Por ROBERTA CORTAZAR B.
Cuando veo cómo las actitudes de inconsciencia y maldad inundan el mundo hago una
llamada al Creador y le digo: Señor ya es hora de que te des una vuelta mundana por este
planeta, que tu presencia sea apreciada por ateos y creyentes de una manera material,
donde no quede duda de que eres tú. Que nos pongas a cada cual en su lugar, una
especie de juicio final, pero con una segunda oportunidad para los de buena voluntad.
Que los malvados desaparezcan, que los violadores se diluyan en la nada, que pederastas
se desintegren, que los que tratan con seres humanos esclavizándolos laboral o
sexualmente mueran instantáneamente, que líderes políticos de mala madera caigan
tiesos en uno de sus mentirosos comunicados, que empresarios enfocados sólo en sus
ganancias sin pensar en cuidar el medio ambiente se desplomen en medio de todas sus
riquezas terrenas.
Y luego de haber hecho esas tres llamadas de auxilio, recapacito y analizo que lo que pasa ya estaba escrito y que tiene un propósito, y guardo silencio y me enfoco en lo que yo tengo que hacer y sigo en mi caminar ansiando que cada cual despertemos ante lo que estamos dormidos, que aún queriendo conservar la religión como una guía analicemos lo que ya no es factible en esta época, que el sentido común nos sacuda y entendamos que hasta en creencias nos debemos actualizar.
El Papa ya nos habla de medio ambiente, sabe que sin la salud y preservación de la
naturaleza no tenemos la oportunidad de vivir la maravillosa vida terrena. Este tema
requiere de cambios fuertes en estilos de vida y creencias. Imaginen un futuro desde un
presente que no puso freno en sobrepoblación, un tema delicado por conceptos de
aborto como única solución, siendo que el educar para no concebir es evitar la muerte de
muchos que ya vienen, y el dolor enorme de mujeres que viven la experiencia de una
terminación forzada de embarazo. Por eso pido que hagamos conciencia de la gran
responsabilidad de la función de nuestros genitales, no es lo que yo le puedo dar a mis
hijos, no es la idea absurda de un machismo que derrama vidas al ahí se va, es lo que ya
no puede dar la naturaleza cada vez más deteriorada a tantísimas personas. Cuando hago
estas afirmaciones puedo sonar hitleriana, pero no va por ahí, simplemente el mundo ya
no puede seguir siendo atacado en sus sistemas naturales sin un desenlace fatal,
exprimiendo sus recursos para que el ser humano viva con todo lo que implica las
necesidades básicas y los caprichos que ya son necedades fuertemente asentadas.
Me toma regularmente tres llamadas de auxilio al Creador cuando veo las injusticias y el
deterioro natural y termino bajándome de mi soberbia y aceptando su voluntad y
repitiendo: Dios concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar,
valor para cambiar aquellas que puedo y sabiduría para reconocer la diferencia.
Dios no habla desde la naturaleza ¿Lo escuchas? Somos un todo, hay que alimentarlo con
amor para conservarlo.