/ jueves 17 de enero de 2019

Tanque lleno, por favor “La táctica consiste en saber qué hacer cuando hay algo que hacer”

Savielly Tartakower

Eutimio es un simpático norteño que posee una camioneta a la que cada semana le pone 1,000 pesos de gasolina de la Magna, pide a los empleados de la gasolinera que le revisen el aire de los neumáticos y que le limpien el vidrio frontal; una vez atendido invariablemente deja de propina un billete de 20 pesos.

La semana pasada por razones de trabajo Eutimio viajó en su camioneta desde Chihuahua hasta la Ciudad de México, pernoctó a medio camino en un pequeño hotel de la bella ciudad de Zacatecas y a la mañana siguiente tras deleitarse con un plato de birria continuó su trayecto. Una vez que ingresó a la ciudad de los palacios y al percatarse de que le quedaba menos de un cuarto de gasolina buscó la más próxima gasolinera para reabastecerse de combustible; 37 autos se encontraban antes que él, optó por buscar otra, al encontrarla la fila andaba en las mismas, no le quedó más que esperar; cuando llegó su turno le dijo a la despachadora: “Tanque lleno, por favor señorita, de la Magna”, a lo que con una leve sonrisa la señorita le contestó -No señor, no hay Magna y sólo le puedo vender 400 pesos y rapidito, por favor – Ante la cara de sorpresa de Eutimio, la dama cuestionó -¿Qué no ha visto lo de los huachicoleros?, - ¿Qué es eso? preguntó el norteño. - Pues la verdad no sé bien de qué se trata, pero hay desabasto. Después de tan informativa conversación y con sus contados litros suministrados, Eutimio continuó hacia la colonia Roma (sí, la de la película), donde lo esperaban algunos compañeros. Del regreso de Eutimio les contaré en otra ocasión.

Por supuesto que se agradece que el presidente de la república combata de manera frontal el robo de combustible, pero pues la manera en que se realice dicho combate tiene que ser bien explicada a la sociedad, sobre todo si una de las posibles consecuencias tiene que ver con un temporal desabasto de gasolina. Si las autoridades piden al pueblo no realizar compras desesperadas de combustible motivados por el miedo, la respuesta siempre será lo contrario a lo que se pide, y esto obedece a la falta de confianza, tema en el que se tiene que trabajar, y mucho.

Y mientras en Venezuela Nicolás Maduro (el de los pajaritos) se receta un “¡Viva México!” que retembló en sus centros la tierra, la secretaria de Energía Rocío Nahle, en una soberbia declaración, dijo que la escasez de gasolina durará lo que tenga que durar. ¿Quiúbo?, ¿así o más claro? Por su parte Pemex a través de un comunicado aseguró que nuestro querido México no enfrenta desabasto, sólo retrasos en la distribución.

Hay que llenarles el tanque a nuestras autoridades para que realicen una adecuada estrategia en este energético terreno sin que se afecte a la ciudadanía, y aunque el primer mandatario pida paciencia, es bien sabido que si algo no nos sobra es tiempo. Ande pues.

Savielly Tartakower

Eutimio es un simpático norteño que posee una camioneta a la que cada semana le pone 1,000 pesos de gasolina de la Magna, pide a los empleados de la gasolinera que le revisen el aire de los neumáticos y que le limpien el vidrio frontal; una vez atendido invariablemente deja de propina un billete de 20 pesos.

La semana pasada por razones de trabajo Eutimio viajó en su camioneta desde Chihuahua hasta la Ciudad de México, pernoctó a medio camino en un pequeño hotel de la bella ciudad de Zacatecas y a la mañana siguiente tras deleitarse con un plato de birria continuó su trayecto. Una vez que ingresó a la ciudad de los palacios y al percatarse de que le quedaba menos de un cuarto de gasolina buscó la más próxima gasolinera para reabastecerse de combustible; 37 autos se encontraban antes que él, optó por buscar otra, al encontrarla la fila andaba en las mismas, no le quedó más que esperar; cuando llegó su turno le dijo a la despachadora: “Tanque lleno, por favor señorita, de la Magna”, a lo que con una leve sonrisa la señorita le contestó -No señor, no hay Magna y sólo le puedo vender 400 pesos y rapidito, por favor – Ante la cara de sorpresa de Eutimio, la dama cuestionó -¿Qué no ha visto lo de los huachicoleros?, - ¿Qué es eso? preguntó el norteño. - Pues la verdad no sé bien de qué se trata, pero hay desabasto. Después de tan informativa conversación y con sus contados litros suministrados, Eutimio continuó hacia la colonia Roma (sí, la de la película), donde lo esperaban algunos compañeros. Del regreso de Eutimio les contaré en otra ocasión.

Por supuesto que se agradece que el presidente de la república combata de manera frontal el robo de combustible, pero pues la manera en que se realice dicho combate tiene que ser bien explicada a la sociedad, sobre todo si una de las posibles consecuencias tiene que ver con un temporal desabasto de gasolina. Si las autoridades piden al pueblo no realizar compras desesperadas de combustible motivados por el miedo, la respuesta siempre será lo contrario a lo que se pide, y esto obedece a la falta de confianza, tema en el que se tiene que trabajar, y mucho.

Y mientras en Venezuela Nicolás Maduro (el de los pajaritos) se receta un “¡Viva México!” que retembló en sus centros la tierra, la secretaria de Energía Rocío Nahle, en una soberbia declaración, dijo que la escasez de gasolina durará lo que tenga que durar. ¿Quiúbo?, ¿así o más claro? Por su parte Pemex a través de un comunicado aseguró que nuestro querido México no enfrenta desabasto, sólo retrasos en la distribución.

Hay que llenarles el tanque a nuestras autoridades para que realicen una adecuada estrategia en este energético terreno sin que se afecte a la ciudadanía, y aunque el primer mandatario pida paciencia, es bien sabido que si algo no nos sobra es tiempo. Ande pues.