/ martes 12 de noviembre de 2019

Tendencias políticas (I)

“Todos los partidos políticos mueren al final, al devorar sus propias mentiras”. Doctor Arbuthnot


Grandes pensadores de todas las épocas nos heredaron sus tesis de las tendencias políticas. Una revolución en especial, aportó a la humanidad experiencias, conceptos, juicios y razonamientos sobre su proceso. Vayamos a Francia al siglo XVIII, tenía un régimen monárquico absoluto, el rey según la base política, era el “álter ego” por la gracia de Dios. La nobleza, recibía títulos, prerrogativas y riqueza de Su Majestad. Su estatus era de clase dominante, no trabajaban y poseían las mejores tierras, que los siervos de la gleba trabajaban. El sistema feudal en su apogeo, explotando a miles de hombres, en la miseria, en la enfermedad y sometidos a un clero voraz, que cobraba diversos impuestos, que provenían del esfuerzo laboral de los trabajadores. Sin embargo ya había surgido la burguesía en el comercio y la industria y la banca, convirtiéndose en un grupo social revolucionario que exigía cambios en el gobierno francés.

Querer componer una economía quebrada ha significado en la historia la explosión revolucionaria. Francia, durante el reinado de Luis XV, sostuvo guerras con el Imperio Británico, entre otras, el apoyo a los colonos ingleses de las trece colonias. Las sequías y los enormes gastos de la nobleza y el clero, exigían el cambio de rumbo económico del reino. Luis XVI, el nuevo rey, pusilámine, falto de carácter y mal aconsejado, fue de fracaso en fracaso. Finalmente, forzado, convocó a los Estados Generales (la nobleza, el clero y el Estado Llano), no se habían convocado desde 1615. En 1789, se iniciaron los encuentros, desde un principio el Estado Llano fijo su postura de sus 600 representantes, ante los 300 de la nobleza y los 300 del clero. La nobleza exigía la votación por estado, empero la burguesía revolucionaria siguió exigiendo la votación por representante y no por estado. Los representantes del estado llano se retiraron de la Asamblea y se reunieron en el salón del juego de pelota, donde juraron no separarse, hasta no tener una constitución que debía normar la monarquía absoluta. La burguesía obtuvo el papel rector de la denominada Asamblea Constituyente, esto sucedió de junio de 1789, hasta noviembre del mismo año. La revolución estalló.


“Todos los partidos políticos mueren al final, al devorar sus propias mentiras”. Doctor Arbuthnot


Grandes pensadores de todas las épocas nos heredaron sus tesis de las tendencias políticas. Una revolución en especial, aportó a la humanidad experiencias, conceptos, juicios y razonamientos sobre su proceso. Vayamos a Francia al siglo XVIII, tenía un régimen monárquico absoluto, el rey según la base política, era el “álter ego” por la gracia de Dios. La nobleza, recibía títulos, prerrogativas y riqueza de Su Majestad. Su estatus era de clase dominante, no trabajaban y poseían las mejores tierras, que los siervos de la gleba trabajaban. El sistema feudal en su apogeo, explotando a miles de hombres, en la miseria, en la enfermedad y sometidos a un clero voraz, que cobraba diversos impuestos, que provenían del esfuerzo laboral de los trabajadores. Sin embargo ya había surgido la burguesía en el comercio y la industria y la banca, convirtiéndose en un grupo social revolucionario que exigía cambios en el gobierno francés.

Querer componer una economía quebrada ha significado en la historia la explosión revolucionaria. Francia, durante el reinado de Luis XV, sostuvo guerras con el Imperio Británico, entre otras, el apoyo a los colonos ingleses de las trece colonias. Las sequías y los enormes gastos de la nobleza y el clero, exigían el cambio de rumbo económico del reino. Luis XVI, el nuevo rey, pusilámine, falto de carácter y mal aconsejado, fue de fracaso en fracaso. Finalmente, forzado, convocó a los Estados Generales (la nobleza, el clero y el Estado Llano), no se habían convocado desde 1615. En 1789, se iniciaron los encuentros, desde un principio el Estado Llano fijo su postura de sus 600 representantes, ante los 300 de la nobleza y los 300 del clero. La nobleza exigía la votación por estado, empero la burguesía revolucionaria siguió exigiendo la votación por representante y no por estado. Los representantes del estado llano se retiraron de la Asamblea y se reunieron en el salón del juego de pelota, donde juraron no separarse, hasta no tener una constitución que debía normar la monarquía absoluta. La burguesía obtuvo el papel rector de la denominada Asamblea Constituyente, esto sucedió de junio de 1789, hasta noviembre del mismo año. La revolución estalló.