Un gusto poder saludarlo, estimado lect@r, espero la Semana Santa que acaba de concluir aunque no sea usted creyente haya dejado por lo menos en su espíritu, un poco de descanso y buena energía para seguirle dando a este año tan sui generis.
Pareciera que las profecías de Nostradamus se cumplen, y entre temblores y otros la violencia no cesa.
El pasado fin de semana México y el mundo se vuelven a estremecer; México por Minatitlán, donde son rafagueadas personas que se encontraban en una fiesta infantil, incluyendo entre los caídos a un bebé de un año de edad, y donde lo más grave: el silencio tan doloroso que guardó el gobierno tanto local como federal, el cual apenas se manifestó mencionando que todo es resultado del cochinero que le dejaron gobiernos anteriores, siendo que cuando estaba en campaña, todo se iba a solucionar porque él lo dijera.
Y por otro lado el ataque a iglesias cristianas y hoteles en Sri Lanka, donde se llevan contabilizados 290 muertos y 500 heridos, esto en la celebración del día de Pascua.
No hay palabras después de esto, ¿qué se puede decir? No mucho, sólo me queda la pregunta: ¿Qué haremos para evitar que siga sucediendo?
En clase con los jóvenes se molestan conmigo porque yo me atrevo a comparar la violencia de México con la que existe en lo que se califica como terrorismo, para mí no hay diferencia, esta vez en Sri Lanka fueron 290 muertos de un jalón, pero en el primer trimestre de este año llevamos 8,493 (cifras oficiales), ¿entonces?...
En Palermo hubo un momento donde las personas tomaron las calles para exigir a las autoridades hacer algo para detener la violencia, el trabajo es de todos, ¿cuándo dejaremos de voltear a otro lado los mexicanos? ¿Cuándo dejarán de consumir los consumidores que generan que valga la pena matar por conquistar el mercado? ¿Cuándo dejaremos de ver niños muertos como los de Minatitlán o los Creel, o los de Juárez, o los de cualquier municipio de la República Mexicana? ¿Cuándo dejará de correr la corrupción por nuestras venas?
El trabajo no dará frutos hoy, en veinte años puede que veamos la diferencia, pero hay que empezar hoy.
@MarAlmeyda
