Morena.

Aceptar la vida como viene es en parte, aceptar que a la adversidad le debemos lo mejor de nosotros mismos. Es lo que le da valor a nuestra vida. Lo que despierta en nosotros las mejores virtudes. En las crisis es cuando mejor nos conocemos a nosotros mismos, ¡ya no digamos a los amigos....!

La pobreza por sí misma no es capaz de mantenernos derrotados y bajos en entusiasmo. Tampoco los años; la edad, no tienen nada que ver con nuestros éxitos o nuestros fracasos. Los apuros y los aprietos son meras formas de probarnos a nosotros mismos. A mayores quejas, mayores sufrimientos. Sufrir penalidades y andarlas pregonando es multiplicarlas. Existe más grandeza en compartir nuestros placeres y alegrías que en pregonar nuestros sufrimientos.

En realidad debemos evitar el estarnos quejando siempre, pues esto nos desacredita como personas. A nadie le gusta escuchar nuestras telenovelas. Jamás debemos esperar compasión de nadie. A la larga, el mundo nos trata como en secreto lo espera nuestro corazón. Y si nos empeñamos en agrandar nuestra mala suerte, será el mundo el que concluya y desee que la mala suerte acabe de una buena vez con nosotros.

Estemos preparados para los malos tiempos. Son siempre benéficos pues despiertan nuestra creatividad y cultivan nuestra mente. Nos hacen ver hacia el futuro y evaluar nuestro pasado. Permiten la acción en el presente. Veamos con optimismo la adversidad, pues ha llegado para hacernos me