/ sábado 29 de junio de 2019

Soliloquio


“Yo tengo otros datos”


A casi siete meses de que tomó protesta el Ejecutivo federal, son más los problemas que nos aquejan, las incongruencias continúan y los mexicanos pensantes ya nos cansamos del dicho trillado de López Obrador, “yo tengo otros datos”. En política la percepción es fondo, la gente no sólo percibe, le constan los altos índices de delincuencia y de corrupción. A los problemas que aquejan a México no se les ve pies ni cabeza, mucho menos solución. Ya son 210 días del gobierno de la “4ª Transformación”, en los que se incrementa la corrupción y la violencia. Durante su larga campaña AMLO se comprometió a desterrar la corrupción desde el primer día de su gobierno, ya pasó más de medio año y está lejos de cumplirse; es alarmante el número de homicidios; el mes de mayo fue considerado el más violento en el país, casi cien asesinatos por día, de tal manera que el primer semestre del sexenio de López Obrador es uno de los más violentos, con 17,500 asesinatos, esto de acuerdo a los datos actualizados del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Ya no queremos oír en las “mañaneras” que la corrupción y la violencia son la herencia del sistema neoliberal de la mafia del poder, que dejó crecer al crimen organizado, o cosas por el estilo. Queremos soluciones, seguridad, queremos transitar por las calles sin sentir la paranoia de ser acechados, asaltados, secuestrados o de que una bala perdida nos alcance.

Ya no queremos saber que AMLO tiene otros datos, diferentes a los de su propio gabinete o a los del Inegi; ejercer el gobierno no debe ser a capricho, tampoco es para inventar ocurrencias, evadir responsabilidad, cumplir caprichos personales, dividir a los mexicanos con mensajes de odio; queremos que se reconozca la gravedad de los problemas y se encuentren las soluciones.

El reto que tiene el gobierno de López Obrador es enorme, cada vez son más las personas que le dieron su voto, que hoy están desilusionadas y arrepentidas de haberlo apoyado. Los mexicanos queremos un cambio, pero para mejorar, no para que empeoren los problemas.




“Yo tengo otros datos”


A casi siete meses de que tomó protesta el Ejecutivo federal, son más los problemas que nos aquejan, las incongruencias continúan y los mexicanos pensantes ya nos cansamos del dicho trillado de López Obrador, “yo tengo otros datos”. En política la percepción es fondo, la gente no sólo percibe, le constan los altos índices de delincuencia y de corrupción. A los problemas que aquejan a México no se les ve pies ni cabeza, mucho menos solución. Ya son 210 días del gobierno de la “4ª Transformación”, en los que se incrementa la corrupción y la violencia. Durante su larga campaña AMLO se comprometió a desterrar la corrupción desde el primer día de su gobierno, ya pasó más de medio año y está lejos de cumplirse; es alarmante el número de homicidios; el mes de mayo fue considerado el más violento en el país, casi cien asesinatos por día, de tal manera que el primer semestre del sexenio de López Obrador es uno de los más violentos, con 17,500 asesinatos, esto de acuerdo a los datos actualizados del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Ya no queremos oír en las “mañaneras” que la corrupción y la violencia son la herencia del sistema neoliberal de la mafia del poder, que dejó crecer al crimen organizado, o cosas por el estilo. Queremos soluciones, seguridad, queremos transitar por las calles sin sentir la paranoia de ser acechados, asaltados, secuestrados o de que una bala perdida nos alcance.

Ya no queremos saber que AMLO tiene otros datos, diferentes a los de su propio gabinete o a los del Inegi; ejercer el gobierno no debe ser a capricho, tampoco es para inventar ocurrencias, evadir responsabilidad, cumplir caprichos personales, dividir a los mexicanos con mensajes de odio; queremos que se reconozca la gravedad de los problemas y se encuentren las soluciones.

El reto que tiene el gobierno de López Obrador es enorme, cada vez son más las personas que le dieron su voto, que hoy están desilusionadas y arrepentidas de haberlo apoyado. Los mexicanos queremos un cambio, pero para mejorar, no para que empeoren los problemas.