/ viernes 3 de diciembre de 2021

Sin logros ni resultados

López Obrador realizó un mitin en el Zócalo capitalino, convocando a miles de simpatizantes para dar un mensaje sobre los primeros tres años de gobierno, con el peligro que implican las concentraciones masivas aun en la vía pública, y pese a las llamadas de alerta a nivel mundial de científicos, infectólogos y médicos sobre el grave riesgo de contagios por Covid y ante la amenaza de la nueva cepa del virus Ómicron, que se advierte más agresiva.

Más que un evento informativo, se trató de un mitin político, en el que las autoalabanzas salieron a flote, ante los mexicanos que lo aplauden.

Algunas reflexiones al respecto; desde su “púlpito” invitó indebidamente a la multitud a participar en la revocación del mandato, ejercicio que en realidad pretende la “ratificación” para demostrar a sus seguidores que sigue siendo el mandamás. Reiteró también su frase favorita, parafraseando a Juárez, de que con el pueblo todo, sin el pueblo nada y de que es el pueblo quien tiene el poder en sus manos, no obstante se le olvida que el pueblo lo conformamos todos los mexicanos, sean conservadores, neoliberales, fifís o chairos, por lo que debe gobernar para todos, y dejar de dividirnos como sociedad cada vez que tiene oportunidad.

No podía faltar en su mensaje el agradecimiento a “sus legisladores” que todo le aprueban sin cambiar ni una coma ni un punto, y son los mismos que le cantaron Las Mañanitas desde el recinto legislativo como muestra de su incondicional entrega.

El presidente es congruente con su arenga de que primero los pobres, ya que ciertamente en su gobierno se han sumado seis millones de nuevos pobres a los que ya existían.

Y por supuesto vuelve a rematar en contra de los políticos corruptos, pero sin que a la fecha se haya metido a la cárcel a ninguno de ellos, no obstante que son por todos conocidos los políticos que saquearon los dineros del “pueblo” y que ahora viven como reyes en Europa y en otras partes del mundo.

En estos primeros tres años de gobierno hemos sido testigos de mucha demagogia del Ejecutivo federal, porque no hay logros ni buenos resultados de su gobierno. Es paradójico que varias encuestas arrojen el dato de que la popularidad del presidente ronda en el 60%, aun con los malos resultados, la pregunta es: ¿De qué nos sirve a los mexicanos la popularidad de AMLO si el país está en crisis?

Ante la realidad que nos aqueja, AMLO siempre argumenta que él tiene otros datos, de acuerdo a la ONG “Signos vitales de México” el Ejecutivo federal dice 90 mentiras diarias en sus mañaneras, rayando ya en las 70 mil mentiras y superando a Trump. Las promesas de campaña de López Obrador se han incumplido, una de ellas fue la de no mentir, y las mentiras están en todos sus discursos y mensajes; no robar, y siguen quedando impunes los actos de corrupción que también se dan en su gobierno, aunque diga que tiene otros datos; y no traicionar, pero se está traicionando constantemente a los mexicanos, por la falta de resultados positivos y la ausencia de logros para el engrandecimiento de México.


López Obrador realizó un mitin en el Zócalo capitalino, convocando a miles de simpatizantes para dar un mensaje sobre los primeros tres años de gobierno, con el peligro que implican las concentraciones masivas aun en la vía pública, y pese a las llamadas de alerta a nivel mundial de científicos, infectólogos y médicos sobre el grave riesgo de contagios por Covid y ante la amenaza de la nueva cepa del virus Ómicron, que se advierte más agresiva.

Más que un evento informativo, se trató de un mitin político, en el que las autoalabanzas salieron a flote, ante los mexicanos que lo aplauden.

Algunas reflexiones al respecto; desde su “púlpito” invitó indebidamente a la multitud a participar en la revocación del mandato, ejercicio que en realidad pretende la “ratificación” para demostrar a sus seguidores que sigue siendo el mandamás. Reiteró también su frase favorita, parafraseando a Juárez, de que con el pueblo todo, sin el pueblo nada y de que es el pueblo quien tiene el poder en sus manos, no obstante se le olvida que el pueblo lo conformamos todos los mexicanos, sean conservadores, neoliberales, fifís o chairos, por lo que debe gobernar para todos, y dejar de dividirnos como sociedad cada vez que tiene oportunidad.

No podía faltar en su mensaje el agradecimiento a “sus legisladores” que todo le aprueban sin cambiar ni una coma ni un punto, y son los mismos que le cantaron Las Mañanitas desde el recinto legislativo como muestra de su incondicional entrega.

El presidente es congruente con su arenga de que primero los pobres, ya que ciertamente en su gobierno se han sumado seis millones de nuevos pobres a los que ya existían.

Y por supuesto vuelve a rematar en contra de los políticos corruptos, pero sin que a la fecha se haya metido a la cárcel a ninguno de ellos, no obstante que son por todos conocidos los políticos que saquearon los dineros del “pueblo” y que ahora viven como reyes en Europa y en otras partes del mundo.

En estos primeros tres años de gobierno hemos sido testigos de mucha demagogia del Ejecutivo federal, porque no hay logros ni buenos resultados de su gobierno. Es paradójico que varias encuestas arrojen el dato de que la popularidad del presidente ronda en el 60%, aun con los malos resultados, la pregunta es: ¿De qué nos sirve a los mexicanos la popularidad de AMLO si el país está en crisis?

Ante la realidad que nos aqueja, AMLO siempre argumenta que él tiene otros datos, de acuerdo a la ONG “Signos vitales de México” el Ejecutivo federal dice 90 mentiras diarias en sus mañaneras, rayando ya en las 70 mil mentiras y superando a Trump. Las promesas de campaña de López Obrador se han incumplido, una de ellas fue la de no mentir, y las mentiras están en todos sus discursos y mensajes; no robar, y siguen quedando impunes los actos de corrupción que también se dan en su gobierno, aunque diga que tiene otros datos; y no traicionar, pero se está traicionando constantemente a los mexicanos, por la falta de resultados positivos y la ausencia de logros para el engrandecimiento de México.