/ domingo 3 de octubre de 2021

Sin derechos, periodistas en América Latina 

Gobiernos autócratas y populistas incrementaron la persecución y acoso

Fenómeno que amenaza con extenderse

Por: José Luis Jáquez Balderrama

En varios países de América Latina se han suprimidos derechos de los periodistas, principalmente donde “gobiernan” los llamados autócratas o populistas, fenómeno que amenaza con extenderse a otras naciones.

La Organización de los Estados Americanos denunció que en Nicaragua, Cuba y Venezuela no existe el Estado de Derecho ni garantías para las personas que se dedican al periodismo.

Daniel Ortega, Miguel Díaz-Canel y Nicolás Maduro han incrementado la persecución y acoso contra los medios de comunicación críticos al régimen o dictadura. Esto atenta contra la democracia.

Pedro Vaca, relator de Libertad de Expresión de la OEA, manifestó durante el foro “La prensa latinoamericana bajo sitio, libertad para periodistas detenidos”, organizados por el Club Nacional de Prensa en Washington DC, que decidió alzar la voz, pues “no hay garantía de la libertad de prensa en estos tres países”.

Y son precisamente Ortega, Díaz-Canel y Maduro quienes fueron criticados fuertemente por antidemocráticos, sobre todo por los presidentes de Uruguay, Paraguay, Ecuador y Colombia durante la VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), celebrada el 18 de septiembre de 2021 en la Ciudad de México.

La cumbre sirvió para evidenciar grandes “desacuerdos”; además no hubo ningún incentivo entre los jefes de estado, menos de los Estados Unidos, Canadá o Brasil por desplazar a la OEA y sustituirla por otra instancia. Un fracaso.

Regresando al tema del foro, se dijo que en Nicaragua, Venezuela y Cuba existe una “una política estatal de silencio, que usa mecanismos sofisticados de censura”, con la participación del Sistema Judicial, la Fiscalía y la Policía.

El marco institucional no está a favor de los derechos humanos y libertad de expresión, al contrario se protegen mecanismos autoritarios. La OEA tiene los testimonios de los periodistas nicaragüenses, venezolanos y cubanos.

Basta recordar que en los últimos 20 meses, 27 periodistas han sido asesinados en Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Venezuela. Un serio peligro para ejercer el periodismo. Una noble profesión.

Y en el mismo periodo, 11 periodistas han sido arrestados y más de 30 han sido judicializados por su labor.

Daniel Ortega ordenó cerrar el periódico independiente La Prensa, con casi cien años de existencia. Sus dueños (la familia Chamorro) han sido asesinados, encarcelados o expulsados de su país.

Retos y peligros del periodismo

El periodismo es uno de los actores principales en los cambios políticos de muchas naciones, pero hoy en día existen muchos enemigos como los gobernantes populistas, caciques y la delincuencia.

La ruta a seguir es una prensa participativa, moderna, abierta a las corrientes políticas, involucrada en la solución de los problemas sociales.

Este proyecto es de todos los mexicanos, pero principalmente de quienes vemos en el periodismo una forma de pensar y vivir.

No todo mundo ve al periodista como el precursor de los cambios democráticos, por ello los constantes ataques, muchos de ellos surgen desde el poder gubernamental.

Todas ellas hacen un apostolado para la defensa de todas las causas que prodigan mayores beneficios a la humanidad, que propagan ideas nuevas que hagan surgir y progresar.

Los periodistas ejercen una función social, ya que son el vínculo entre quienes ejercen funciones públicas y la población. Y cuando ese hilo conductor se vulnera o se inhibe, la población deja de recibir la información necesaria para el debate público.

La libertad de expresión presupone que exista seguridad para quien la ejerce, pues no basta que ésta sea tutelada por el sistema jurídico, sino que también es necesario que no haya ningún temor de quienes ejercen esta profesión.

En últimas fechas hemos visto cómo las demandas por "delitos de prensa" están siendo utilizados como distractores en la discusión que los medios de comunicación han puesto en el debate público: desviación de recursos, enriquecimiento inexplicable, narcotráfico, pederastia, etcétera, en los que se han visto envueltos funcionarios públicos o gente cercana al poder.

Es deber del gobierno erradicar la impunidad de quienes atentan contra la prensa libre, y hacerlo abre espacios para la construcción de una sociedad mejor informada y por lo tanto más libre, participativa y democrática.

Nos pueden seguir: palabrapropia@hotmail.com twiter@palabrapropia

Antena radio 102.5 FM. de lunes a viernes de 5 a 6 de la tarde

Gobiernos autócratas y populistas incrementaron la persecución y acoso

Fenómeno que amenaza con extenderse

Por: José Luis Jáquez Balderrama

En varios países de América Latina se han suprimidos derechos de los periodistas, principalmente donde “gobiernan” los llamados autócratas o populistas, fenómeno que amenaza con extenderse a otras naciones.

La Organización de los Estados Americanos denunció que en Nicaragua, Cuba y Venezuela no existe el Estado de Derecho ni garantías para las personas que se dedican al periodismo.

Daniel Ortega, Miguel Díaz-Canel y Nicolás Maduro han incrementado la persecución y acoso contra los medios de comunicación críticos al régimen o dictadura. Esto atenta contra la democracia.

Pedro Vaca, relator de Libertad de Expresión de la OEA, manifestó durante el foro “La prensa latinoamericana bajo sitio, libertad para periodistas detenidos”, organizados por el Club Nacional de Prensa en Washington DC, que decidió alzar la voz, pues “no hay garantía de la libertad de prensa en estos tres países”.

Y son precisamente Ortega, Díaz-Canel y Maduro quienes fueron criticados fuertemente por antidemocráticos, sobre todo por los presidentes de Uruguay, Paraguay, Ecuador y Colombia durante la VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), celebrada el 18 de septiembre de 2021 en la Ciudad de México.

La cumbre sirvió para evidenciar grandes “desacuerdos”; además no hubo ningún incentivo entre los jefes de estado, menos de los Estados Unidos, Canadá o Brasil por desplazar a la OEA y sustituirla por otra instancia. Un fracaso.

Regresando al tema del foro, se dijo que en Nicaragua, Venezuela y Cuba existe una “una política estatal de silencio, que usa mecanismos sofisticados de censura”, con la participación del Sistema Judicial, la Fiscalía y la Policía.

El marco institucional no está a favor de los derechos humanos y libertad de expresión, al contrario se protegen mecanismos autoritarios. La OEA tiene los testimonios de los periodistas nicaragüenses, venezolanos y cubanos.

Basta recordar que en los últimos 20 meses, 27 periodistas han sido asesinados en Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Venezuela. Un serio peligro para ejercer el periodismo. Una noble profesión.

Y en el mismo periodo, 11 periodistas han sido arrestados y más de 30 han sido judicializados por su labor.

Daniel Ortega ordenó cerrar el periódico independiente La Prensa, con casi cien años de existencia. Sus dueños (la familia Chamorro) han sido asesinados, encarcelados o expulsados de su país.

Retos y peligros del periodismo

El periodismo es uno de los actores principales en los cambios políticos de muchas naciones, pero hoy en día existen muchos enemigos como los gobernantes populistas, caciques y la delincuencia.

La ruta a seguir es una prensa participativa, moderna, abierta a las corrientes políticas, involucrada en la solución de los problemas sociales.

Este proyecto es de todos los mexicanos, pero principalmente de quienes vemos en el periodismo una forma de pensar y vivir.

No todo mundo ve al periodista como el precursor de los cambios democráticos, por ello los constantes ataques, muchos de ellos surgen desde el poder gubernamental.

Todas ellas hacen un apostolado para la defensa de todas las causas que prodigan mayores beneficios a la humanidad, que propagan ideas nuevas que hagan surgir y progresar.

Los periodistas ejercen una función social, ya que son el vínculo entre quienes ejercen funciones públicas y la población. Y cuando ese hilo conductor se vulnera o se inhibe, la población deja de recibir la información necesaria para el debate público.

La libertad de expresión presupone que exista seguridad para quien la ejerce, pues no basta que ésta sea tutelada por el sistema jurídico, sino que también es necesario que no haya ningún temor de quienes ejercen esta profesión.

En últimas fechas hemos visto cómo las demandas por "delitos de prensa" están siendo utilizados como distractores en la discusión que los medios de comunicación han puesto en el debate público: desviación de recursos, enriquecimiento inexplicable, narcotráfico, pederastia, etcétera, en los que se han visto envueltos funcionarios públicos o gente cercana al poder.

Es deber del gobierno erradicar la impunidad de quienes atentan contra la prensa libre, y hacerlo abre espacios para la construcción de una sociedad mejor informada y por lo tanto más libre, participativa y democrática.

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