/ domingo 13 de marzo de 2022

Somos la voz de las que ya no están 8M 

Por: Brenda Ríos

Esta semana estuve en la marcha del 8M, verdaderamente toda una experiencia, quien no ha estado ahí no puede dimensionar la convicción, apoyo y entrega que se siente cuando caminamos unidas en una sola voz una voz que necesita ser escuchada y no sólo eso, necesita ser “atendida”, no porque sea el tema de moda o “políticamente rentable” necesita ser atendida porque existe y ha existido un problema grave que hemos tenido siempre con los gobiernos y se llama “simulación” hacen como que les importa y se les van los tiempos creando leyes institutos, fiscalías direcciones etcétera según en pro de los derechos de las mujeres y sin afán de demeritar a quien si trabaje con convicción es este tipo de circos armados por los gobiernos para decirnos qué “les importa el tema”…

Muy fácil, los resultados están ahí en cifras (maquilladas, pero aún así son pésimas ) es ahí donde verdaderamente vemos la voluntad de quienes deberían garantizar que las mujeres nos sintamos seguras, gobiernos van y gobiernos vienen y la cosa sigue igual o peor, son buenos para agarrar el tema de género de bandera en las campañas pero a la hora de entrarle se pierden juzgando un movimiento auténtico, el cual ya siendo gobierno les incomoda y no les abona a su popularidad para brincar de puesto ¿y saben por qué nos les abona? porque no lo saben manejar, porque no lo “sienten”, un ejemplo la poca m… llamémoslo poca “sensibilidad” en las declaraciones de algunos los funcionarios, de verdad qué poca… ¡se ponen a defender la puerta de Palacio de Gobierno cuando el tema es otro!, las causas que originaron el enojo, desesperación y hartazgo no se atienden, ahí está el problema, por eso digo que se pierden en el discurso…

Yo los invitaría a que en lugar de defender una puerta o cualquier cosa material se hubieran dado una vuelta a la marcha del día 8 y escucharán con atención las historias desgarradoras de miles y miles de mujeres que claman justicia y a otras tantas apoyando, siendo empáticas y sororas a mujeres que han sido abusadas, violadas a las que les han pisoteado sus derechos a quienes llevaban entre sus manos carteles con fotos de sus hijas , hermanas, amigas desaparecidas o muertas, historias de mujeres que tienen años sin aparecer, unas que ya aparecieron muertas, mutiladas, violadas y que no se ha hecho justicia…. ese dolor, esa impotencia de saber que nadie hizo ni hace nada por garantizar nuestra seguridad o la de alguien que amas es lo que ha hecho crecer este movimiento ¿y aun así tiene el descaro de defender lo indefendible?

En lugar de juzgar y decir que les “duele la actitud de las mujeres” hubieran salido de la comodidad de sus oficinas a acercarse a platicar con las miles de víctimas, mínimo para que se sensibilicen y traigan los datos reales, esos datos que sólo se perciben y encuentran en la cercanía con la gente… pero no lo hacen porque la cosa sigue siendo igual que siempre, el gobierno por un lado y una sociedad dolida que no se siente representada por políticos que gobiernan atrás de un escritorio, qué diferente serían las cosas si no existiera esa separación.

Me preguntaban hace un par de días unos amigos que si estoy de acuerdo en que se pinten monumentos, quiebren vidrios, que se dañe lo material, y mi respuesta fue que estoy de acuerdo con todo lo que haga que las autoridades volteen a ver el problema y la historia corta y larga nos dice que no lo han hecho, para mí jamás va a tener más valor algo material que la vida perdida de tantas niñas y mujeres en manos de un sistema que no funciona para nosotros o por lo menos para las miles de víctimas que marcharon.

El día que nos escuchen, el día que nos resuelvan todos estos terribles casos, el día que nos sintamos seguras y no tengamos que marchar por algo que no debería estar en discusión como lo son nuestros derechos, ese día estoy segura que no habrá más marchas con daños materiales, pero me pregunto: ¿Qué es lo material comparado con una vida humana? No se pierdan en eso, abramos los ojos y no vivamos en nuestra burbuja de privilegios, pongámonos en el lugar de las víctimas y por un momento pensemos en su desesperación….

Hay un problema que origina este enojo, segura estoy de que si a cualquier de quien me lee viviera el calvario de perder a un ser querido de encontrar a su hijas, hermana, amiga tirada en una zanja, violada, mutilada, muerta harían escuchar su voz como fuera, y clamarían y exigirían justicia, así sea destruyendo cosas materiales a su paso, imagínense la impotencia de perder a un ser que amas y que tengas 10 años pidiendo que integren la carpeta de investigación o peor aun, que sepas quién lo hizo y siga libre e impune, porque como el caso de Marisela Escobedo hay cientos, muchos, los pude ver y escuchar el día 8, definitivamente falta voluntad y sensibilidad para darle la vuelta a un tema que no se está atendiendo desde su origen.

Yo me quedo por ahora con la satisfacción de ir a la marcha con mis hermanas, de vernos y sentirnos ese día unidas en una misma causa, en una sola voz, eso es algo que estando ahí en medio de un mar de mujeres víctimas y llenas de dolor te marca y cambia la perspectiva de un tema que ha venido tomando fuerza en los últimos años o más bien dicho las mujeres valientes en esta lucha levantando la voz han puesto sobre la mesa los temas de género y en la agenda de los gobiernos sin muchos resultados aún…. pero ahí seguiremos, apostando por nosotras, apoyando a las de enseguida, empoderándonos las unas a las otras levantando la voz, solidarias con el dolor, y cómo se dijo en la marcha, no acusen a unas cuantas, “fuimos todas”, y mientras no den resultados así será, cállenos la boca, pero con resultados…

Definitivamente algo de lo que estoy segura más que nunca es que jamás van a tener la comodidad de nuestro silencio, porque estamos unidas y eso es el inicio de una revolución a favor de las mujeres.

Por: Brenda Ríos

Esta semana estuve en la marcha del 8M, verdaderamente toda una experiencia, quien no ha estado ahí no puede dimensionar la convicción, apoyo y entrega que se siente cuando caminamos unidas en una sola voz una voz que necesita ser escuchada y no sólo eso, necesita ser “atendida”, no porque sea el tema de moda o “políticamente rentable” necesita ser atendida porque existe y ha existido un problema grave que hemos tenido siempre con los gobiernos y se llama “simulación” hacen como que les importa y se les van los tiempos creando leyes institutos, fiscalías direcciones etcétera según en pro de los derechos de las mujeres y sin afán de demeritar a quien si trabaje con convicción es este tipo de circos armados por los gobiernos para decirnos qué “les importa el tema”…

Muy fácil, los resultados están ahí en cifras (maquilladas, pero aún así son pésimas ) es ahí donde verdaderamente vemos la voluntad de quienes deberían garantizar que las mujeres nos sintamos seguras, gobiernos van y gobiernos vienen y la cosa sigue igual o peor, son buenos para agarrar el tema de género de bandera en las campañas pero a la hora de entrarle se pierden juzgando un movimiento auténtico, el cual ya siendo gobierno les incomoda y no les abona a su popularidad para brincar de puesto ¿y saben por qué nos les abona? porque no lo saben manejar, porque no lo “sienten”, un ejemplo la poca m… llamémoslo poca “sensibilidad” en las declaraciones de algunos los funcionarios, de verdad qué poca… ¡se ponen a defender la puerta de Palacio de Gobierno cuando el tema es otro!, las causas que originaron el enojo, desesperación y hartazgo no se atienden, ahí está el problema, por eso digo que se pierden en el discurso…

Yo los invitaría a que en lugar de defender una puerta o cualquier cosa material se hubieran dado una vuelta a la marcha del día 8 y escucharán con atención las historias desgarradoras de miles y miles de mujeres que claman justicia y a otras tantas apoyando, siendo empáticas y sororas a mujeres que han sido abusadas, violadas a las que les han pisoteado sus derechos a quienes llevaban entre sus manos carteles con fotos de sus hijas , hermanas, amigas desaparecidas o muertas, historias de mujeres que tienen años sin aparecer, unas que ya aparecieron muertas, mutiladas, violadas y que no se ha hecho justicia…. ese dolor, esa impotencia de saber que nadie hizo ni hace nada por garantizar nuestra seguridad o la de alguien que amas es lo que ha hecho crecer este movimiento ¿y aun así tiene el descaro de defender lo indefendible?

En lugar de juzgar y decir que les “duele la actitud de las mujeres” hubieran salido de la comodidad de sus oficinas a acercarse a platicar con las miles de víctimas, mínimo para que se sensibilicen y traigan los datos reales, esos datos que sólo se perciben y encuentran en la cercanía con la gente… pero no lo hacen porque la cosa sigue siendo igual que siempre, el gobierno por un lado y una sociedad dolida que no se siente representada por políticos que gobiernan atrás de un escritorio, qué diferente serían las cosas si no existiera esa separación.

Me preguntaban hace un par de días unos amigos que si estoy de acuerdo en que se pinten monumentos, quiebren vidrios, que se dañe lo material, y mi respuesta fue que estoy de acuerdo con todo lo que haga que las autoridades volteen a ver el problema y la historia corta y larga nos dice que no lo han hecho, para mí jamás va a tener más valor algo material que la vida perdida de tantas niñas y mujeres en manos de un sistema que no funciona para nosotros o por lo menos para las miles de víctimas que marcharon.

El día que nos escuchen, el día que nos resuelvan todos estos terribles casos, el día que nos sintamos seguras y no tengamos que marchar por algo que no debería estar en discusión como lo son nuestros derechos, ese día estoy segura que no habrá más marchas con daños materiales, pero me pregunto: ¿Qué es lo material comparado con una vida humana? No se pierdan en eso, abramos los ojos y no vivamos en nuestra burbuja de privilegios, pongámonos en el lugar de las víctimas y por un momento pensemos en su desesperación….

Hay un problema que origina este enojo, segura estoy de que si a cualquier de quien me lee viviera el calvario de perder a un ser querido de encontrar a su hijas, hermana, amiga tirada en una zanja, violada, mutilada, muerta harían escuchar su voz como fuera, y clamarían y exigirían justicia, así sea destruyendo cosas materiales a su paso, imagínense la impotencia de perder a un ser que amas y que tengas 10 años pidiendo que integren la carpeta de investigación o peor aun, que sepas quién lo hizo y siga libre e impune, porque como el caso de Marisela Escobedo hay cientos, muchos, los pude ver y escuchar el día 8, definitivamente falta voluntad y sensibilidad para darle la vuelta a un tema que no se está atendiendo desde su origen.

Yo me quedo por ahora con la satisfacción de ir a la marcha con mis hermanas, de vernos y sentirnos ese día unidas en una misma causa, en una sola voz, eso es algo que estando ahí en medio de un mar de mujeres víctimas y llenas de dolor te marca y cambia la perspectiva de un tema que ha venido tomando fuerza en los últimos años o más bien dicho las mujeres valientes en esta lucha levantando la voz han puesto sobre la mesa los temas de género y en la agenda de los gobiernos sin muchos resultados aún…. pero ahí seguiremos, apostando por nosotras, apoyando a las de enseguida, empoderándonos las unas a las otras levantando la voz, solidarias con el dolor, y cómo se dijo en la marcha, no acusen a unas cuantas, “fuimos todas”, y mientras no den resultados así será, cállenos la boca, pero con resultados…

Definitivamente algo de lo que estoy segura más que nunca es que jamás van a tener la comodidad de nuestro silencio, porque estamos unidas y eso es el inicio de una revolución a favor de las mujeres.