/ domingo 22 de mayo de 2022

Sierra Tarahumara, sin tregua ante incendios forestales

Actualmente se han visto afectadas más de 8 mil 867 hectáreas por los incendios forestales que han arrasado con gran parte de nuestra Sierra Tarahumara, hasta el último reporte son 10 incendios activos.

Chihuahua está ardiendo y la temporada no cede ante los rezos de las comunidades rarámuris por lluvias que hagan florecer la esperanza en una situación desértica y de sequía.

Las afectaciones a las comunidades cercanas a la Sierra Tarahumara son incalculables, territorios y zonas han sido devastados; sólo siete de los diez incendios activos han sido controlados, es decir un 70 por ciento. Como ciudadanos de este hermoso estado vemos con impotencia cómo el problema crece y por más


buena voluntad, esfuerzo y entrega que exista por brigadistas voluntarios se necesita la mano y el presupuesto de los gobiernos, autoridades que dejen de lado el discurso ambientalista de los dientes para afuera cuando piden el voto y que realmente reflejen esa “preocupación” que según ellos tienen, políticas reales y presupuestos encaminados a cuidar nuestros bosques. Yo crecí en esa hermosa Sierra Tarahumara, ahí pasé mis años de infancia y no se parece nada a lo que era, se nota el descuido y el poco interés en programas de silvicultura al bosque, los pocos esfuerzos no han sido suficientes y nunca ha sido una prioridad. Los desafíos ambientales en el estado son muchos, se debe reconocer la labor de los brigadistas, voluntarios, de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), bomberos, Protección Civil y de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).

Sin embargo, no debemos dejar de ver que es un problema socioeconómico enorme, que claro hay que visibilizar y atender de inmediato; habría que analizar con detenimiento, desde las


comisiones designadas ¿dónde se concentra la raíz de este problema?

Es decir, qué porcentaje de los incendios al año son debido a causas naturales, y qué otro porcentaje es derivado por accidentes o bien, intencionados….

Muchos se preguntarán ¿qué impacto social tiene un incendio forestal?

Simple… gran parte del territorio de la Sierra Tarahumara se dedica a la agricultura, ganadería, siembra y cosecha, que es de donde se genera la mayor parte de los empleos de las comunidades serranas.

Pero, algo importante que hay que destacar es que la calidad del aire también se ve afectada, un recurso que no se mide de manera económica, pero que también está impactando de manera directa en la calidad de vida de nuestros chihuahuenses.

Las partes altas de nuestra hermosa Sierra Tarahumara son fuente del vital líquido para Chihuahua y su protección y mala atención a estas catástrofes sólo son consecuencia de las pocas políticas públicas en pro del medio ambiente.

Desde hace dos años el recurso a Semarnat y Conafor decayó hasta casi un 60 por ciento y la recuperación de estas dependencias que luchan por salvaguardar nuestros recursos naturales ha sido nula o poca.

Los presupuestos para estas dependencias de la mano de la 4T iban para el 2021 en un incremento del menos de 2 por ciento, pero en realidad el panorama nos habla de 2,151 plazas perdidas, plazas que eran destinadas a la defensa y protección del medio ambiente.

Es obvio nuestro reclamo, necesitamos dirigentes, políticos, representantes que sean proambientalistas, que haya una cultura ecologista desde las cabezas de los gobiernos.

No podemos dejar de ser apáticos ante un problema como este, nuestro estado es el segundo productor forestal más grande e importante del país.

Balleza, Bocoyna, Guachochi, Guadalupe y Calvo, Madera, Maguarichi, Morelos y Urique son los municipios más afectados, con hectáreas devastadas, con la vida de cientos en un hilo, con la lucha de años de tantos por sus tierras.


Actualmente se han visto afectadas más de 8 mil 867 hectáreas por los incendios forestales que han arrasado con gran parte de nuestra Sierra Tarahumara, hasta el último reporte son 10 incendios activos.

Chihuahua está ardiendo y la temporada no cede ante los rezos de las comunidades rarámuris por lluvias que hagan florecer la esperanza en una situación desértica y de sequía.

Las afectaciones a las comunidades cercanas a la Sierra Tarahumara son incalculables, territorios y zonas han sido devastados; sólo siete de los diez incendios activos han sido controlados, es decir un 70 por ciento. Como ciudadanos de este hermoso estado vemos con impotencia cómo el problema crece y por más


buena voluntad, esfuerzo y entrega que exista por brigadistas voluntarios se necesita la mano y el presupuesto de los gobiernos, autoridades que dejen de lado el discurso ambientalista de los dientes para afuera cuando piden el voto y que realmente reflejen esa “preocupación” que según ellos tienen, políticas reales y presupuestos encaminados a cuidar nuestros bosques. Yo crecí en esa hermosa Sierra Tarahumara, ahí pasé mis años de infancia y no se parece nada a lo que era, se nota el descuido y el poco interés en programas de silvicultura al bosque, los pocos esfuerzos no han sido suficientes y nunca ha sido una prioridad. Los desafíos ambientales en el estado son muchos, se debe reconocer la labor de los brigadistas, voluntarios, de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), bomberos, Protección Civil y de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).

Sin embargo, no debemos dejar de ver que es un problema socioeconómico enorme, que claro hay que visibilizar y atender de inmediato; habría que analizar con detenimiento, desde las


comisiones designadas ¿dónde se concentra la raíz de este problema?

Es decir, qué porcentaje de los incendios al año son debido a causas naturales, y qué otro porcentaje es derivado por accidentes o bien, intencionados….

Muchos se preguntarán ¿qué impacto social tiene un incendio forestal?

Simple… gran parte del territorio de la Sierra Tarahumara se dedica a la agricultura, ganadería, siembra y cosecha, que es de donde se genera la mayor parte de los empleos de las comunidades serranas.

Pero, algo importante que hay que destacar es que la calidad del aire también se ve afectada, un recurso que no se mide de manera económica, pero que también está impactando de manera directa en la calidad de vida de nuestros chihuahuenses.

Las partes altas de nuestra hermosa Sierra Tarahumara son fuente del vital líquido para Chihuahua y su protección y mala atención a estas catástrofes sólo son consecuencia de las pocas políticas públicas en pro del medio ambiente.

Desde hace dos años el recurso a Semarnat y Conafor decayó hasta casi un 60 por ciento y la recuperación de estas dependencias que luchan por salvaguardar nuestros recursos naturales ha sido nula o poca.

Los presupuestos para estas dependencias de la mano de la 4T iban para el 2021 en un incremento del menos de 2 por ciento, pero en realidad el panorama nos habla de 2,151 plazas perdidas, plazas que eran destinadas a la defensa y protección del medio ambiente.

Es obvio nuestro reclamo, necesitamos dirigentes, políticos, representantes que sean proambientalistas, que haya una cultura ecologista desde las cabezas de los gobiernos.

No podemos dejar de ser apáticos ante un problema como este, nuestro estado es el segundo productor forestal más grande e importante del país.

Balleza, Bocoyna, Guachochi, Guadalupe y Calvo, Madera, Maguarichi, Morelos y Urique son los municipios más afectados, con hectáreas devastadas, con la vida de cientos en un hilo, con la lucha de años de tantos por sus tierras.