/ miércoles 2 de diciembre de 2020

Sueños y pesadillas

En varias ocasiones he oído o leído: Esta vida es un sueño. Las primeras veces no alcanzaba a entender la magnitud de la afirmación, pero hay muchas ideas y creencias que nos mantienen dormidos ante una realidad que está gritando: ¡Despierta!

Cuando soñamos estamos en una dimensión que sólo existe en nuestra mente, vivimos diferentes situaciones que no son reales, pero que se plasman como vivencia. Los seres humanos vivimos sumergidos más que nunca en un sueño.

Los sueños idealistas nos quieren evitar una pesadilla real, pero tarde o temprano o morimos en el intento de evasión o despertamos con un monstruo encima.

En el último viaje largo que hice antes de la pandemia, recuerdo estar en un aeropuerto enorme, y me perturbó la cantidad de personas que iban y venían ¡Era una locura! Personas perdiendo vuelos porque las filas de migración eran interminables, restaurantes hasta el tope, salas de espera saturadas, maletas rodando, tiendas ofreciendo uno y mil productos, personas ausentes clavadas en pantallas, etc. Y ahí en ese caos “normal” pensé: Somos demasiados, el mundo no puede seguir así, ya no hay espacio suficiente para que todos tengamos paz y armonía.

¿Cómo se puede parar esta multiplicación de humanos tan desordenada? y me vinieron a la mente las mentalidades que nos tienen poniendo toda nuestra fe en que Dios solucione todo, evadiendo nuestra responsabilidad en un sueño que repite: “Dios dirá!”, y en el cual no atendemos el mensaje divino en las consecuencias que genera ese libre albedrío a la deriva.

Dios es amor y su plan no puede tener la locura de traer hijos a este mundo al ahi se va. La planeación de una familia es importantísima, deberíamos agregar a nuestras creencias que los elementos de fertilidad son sagrados, óvulos y semen, dos que juntos crean la maravilla de una nueva vida. ¿Pero se está valorando realmente la posibilidad de engendrar un ser humano cuando el sexo se vive en un sueño inconsciente, borracho, infantil, adúltero, violador, forzado, agresivo, etc? El acto sexual es un sueño, que muchas veces se convierte en pesadilla, con el aborto, con el rechazo, con el maltrato, con la violación, con el sometimiento, con la injusticia. ¡Podemos decir que todo ser humano tiene derecho a la vida en un sueño ideal! ¿Pero cuál es la realidad?, nacen y nacen niños en circunstancias y ambientes terribles.

Hoy me entró una preocupación por la sobrepoblación, y me vino a la mente esa frase de la Biblia donde dice que nos multipliquemos, que poblemos la Tierra, pero en esa multiplicación falta la responsabilidad de hacerlo con amor y prudencia.

Creo que hemos llegado a un punto donde la multiplicación debe pasar a suma, sumar seres humanos donde serán considerados, cuidados, amados. Sumemos con amor y entrega a esos seres que llegan al mundo por nuestras acciones. Dejemos esa multiplicación que en resultados inciertos derrama elementos de vida olvidando que siempre hay la posibilidad de engendrar un ser humano.

Estamos en una guerra, que como no es la tradicional de enfrentamientos violentos, no estamos considerando que al igual que toda guerra nos resultará en una recesión.

Di no al sexo irresponsable, ahí está una arma que se detona y que muchas veces hiere de muerte desde la concepción, el desarrollo y el nacimiento de un inocente.

En varias ocasiones he oído o leído: Esta vida es un sueño. Las primeras veces no alcanzaba a entender la magnitud de la afirmación, pero hay muchas ideas y creencias que nos mantienen dormidos ante una realidad que está gritando: ¡Despierta!

Cuando soñamos estamos en una dimensión que sólo existe en nuestra mente, vivimos diferentes situaciones que no son reales, pero que se plasman como vivencia. Los seres humanos vivimos sumergidos más que nunca en un sueño.

Los sueños idealistas nos quieren evitar una pesadilla real, pero tarde o temprano o morimos en el intento de evasión o despertamos con un monstruo encima.

En el último viaje largo que hice antes de la pandemia, recuerdo estar en un aeropuerto enorme, y me perturbó la cantidad de personas que iban y venían ¡Era una locura! Personas perdiendo vuelos porque las filas de migración eran interminables, restaurantes hasta el tope, salas de espera saturadas, maletas rodando, tiendas ofreciendo uno y mil productos, personas ausentes clavadas en pantallas, etc. Y ahí en ese caos “normal” pensé: Somos demasiados, el mundo no puede seguir así, ya no hay espacio suficiente para que todos tengamos paz y armonía.

¿Cómo se puede parar esta multiplicación de humanos tan desordenada? y me vinieron a la mente las mentalidades que nos tienen poniendo toda nuestra fe en que Dios solucione todo, evadiendo nuestra responsabilidad en un sueño que repite: “Dios dirá!”, y en el cual no atendemos el mensaje divino en las consecuencias que genera ese libre albedrío a la deriva.

Dios es amor y su plan no puede tener la locura de traer hijos a este mundo al ahi se va. La planeación de una familia es importantísima, deberíamos agregar a nuestras creencias que los elementos de fertilidad son sagrados, óvulos y semen, dos que juntos crean la maravilla de una nueva vida. ¿Pero se está valorando realmente la posibilidad de engendrar un ser humano cuando el sexo se vive en un sueño inconsciente, borracho, infantil, adúltero, violador, forzado, agresivo, etc? El acto sexual es un sueño, que muchas veces se convierte en pesadilla, con el aborto, con el rechazo, con el maltrato, con la violación, con el sometimiento, con la injusticia. ¡Podemos decir que todo ser humano tiene derecho a la vida en un sueño ideal! ¿Pero cuál es la realidad?, nacen y nacen niños en circunstancias y ambientes terribles.

Hoy me entró una preocupación por la sobrepoblación, y me vino a la mente esa frase de la Biblia donde dice que nos multipliquemos, que poblemos la Tierra, pero en esa multiplicación falta la responsabilidad de hacerlo con amor y prudencia.

Creo que hemos llegado a un punto donde la multiplicación debe pasar a suma, sumar seres humanos donde serán considerados, cuidados, amados. Sumemos con amor y entrega a esos seres que llegan al mundo por nuestras acciones. Dejemos esa multiplicación que en resultados inciertos derrama elementos de vida olvidando que siempre hay la posibilidad de engendrar un ser humano.

Estamos en una guerra, que como no es la tradicional de enfrentamientos violentos, no estamos considerando que al igual que toda guerra nos resultará en una recesión.

Di no al sexo irresponsable, ahí está una arma que se detona y que muchas veces hiere de muerte desde la concepción, el desarrollo y el nacimiento de un inocente.

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