/ martes 11 de enero de 2022

STEM y Habilidades Suaves

Hablaremos de dos términos. El término STEM (por sus siglas en inglés) es el acrónimo de los términos en inglés Science, Technology, Engineering and Mathematics (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas); y “Habilidades blandas”, entre las cuales encontramos comúnmente comunicación y escucha efectiva, flexibilidad, motivación, trabajo en equipo, resiliencia, negociación, inteligencia emocional, gestión del tiempo, y en todo esto se engloban características de liderazgo.

Las primeras (STEM) son características desarrollables a través de las técnicas educativas tradicionales, aunque hoy en día requerimos métodos motivacionales más desarrollados y con mejor convicción de parte de los instructores o maestros. Los cambios tecnológicos y herramientas con las cuales las nuevas generaciones van creciendo muestran que es más fácil usar una computadora o un teléfono para hacer algo sencillo como sumar o restar. Hemos ido haciendo mentes menos dedicadas a dar movimiento rápido al proceso lógico de pensar y lo cambiamos por el de obtener datos de manera inmediata. Pero hay que enseñar la profundidad de esa habilidad que estamos perdiendo, mostrando sus cualidades neurológicas, donde el cerebro desarrolla capacidades analíticas y puede encontrar soluciones de acuerdo a las circunstancias propias de la situación en que nos encontremos más que en una receta de cocina.

Esta educación es recomendada iniciarla desde edades tempranas, donde el juego sea la iniciación y no una carga emocional complicada, existe como ejemplos el “bee bot” que de manera muy amigable y propedéutica enseña principios incluso de programación a los pequeños.

Pero, ¿por qué es conveniente hacer esto?, ¿por qué hacer que nuestros hijos aprendan estas técnicas?

Es sencillo, el futuro tiene un avance acelerado, exponencial, con técnicas y tecnologías cada vez más sofisticadas, competencias mejor desarrolladas y habilidades cada vez más especializadas. Cuando los niños y adolescentes de hoy entren al mercado laboral, ya sea como empleados o empresarios, estas herramientas estarán dispersas por todo el mundo, la competencia será férrea y si en verdad queremos mejorar las condiciones de vida, ingreso y bienestar, podemos apostar que estar preparando en STEM (incluso como en algunos casos sucede que agregamos la A por arte), el futuro puede ser mejor aún y estaremos en posición de jugar al parejo con los mejores.

Pero no queremos que esto cree seres como robots fríos y calculadores, el espíritu colaborativo está inmerso en esto y la interacción con otros es parte de la formación. No habremos de perder de vista los aspectos humanos y es recomendable, como se mencionó al principio, que las habilidades blandas sean complemento de estas herramientas de vida. Hagamos seres humanos que den lo mejor de sí, que a la vez busquen desarrollar lo mejor de quienes los rodean. Líderes capaces y responsables, y hablo también de responsabilidad social, de buscar mejorar las condiciones de nuestra comunidad en general.

Enfoquemos las baterías en el desarrollo humano, en las habilidades duras y blandas, pero con la firme intención de tener mejores seres humanos, mejores mexicanos, chihuahuenses nobles y leales, valientes por naturaleza. En fin, que la “chihuahuenidad” sea un ejemplo de competitividad a nivel mundial. No es un sueño, veo que estamos tomando los cauces correctos y dando los pasos requeridos para ello. Fuera del romanticismo de las frases está el gran sentido de superación y entereza que nos hará superar las condiciones que el día de hoy se presentan cuesta arriba, pero con entereza e inteligencia los habremos siempre de superar.

Feliz año 2022.


Hablaremos de dos términos. El término STEM (por sus siglas en inglés) es el acrónimo de los términos en inglés Science, Technology, Engineering and Mathematics (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas); y “Habilidades blandas”, entre las cuales encontramos comúnmente comunicación y escucha efectiva, flexibilidad, motivación, trabajo en equipo, resiliencia, negociación, inteligencia emocional, gestión del tiempo, y en todo esto se engloban características de liderazgo.

Las primeras (STEM) son características desarrollables a través de las técnicas educativas tradicionales, aunque hoy en día requerimos métodos motivacionales más desarrollados y con mejor convicción de parte de los instructores o maestros. Los cambios tecnológicos y herramientas con las cuales las nuevas generaciones van creciendo muestran que es más fácil usar una computadora o un teléfono para hacer algo sencillo como sumar o restar. Hemos ido haciendo mentes menos dedicadas a dar movimiento rápido al proceso lógico de pensar y lo cambiamos por el de obtener datos de manera inmediata. Pero hay que enseñar la profundidad de esa habilidad que estamos perdiendo, mostrando sus cualidades neurológicas, donde el cerebro desarrolla capacidades analíticas y puede encontrar soluciones de acuerdo a las circunstancias propias de la situación en que nos encontremos más que en una receta de cocina.

Esta educación es recomendada iniciarla desde edades tempranas, donde el juego sea la iniciación y no una carga emocional complicada, existe como ejemplos el “bee bot” que de manera muy amigable y propedéutica enseña principios incluso de programación a los pequeños.

Pero, ¿por qué es conveniente hacer esto?, ¿por qué hacer que nuestros hijos aprendan estas técnicas?

Es sencillo, el futuro tiene un avance acelerado, exponencial, con técnicas y tecnologías cada vez más sofisticadas, competencias mejor desarrolladas y habilidades cada vez más especializadas. Cuando los niños y adolescentes de hoy entren al mercado laboral, ya sea como empleados o empresarios, estas herramientas estarán dispersas por todo el mundo, la competencia será férrea y si en verdad queremos mejorar las condiciones de vida, ingreso y bienestar, podemos apostar que estar preparando en STEM (incluso como en algunos casos sucede que agregamos la A por arte), el futuro puede ser mejor aún y estaremos en posición de jugar al parejo con los mejores.

Pero no queremos que esto cree seres como robots fríos y calculadores, el espíritu colaborativo está inmerso en esto y la interacción con otros es parte de la formación. No habremos de perder de vista los aspectos humanos y es recomendable, como se mencionó al principio, que las habilidades blandas sean complemento de estas herramientas de vida. Hagamos seres humanos que den lo mejor de sí, que a la vez busquen desarrollar lo mejor de quienes los rodean. Líderes capaces y responsables, y hablo también de responsabilidad social, de buscar mejorar las condiciones de nuestra comunidad en general.

Enfoquemos las baterías en el desarrollo humano, en las habilidades duras y blandas, pero con la firme intención de tener mejores seres humanos, mejores mexicanos, chihuahuenses nobles y leales, valientes por naturaleza. En fin, que la “chihuahuenidad” sea un ejemplo de competitividad a nivel mundial. No es un sueño, veo que estamos tomando los cauces correctos y dando los pasos requeridos para ello. Fuera del romanticismo de las frases está el gran sentido de superación y entereza que nos hará superar las condiciones que el día de hoy se presentan cuesta arriba, pero con entereza e inteligencia los habremos siempre de superar.

Feliz año 2022.