/ lunes 31 de mayo de 2021

Tenemos lo que merecemos por nuestra incongruencia

Por: Amín Anchondo

Debemos de ser muy autocríticos y plantearnos verdaderamente qué queremos para nuestro país. Creo que seré duro en esta columna de opinión, pero de verdad creo que es necesario.

No me dejarás mentir, pero en estas campañas se habla de lograr que Morena no gane las elecciones. Esta es una decisión muy legítima y razonable, sin embargo, creo que se está haciendo muy mal ese trabajo.

Andres Manuel llegó al poder en 2018 gracias a un hartazgo de la sociedad por la corrupción, violencias, injusticias, etc. Culpando a los partidos que habían tenido oportunidad de gobernar en el pasado, PRI y PAN. La gente estuvo de acuerdo con que no quería lo mismo y tenía que ganar alguien más que no fuera el PRIAN. No ganó por ser el mejor, sino porque era lo único diferente, ¿estamos de acuerdo hasta aquí?

Otro punto en el que creo que estaremos de acuerdo es que a nuestro país le urgía un cambio. La desigualdad es creciente e insostenible, la estrategia de seguridad evidentemente no funcionó, la corrupción hizo que todo el trabajo gubernamental se minimizara, etc., ¿estamos de acuerdo con la urgencia de cambio?

Asumiendo respuestas positivas en las dos hipótesis anteriores: AMLO llegó por representar algo diferente y la necesidad de cambio de rumbo de nuestro país. Entonces, ¿cómo se puede lograr el “objetivo” del que tanto se habla de que Morena no gane todo? Detente un minuto y haz un autoanálisis. ¿Se está haciendo lo correcto?

En lo personal, creo que no. Los partidos lograron el sueño de AMLO de materializar el PRIAN (me refiero a PRI y PAN como ejemplo, pero aplica para todos los partidos) con la narrativa de que era para poderle ganar a su ideología. Pero lo feo de esto es que están haciendo LO MISMO DE SIEMPRE. Porque las dinámicas al interior de estos partidos no les deja cambiar. Y lo digo con sentido y responsabilidad autocrítica. Hay candidaturas con evidentes problemas de corrupción, campañas exactamente iguales a las de siempre, promesas de campaña utópicas, luchas de grupos internos de partidos, búsqueda de poder por el poder y no por convicciones, etc.

¿Neta, creemos que así se va a poder contrarrestar la fuerza del partido político en el poder? Necesitamos pensar desde la lógica del bien común y no de intereses personales. Porque cuando decidimos por intereses propios, pues no importa ni el quién, ni el cómo, ni a dónde. Se pierde la legitimidad de exigencia e ideología y sólo importa que mi apuesta política sea ganadora para beneficiarme yo aunque sea insostenible mi país en el futuro. Pero cuando la apuesta es por un beneficio común, entonces nos damos cuenta que las luchas ideológicas valen la pena aunque sean más a largo plazo.

Reflexionemos esto. Porque no puede ser posible que al que obra bien, le vaya mal. Y se premie a lo que ha frenado el desarrollo de la gran mayoría de las personas en este país. Y si creemos que así podremos frenar la “ola morenista”, pues estamos muy equivocados. Tal vez podremos ganar una gubernatura o unas diputaciones, pero nunca podremos frenar una necesidad, legítima, de cambio en el país. Es momento de hacer lo correcto y eso cada quien lo sabe, aunque nos queramos hacer patos o nuestros intereses nos nublen la visión y la moral. Pensemos con altura de miras este 6 de junio y apostemosle a México. Dije que sería duro, pero yo sí quiero vivir en un país chingón para todos.

Por: Amín Anchondo

Debemos de ser muy autocríticos y plantearnos verdaderamente qué queremos para nuestro país. Creo que seré duro en esta columna de opinión, pero de verdad creo que es necesario.

No me dejarás mentir, pero en estas campañas se habla de lograr que Morena no gane las elecciones. Esta es una decisión muy legítima y razonable, sin embargo, creo que se está haciendo muy mal ese trabajo.

Andres Manuel llegó al poder en 2018 gracias a un hartazgo de la sociedad por la corrupción, violencias, injusticias, etc. Culpando a los partidos que habían tenido oportunidad de gobernar en el pasado, PRI y PAN. La gente estuvo de acuerdo con que no quería lo mismo y tenía que ganar alguien más que no fuera el PRIAN. No ganó por ser el mejor, sino porque era lo único diferente, ¿estamos de acuerdo hasta aquí?

Otro punto en el que creo que estaremos de acuerdo es que a nuestro país le urgía un cambio. La desigualdad es creciente e insostenible, la estrategia de seguridad evidentemente no funcionó, la corrupción hizo que todo el trabajo gubernamental se minimizara, etc., ¿estamos de acuerdo con la urgencia de cambio?

Asumiendo respuestas positivas en las dos hipótesis anteriores: AMLO llegó por representar algo diferente y la necesidad de cambio de rumbo de nuestro país. Entonces, ¿cómo se puede lograr el “objetivo” del que tanto se habla de que Morena no gane todo? Detente un minuto y haz un autoanálisis. ¿Se está haciendo lo correcto?

En lo personal, creo que no. Los partidos lograron el sueño de AMLO de materializar el PRIAN (me refiero a PRI y PAN como ejemplo, pero aplica para todos los partidos) con la narrativa de que era para poderle ganar a su ideología. Pero lo feo de esto es que están haciendo LO MISMO DE SIEMPRE. Porque las dinámicas al interior de estos partidos no les deja cambiar. Y lo digo con sentido y responsabilidad autocrítica. Hay candidaturas con evidentes problemas de corrupción, campañas exactamente iguales a las de siempre, promesas de campaña utópicas, luchas de grupos internos de partidos, búsqueda de poder por el poder y no por convicciones, etc.

¿Neta, creemos que así se va a poder contrarrestar la fuerza del partido político en el poder? Necesitamos pensar desde la lógica del bien común y no de intereses personales. Porque cuando decidimos por intereses propios, pues no importa ni el quién, ni el cómo, ni a dónde. Se pierde la legitimidad de exigencia e ideología y sólo importa que mi apuesta política sea ganadora para beneficiarme yo aunque sea insostenible mi país en el futuro. Pero cuando la apuesta es por un beneficio común, entonces nos damos cuenta que las luchas ideológicas valen la pena aunque sean más a largo plazo.

Reflexionemos esto. Porque no puede ser posible que al que obra bien, le vaya mal. Y se premie a lo que ha frenado el desarrollo de la gran mayoría de las personas en este país. Y si creemos que así podremos frenar la “ola morenista”, pues estamos muy equivocados. Tal vez podremos ganar una gubernatura o unas diputaciones, pero nunca podremos frenar una necesidad, legítima, de cambio en el país. Es momento de hacer lo correcto y eso cada quien lo sabe, aunque nos queramos hacer patos o nuestros intereses nos nublen la visión y la moral. Pensemos con altura de miras este 6 de junio y apostemosle a México. Dije que sería duro, pero yo sí quiero vivir en un país chingón para todos.