/ jueves 9 de julio de 2020

T-MEC, Covid y elecciones gabachas

Desde el 2016, año en el que Donald Trump se encontraba en campaña para convertirse en el presidente número 45 de los Estados Unidos, mencionó que el Tratado de Libre Comercio (TLC), puesto en marcha en 1994 y firmado por los entonces mandatarios: George H. W. Bush (EU), Brian Mulroney (Canadá) y Carlos Salinas de Gortari (México), colocaba al país de las barras y las estrellas en clara desventaja y por consiguiente consideraría cancelarlo para plantear otro tratado con algunas significativas variaciones al anterior. Así fue.

T-MEC es como se le conoce al nuevo tratado entre estos tres países y después de un sinnúmero de reuniones, caprichos, ajustes y desajustes, ya entró en vigor para tratar de resolver los profundos retos en el terreno comercial que se presentan ante los efectos de una pandemia proveniente de tierras asiáticas y que ha traído en jaque a todas las naciones.

La popularidad del polémico habitante de la Casa Blanca ha venido hacia abajo; según el prestigioso Instituto Gallup que desde 1935 realiza análisis y asesorías y con sede en Washington, reveló que a inicios del mes pasado Trump decreció en su aceptación por parte del pueblo norteamericano en 10 puntos al pasar de un 49% a un 39%, las causas principales son la violencia con la que actúa su policía (caso George Floyd), y la ineptitud con que se ha manejado la situación del Covid-19.

Esta firma del T-MEC le viene (circunstancialmente, claro), como anillo al dedo a Donald Trump en vistas de su ansiada reelección que buscará en las elecciones del próximo 3 de noviembre. Hay quienes ven la visita del presidente de México a Estados Unidos como parte de la estrategia republicana ya que el exvicepresidente Joe Biden (demócrata), ya se encuentra por arriba en las preferencias electorales. Mr. Trump sabe que el voto hispano representa mucho en las urnas, en el 2016 logró un 50% y hará hasta lo imposible por volverlo a obtener. Veremos.

Esta visita del señor de las mañaneras al vecino país del norte a unos cuantos meses de las elecciones podría poner a México en una situación incómoda en un futuro si se llega a dar el triunfo demócrata. Es por ello de suma importancia lo que se vio ayer en tan polémico encuentro en tierras gabachas en el momento menos oportuno y hasta cayendo en el terreno de lo innecesario.

Del otro lado del muro las defunciones por el coronavirus se salieron de control y de este lado no cantamos mal las rancheras, pero el T-MEC es más importante. ¿Será?

Desde el 2016, año en el que Donald Trump se encontraba en campaña para convertirse en el presidente número 45 de los Estados Unidos, mencionó que el Tratado de Libre Comercio (TLC), puesto en marcha en 1994 y firmado por los entonces mandatarios: George H. W. Bush (EU), Brian Mulroney (Canadá) y Carlos Salinas de Gortari (México), colocaba al país de las barras y las estrellas en clara desventaja y por consiguiente consideraría cancelarlo para plantear otro tratado con algunas significativas variaciones al anterior. Así fue.

T-MEC es como se le conoce al nuevo tratado entre estos tres países y después de un sinnúmero de reuniones, caprichos, ajustes y desajustes, ya entró en vigor para tratar de resolver los profundos retos en el terreno comercial que se presentan ante los efectos de una pandemia proveniente de tierras asiáticas y que ha traído en jaque a todas las naciones.

La popularidad del polémico habitante de la Casa Blanca ha venido hacia abajo; según el prestigioso Instituto Gallup que desde 1935 realiza análisis y asesorías y con sede en Washington, reveló que a inicios del mes pasado Trump decreció en su aceptación por parte del pueblo norteamericano en 10 puntos al pasar de un 49% a un 39%, las causas principales son la violencia con la que actúa su policía (caso George Floyd), y la ineptitud con que se ha manejado la situación del Covid-19.

Esta firma del T-MEC le viene (circunstancialmente, claro), como anillo al dedo a Donald Trump en vistas de su ansiada reelección que buscará en las elecciones del próximo 3 de noviembre. Hay quienes ven la visita del presidente de México a Estados Unidos como parte de la estrategia republicana ya que el exvicepresidente Joe Biden (demócrata), ya se encuentra por arriba en las preferencias electorales. Mr. Trump sabe que el voto hispano representa mucho en las urnas, en el 2016 logró un 50% y hará hasta lo imposible por volverlo a obtener. Veremos.

Esta visita del señor de las mañaneras al vecino país del norte a unos cuantos meses de las elecciones podría poner a México en una situación incómoda en un futuro si se llega a dar el triunfo demócrata. Es por ello de suma importancia lo que se vio ayer en tan polémico encuentro en tierras gabachas en el momento menos oportuno y hasta cayendo en el terreno de lo innecesario.

Del otro lado del muro las defunciones por el coronavirus se salieron de control y de este lado no cantamos mal las rancheras, pero el T-MEC es más importante. ¿Será?