/ miércoles 16 de septiembre de 2020

Trabajadoras, mamás y maestras


Ahora sí ya comenzó formalmente esta semana, el nuevo ciclo escolar 2020-2021 y millones de mamás en México, la mayoría, son trabajadoras, se han convertido orilladas por la circunstancias de la pandemia, en maestras y tutoras del aprendizaje de sus hijos.

Todas han buscado cómo organizarse, para ver quién les cuide a los pequeños que ahora no pueden asistir a la escuela, mientras ellas asisten al trabajo. Al término de su jornada laboral vuelven a casa, la mayoría para prender la televisión y acompañar en las clases de horario vespertino a sus alumnos caseros. Aunque lo hacen desde el compromiso entrañable de su vocación materna, es una doble carga muy pesada de llevar y nos debemos preocupar, como sociedad organizada, por diseñar y construir formas creativas y políticas públicas que beneficien a las mamás maestras, por lo menos mientras llega el semáforo verde.

El secretario Moctezuma Barragán cuando presentó la estrategia Aprende en Casa II fue cuestionado por la prensa sobre si habría una estrategia de apoyo para estas mamás. Respondió que se exploraría alguna posible acción de apoyo a las mamás trabajadoras con hijos en edad escolar. Todavía no hay nada sobre esta estrategia.

Recargar en las mamás la responsabilidad del proceso enseñanza-aprendizaje genera un problema social que de no ser atendido puede tener muchas consecuencias negativas que nos afectan como sociedad.

Además todos coincidimos en que la educación es la dimensión esencial que le da presente y futuro a un país, por lo tanto en esta temporada tan complicada de la pandemia habría que buscar resolver esta situación que aqueja hoy en día a tantos hogares mexicanos. La respuesta puede implicar permitirles en las leyes laborales una jornada más flexible o más corta, incluso alternada, que les posibilite hacer algunos días de la semana home office para poder acompañar desde la casa el trabajo escolar de sus hijos.

En nuestro estado es muy alto el porcentaje de mamás que trabajan en el sector manufacturero, en el cual no es posible conseguir la producción con el home office, pero podrían las empresas y también el sector gubernamental apelar a un sistema de voluntariado con gente de buena fe que se apunte para ayudar a los escolares supervisando las tareas y auxiliando en resolver las dudas de los alumnos, como lo han hecho en otros países. Por razones de estricta salud se pidió responsablemente que las personas con un antecedente de enfermedad crónico-degenerativa, entre otras, no tuvieran que asistir al centro de trabajo. Opino que con la misma responsabilidad por razones de humanidad hay que ayudar a las mamás trabajadoras, especialmente de escasos recursos, que no tienen familia cercana ni pueden pagar una persona que les ayude a cuidar a sus hijos. Seamos conscientes de que si nos organizamos lo podemos todo.


Ahora sí ya comenzó formalmente esta semana, el nuevo ciclo escolar 2020-2021 y millones de mamás en México, la mayoría, son trabajadoras, se han convertido orilladas por la circunstancias de la pandemia, en maestras y tutoras del aprendizaje de sus hijos.

Todas han buscado cómo organizarse, para ver quién les cuide a los pequeños que ahora no pueden asistir a la escuela, mientras ellas asisten al trabajo. Al término de su jornada laboral vuelven a casa, la mayoría para prender la televisión y acompañar en las clases de horario vespertino a sus alumnos caseros. Aunque lo hacen desde el compromiso entrañable de su vocación materna, es una doble carga muy pesada de llevar y nos debemos preocupar, como sociedad organizada, por diseñar y construir formas creativas y políticas públicas que beneficien a las mamás maestras, por lo menos mientras llega el semáforo verde.

El secretario Moctezuma Barragán cuando presentó la estrategia Aprende en Casa II fue cuestionado por la prensa sobre si habría una estrategia de apoyo para estas mamás. Respondió que se exploraría alguna posible acción de apoyo a las mamás trabajadoras con hijos en edad escolar. Todavía no hay nada sobre esta estrategia.

Recargar en las mamás la responsabilidad del proceso enseñanza-aprendizaje genera un problema social que de no ser atendido puede tener muchas consecuencias negativas que nos afectan como sociedad.

Además todos coincidimos en que la educación es la dimensión esencial que le da presente y futuro a un país, por lo tanto en esta temporada tan complicada de la pandemia habría que buscar resolver esta situación que aqueja hoy en día a tantos hogares mexicanos. La respuesta puede implicar permitirles en las leyes laborales una jornada más flexible o más corta, incluso alternada, que les posibilite hacer algunos días de la semana home office para poder acompañar desde la casa el trabajo escolar de sus hijos.

En nuestro estado es muy alto el porcentaje de mamás que trabajan en el sector manufacturero, en el cual no es posible conseguir la producción con el home office, pero podrían las empresas y también el sector gubernamental apelar a un sistema de voluntariado con gente de buena fe que se apunte para ayudar a los escolares supervisando las tareas y auxiliando en resolver las dudas de los alumnos, como lo han hecho en otros países. Por razones de estricta salud se pidió responsablemente que las personas con un antecedente de enfermedad crónico-degenerativa, entre otras, no tuvieran que asistir al centro de trabajo. Opino que con la misma responsabilidad por razones de humanidad hay que ayudar a las mamás trabajadoras, especialmente de escasos recursos, que no tienen familia cercana ni pueden pagar una persona que les ayude a cuidar a sus hijos. Seamos conscientes de que si nos organizamos lo podemos todo.