/ viernes 21 de septiembre de 2018

“Terminator” en la universidad

Hace años Arnold Schwarzenegger pronunció unas palabras en la Universidad de Houston de las que recojo algunas ideas. Después de reconocer los esfuerzos de los estudiantes les dijo, hablándole a cada uno de ellos: “Espero que no te confundas y pienses que llegaste tan lejos tú solo. No, no lo hiciste. Ninguno de nosotros puede alcanzar el éxito solo. Ninguno de nosotros. Ni siquiera yo, que fui Terminator y regresé a tiempo para salvar a la raza humana. Ni siquiera yo que luché y maté depredadores con mis propias manos. Siempre le digo a la gente que pueden llamarme como quieran. Pueden llamarme “Arnold”. Pueden llamarme “Schwarzenegger”. Pueden llamarme el “roble austriaco”. Pueden llamarme “Schwarzy. “Pueden llamarme “Arnie”. Pero nunca, nunca me digan que soy “el hombre que se hizo a sí mismo”.

Esto es muy importante. No llegué tan lejos por mi cuenta. Lo que he logrado lo hice con la ayuda de muchas personas, los que me dieron consejos, los que hicieron un esfuerzo, los que me levantaron cuando me caí. El concepto del hombre, o la mujer, que se hizo a sí mismo es un mito.

Les habló de cómo a él lo habían ayudado sus profesores, los entrenadores; su madre, estando al pendiente de que hiciera sus tareas y su padre, que le enseñó a practicar varios deportes con exigencia y disciplina; y que un día le dijo: “Arnold, hagas lo que hagas, sé útil”.

Déjame decirte que lo más importante en la vida es saber exactamente dónde estás. También entiende que ya llegó el momento de ayudar a los demás. De eso se trata todo esto. Tienes que ayudar a otros. No sólo pienses en ti mismo.

Como dijo mi suegro, el sargento Shriver, en el discurso de graduación de la Universidad de Yale: “Destruye tu espejo. Destruye el espejo que te hace mirarte siempre a ti mismo y podrás mirar a los que están detrás del espejo; los millones de personas que necesitan tu ayuda”.

Haz eso y devuelve algo a los demás… porque recuerda, al final, no nos van a recordar por cuánto hemos hecho, sino por cuánto hemos dado. Entiende que no se trata de ¡mí!, se trata de ¡nosotros! Convierte el “yo” en “nosotros”, y te garantizo que podrás cambiar el mundo.

www.padrealejandro.com



Hace años Arnold Schwarzenegger pronunció unas palabras en la Universidad de Houston de las que recojo algunas ideas. Después de reconocer los esfuerzos de los estudiantes les dijo, hablándole a cada uno de ellos: “Espero que no te confundas y pienses que llegaste tan lejos tú solo. No, no lo hiciste. Ninguno de nosotros puede alcanzar el éxito solo. Ninguno de nosotros. Ni siquiera yo, que fui Terminator y regresé a tiempo para salvar a la raza humana. Ni siquiera yo que luché y maté depredadores con mis propias manos. Siempre le digo a la gente que pueden llamarme como quieran. Pueden llamarme “Arnold”. Pueden llamarme “Schwarzenegger”. Pueden llamarme el “roble austriaco”. Pueden llamarme “Schwarzy. “Pueden llamarme “Arnie”. Pero nunca, nunca me digan que soy “el hombre que se hizo a sí mismo”.

Esto es muy importante. No llegué tan lejos por mi cuenta. Lo que he logrado lo hice con la ayuda de muchas personas, los que me dieron consejos, los que hicieron un esfuerzo, los que me levantaron cuando me caí. El concepto del hombre, o la mujer, que se hizo a sí mismo es un mito.

Les habló de cómo a él lo habían ayudado sus profesores, los entrenadores; su madre, estando al pendiente de que hiciera sus tareas y su padre, que le enseñó a practicar varios deportes con exigencia y disciplina; y que un día le dijo: “Arnold, hagas lo que hagas, sé útil”.

Déjame decirte que lo más importante en la vida es saber exactamente dónde estás. También entiende que ya llegó el momento de ayudar a los demás. De eso se trata todo esto. Tienes que ayudar a otros. No sólo pienses en ti mismo.

Como dijo mi suegro, el sargento Shriver, en el discurso de graduación de la Universidad de Yale: “Destruye tu espejo. Destruye el espejo que te hace mirarte siempre a ti mismo y podrás mirar a los que están detrás del espejo; los millones de personas que necesitan tu ayuda”.

Haz eso y devuelve algo a los demás… porque recuerda, al final, no nos van a recordar por cuánto hemos hecho, sino por cuánto hemos dado. Entiende que no se trata de ¡mí!, se trata de ¡nosotros! Convierte el “yo” en “nosotros”, y te garantizo que podrás cambiar el mundo.

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