/ lunes 5 de julio de 2021

Sobre la regulación 

Por: Amín Anchondo

Esta semana la Suprema Corte de Justicia de la Nación anuló cinco artículos de la Constitución con lo que se invalida la prohibición para el consumo lúdico y recreativo de la marihuana. El siguiente paso es que el Congreso de la Unión regule el consumo, transporte, producción, etc. Ahora cualquier persona con mayoría de edad y en solitario podrá consumir esta droga de manera médica, recreativa o lúdica.

Esto debe abrir un debate nacional bastante importante y trascendente para ver qué sucederá con esta regulación. Como todo, esto tiene pros y contras tanto para la salud pública como para la economía nacional, la seguridad pública, los derechos de las personas, etc.

Para poder tener este debate nacional, deberemos quitarnos los sesgos de pensamiento generados por nuestra propia historia, religión, costumbres, etc. Y comenzar a ver objetivamente qué es lo mejor para las personas y para nuestro país.

Regular la marihuana abre la puerta a la futura regulación de todas las demás drogas. Es un futuro que llegará y deberemos de abordarlo de la mejor manera. Tenemos que visualizar los beneficios que traerá en cuestiones médicas, cuestiones de seguridad pública por meter al mercado legal un producto más que generará impuestos y beneficios económicos a nuestro país. Y digo país porque podemos también producir, exportar y comercializar cannabis mexicana a otras partes del mundo.

También debemos tener en cuenta que el consumo aumentará, no sé en qué proporciones, pero sí aumentará. Se tendrá acceso más fácil al consumo y por tanto se deberá trabajar en campañas de concientización de los efectos nocivos en la salud para los consumidores. Pero tampoco podemos negar que al día de hoy existe un número enorme de consumidores alrededor de nosotros y se consumen productos que no saben su origen, su contenido, su calidad y sólo les queda confianza en un dealer que no sabes ni quién es.

No podemos tapar el sol con un dedo y negar una realidad existente. Hemos visto años en donde el presupuesto federal ni siquiera contempla prevención de adicciones, cuando sabemos lo que en realidad sucede. Por eso, esto que pasará en estas semanas en México abre la posibilidad de hacer algo estudiado, debatido y bien hecho para entrar a una regulación que beneficie y no perjudique.

El recurso recaudado por los impuestos a este nuevo mercado serán muchos y se deberán invertir en prevención, mejorar los servicios de salud, en campañas de consumo razonable, etc. Esto no sólo ayudará a las personas usuarias de esta droga, sino a toda la población.

Debemos también privilegiar el enfoque derecho humanista, cada persona tiene el poder de hacer con su cuerpo lo que crea conveniente, esto sin perder de vista que el Estado debe hacer todo lo posible para cuidar la salud pública, pero nunca a costa de los derechos de las personas.

Vayamos pues con mente abierta a estos debates, investiguemos sobre las repercusiones y logremos la mejor opción para nuestro país. Hagamos las cosas bien.

Por: Amín Anchondo

Esta semana la Suprema Corte de Justicia de la Nación anuló cinco artículos de la Constitución con lo que se invalida la prohibición para el consumo lúdico y recreativo de la marihuana. El siguiente paso es que el Congreso de la Unión regule el consumo, transporte, producción, etc. Ahora cualquier persona con mayoría de edad y en solitario podrá consumir esta droga de manera médica, recreativa o lúdica.

Esto debe abrir un debate nacional bastante importante y trascendente para ver qué sucederá con esta regulación. Como todo, esto tiene pros y contras tanto para la salud pública como para la economía nacional, la seguridad pública, los derechos de las personas, etc.

Para poder tener este debate nacional, deberemos quitarnos los sesgos de pensamiento generados por nuestra propia historia, religión, costumbres, etc. Y comenzar a ver objetivamente qué es lo mejor para las personas y para nuestro país.

Regular la marihuana abre la puerta a la futura regulación de todas las demás drogas. Es un futuro que llegará y deberemos de abordarlo de la mejor manera. Tenemos que visualizar los beneficios que traerá en cuestiones médicas, cuestiones de seguridad pública por meter al mercado legal un producto más que generará impuestos y beneficios económicos a nuestro país. Y digo país porque podemos también producir, exportar y comercializar cannabis mexicana a otras partes del mundo.

También debemos tener en cuenta que el consumo aumentará, no sé en qué proporciones, pero sí aumentará. Se tendrá acceso más fácil al consumo y por tanto se deberá trabajar en campañas de concientización de los efectos nocivos en la salud para los consumidores. Pero tampoco podemos negar que al día de hoy existe un número enorme de consumidores alrededor de nosotros y se consumen productos que no saben su origen, su contenido, su calidad y sólo les queda confianza en un dealer que no sabes ni quién es.

No podemos tapar el sol con un dedo y negar una realidad existente. Hemos visto años en donde el presupuesto federal ni siquiera contempla prevención de adicciones, cuando sabemos lo que en realidad sucede. Por eso, esto que pasará en estas semanas en México abre la posibilidad de hacer algo estudiado, debatido y bien hecho para entrar a una regulación que beneficie y no perjudique.

El recurso recaudado por los impuestos a este nuevo mercado serán muchos y se deberán invertir en prevención, mejorar los servicios de salud, en campañas de consumo razonable, etc. Esto no sólo ayudará a las personas usuarias de esta droga, sino a toda la población.

Debemos también privilegiar el enfoque derecho humanista, cada persona tiene el poder de hacer con su cuerpo lo que crea conveniente, esto sin perder de vista que el Estado debe hacer todo lo posible para cuidar la salud pública, pero nunca a costa de los derechos de las personas.

Vayamos pues con mente abierta a estos debates, investiguemos sobre las repercusiones y logremos la mejor opción para nuestro país. Hagamos las cosas bien.