/ miércoles 24 de febrero de 2021

Sobreviviendo 2021

En la edición del pasado fin de semana del The Economist menciona algo aterrador: el SARS-Cov-2 (Covid-19) no se va a ir con la vacunación, se va a quedar con nosotros por mucho tiempo.

Esto hará que el uso del cubrebocas o la prohibición de reuniones podrían volverse permanentes durante los próximos años.

Y aunque las vacunas sí son un remedio que funciona, el hecho es que la guerra contra el virus va a ser un proceso muy prolongado, por tres motivos.

  1. Las vacunas están llegando a cuentagotas a casi todo el mundo.

Hasta la semana pasada el 75 por ciento de las vacunas fueron aplicadas en Estados Unidos, China y Europa. El otro 25 por ciento fue para el resto del mundo.

En México, se acabaron las vacunas disponibles y se aplicaron un poco más de 725 mil, equivalentes al 0.57 por ciento de la población total. No será posible vacunar al total de la población este año.

Por otro lado, se tienen a la vista 500 mil dosis de Pfizer y 870 mil de AstraZeneca. Con las que se terminará el mes con alrededor de 2 millones de dosis aplicadas.

Esperaríamos que en el mes de marzo cambien los volúmenes y se reciban varios millones más, aunque no hay ninguna seguridad al respecto, ni se proporciona información veraz al respecto. Todas las semanas se declaran cifras que resultan no ciertas.

  1. Las mutaciones del virus.

Algo que hará que el virus SARS-Cov-2 continúe por mucho tiempo su capacidad para generar mutaciones.

  1. Los no vacunados

Hay una parte de la población que no recibirá la vacuna, sea por decisión propia, por ser menor de edad o por vivir en lugares muy apartados.

Para conseguir la llamada inmunidad “de rebaño”, se requiere que el 80 por ciento de la población desarrolle anticuerpos.

Como ya mencionamos, lo más probable es que México tenga un ritmo lento de inmunización, lo que hará que tengamos altas y bajas de los contagios en el curso de todo este año.

Es poco probable que en 2021 podamos retornar a la normalidad de nuestras costumbres, más vale ir haciéndonos a la idea de que no será así.

En lo económico, no hay buenas noticias sobre la capacidad de la economía mexicana para generar más y mejores empleos ni para contener la pobreza.

El deterioro de la actividad económica al inicio del año por el agravamiento de la pandemia de Covid-19 limitó la recuperación de empleos formales en el país.

Además, en enero de este año, hubo 792 mil personas menos con empleo formal, en comparación con febrero de 2020, antes de la emergencia sanitaria.

Los empleos formales perdidos en 2020 no se podrán recuperar en los próximos meses, tampoco en 2021, perpetuando a la población más vulnerable del país a la pobreza.

La pobreza por ingresos regresó a niveles de hace 10 años, según el reciente Informe de 2020 del Coneval.

Eso implica que, de 61 millones de personas identificadas en 2018 con un ingreso inferior a la línea de pobreza por ingresos, en 2020 habría 71 millones en esa situación.

México será el que más acrecentaría el número de personas en pobreza extrema entre los países latinoamericanos, por el impacto económico de Covid-19.

Mientras la pandemia se convirtió en un aliciente para agilizar el cambio en casi todo el mundo, en México cayó “como anillo al dedo” para regresarnos medio siglo.

En la edición del pasado fin de semana del The Economist menciona algo aterrador: el SARS-Cov-2 (Covid-19) no se va a ir con la vacunación, se va a quedar con nosotros por mucho tiempo.

Esto hará que el uso del cubrebocas o la prohibición de reuniones podrían volverse permanentes durante los próximos años.

Y aunque las vacunas sí son un remedio que funciona, el hecho es que la guerra contra el virus va a ser un proceso muy prolongado, por tres motivos.

  1. Las vacunas están llegando a cuentagotas a casi todo el mundo.

Hasta la semana pasada el 75 por ciento de las vacunas fueron aplicadas en Estados Unidos, China y Europa. El otro 25 por ciento fue para el resto del mundo.

En México, se acabaron las vacunas disponibles y se aplicaron un poco más de 725 mil, equivalentes al 0.57 por ciento de la población total. No será posible vacunar al total de la población este año.

Por otro lado, se tienen a la vista 500 mil dosis de Pfizer y 870 mil de AstraZeneca. Con las que se terminará el mes con alrededor de 2 millones de dosis aplicadas.

Esperaríamos que en el mes de marzo cambien los volúmenes y se reciban varios millones más, aunque no hay ninguna seguridad al respecto, ni se proporciona información veraz al respecto. Todas las semanas se declaran cifras que resultan no ciertas.

  1. Las mutaciones del virus.

Algo que hará que el virus SARS-Cov-2 continúe por mucho tiempo su capacidad para generar mutaciones.

  1. Los no vacunados

Hay una parte de la población que no recibirá la vacuna, sea por decisión propia, por ser menor de edad o por vivir en lugares muy apartados.

Para conseguir la llamada inmunidad “de rebaño”, se requiere que el 80 por ciento de la población desarrolle anticuerpos.

Como ya mencionamos, lo más probable es que México tenga un ritmo lento de inmunización, lo que hará que tengamos altas y bajas de los contagios en el curso de todo este año.

Es poco probable que en 2021 podamos retornar a la normalidad de nuestras costumbres, más vale ir haciéndonos a la idea de que no será así.

En lo económico, no hay buenas noticias sobre la capacidad de la economía mexicana para generar más y mejores empleos ni para contener la pobreza.

El deterioro de la actividad económica al inicio del año por el agravamiento de la pandemia de Covid-19 limitó la recuperación de empleos formales en el país.

Además, en enero de este año, hubo 792 mil personas menos con empleo formal, en comparación con febrero de 2020, antes de la emergencia sanitaria.

Los empleos formales perdidos en 2020 no se podrán recuperar en los próximos meses, tampoco en 2021, perpetuando a la población más vulnerable del país a la pobreza.

La pobreza por ingresos regresó a niveles de hace 10 años, según el reciente Informe de 2020 del Coneval.

Eso implica que, de 61 millones de personas identificadas en 2018 con un ingreso inferior a la línea de pobreza por ingresos, en 2020 habría 71 millones en esa situación.

México será el que más acrecentaría el número de personas en pobreza extrema entre los países latinoamericanos, por el impacto económico de Covid-19.

Mientras la pandemia se convirtió en un aliciente para agilizar el cambio en casi todo el mundo, en México cayó “como anillo al dedo” para regresarnos medio siglo.