/ martes 17 de abril de 2018

Trata de personas con fines de explotación sexual

La trata de personas se considera una forma moderna de esclavitud. Es un delito que explota a mujeres, infantes y hombres con fines sexuales, trabajo forzoso, retirada de órganos, entre otros. De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo, más de 21 millones de personas son víctimas de trata en el mundo, de los cuales y de acuerdo a informes de la ONU, el 30% son niños y el 70% niñas y mujeres.

UNICEF la define como: “La captación, transporte, traslado, acogida o la recepción de personas, recurriendo al uso de la fuerza u otras formas de coacción, rapto, fraude, engaño, abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad, o la concesión de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otras para propósitos de explotación como la prostitución u otras formas de explotación sexual, trabajos o servicios forzados, la esclavitud, o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos”. Según la misma organización, anualmente más de un millón de niñas, mujeres y varones alrededor del mundo son vendidos al mercado sexual esclavista.

Hace unos años tuve la oportunidad de viajar a Camboya para realizar una investigación en algunos refugios que rescatan niñas de la esclavitud sexual en la frontera con Vietnam. Nos indicaron que Camboya era considerado por extranjeros como un destino sexual para la explotación de niñas y niños y así, mientras caminábamos por la calle, observamos a hombres mayores tomados de la mano de niñas de escasos 12 o 13 años, quienes no hablaban inglés y su destino sería acompañarlos con fines sexuales.

Mi experiencia en Camboya fue una intensa marquesina de la realidad social, que me hizo pensar en México y la incidencia de este delito, a veces invisible. Nuestro país es de origen, tránsito y destino de la trata de personas hacia Centroamérica, que también provee de víctimas a Estados Unidos, por encima de Tailandia.

Es un fenómeno mundial provocado por la demanda y potenciado por las violaciones de género, desempleo, pobreza y discriminación. Debemos fomentar la participación de la sociedad y organizaciones para proteger a las personas de esta violencia y mejorar las instancias de protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes con la esperanza de erradicar esta forma moderna de esclavitud sexual, que diariamente devasta la vida de las personas.

www.floryanez.com yanez_flor@hotmail.com


La trata de personas se considera una forma moderna de esclavitud. Es un delito que explota a mujeres, infantes y hombres con fines sexuales, trabajo forzoso, retirada de órganos, entre otros. De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo, más de 21 millones de personas son víctimas de trata en el mundo, de los cuales y de acuerdo a informes de la ONU, el 30% son niños y el 70% niñas y mujeres.

UNICEF la define como: “La captación, transporte, traslado, acogida o la recepción de personas, recurriendo al uso de la fuerza u otras formas de coacción, rapto, fraude, engaño, abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad, o la concesión de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otras para propósitos de explotación como la prostitución u otras formas de explotación sexual, trabajos o servicios forzados, la esclavitud, o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos”. Según la misma organización, anualmente más de un millón de niñas, mujeres y varones alrededor del mundo son vendidos al mercado sexual esclavista.

Hace unos años tuve la oportunidad de viajar a Camboya para realizar una investigación en algunos refugios que rescatan niñas de la esclavitud sexual en la frontera con Vietnam. Nos indicaron que Camboya era considerado por extranjeros como un destino sexual para la explotación de niñas y niños y así, mientras caminábamos por la calle, observamos a hombres mayores tomados de la mano de niñas de escasos 12 o 13 años, quienes no hablaban inglés y su destino sería acompañarlos con fines sexuales.

Mi experiencia en Camboya fue una intensa marquesina de la realidad social, que me hizo pensar en México y la incidencia de este delito, a veces invisible. Nuestro país es de origen, tránsito y destino de la trata de personas hacia Centroamérica, que también provee de víctimas a Estados Unidos, por encima de Tailandia.

Es un fenómeno mundial provocado por la demanda y potenciado por las violaciones de género, desempleo, pobreza y discriminación. Debemos fomentar la participación de la sociedad y organizaciones para proteger a las personas de esta violencia y mejorar las instancias de protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes con la esperanza de erradicar esta forma moderna de esclavitud sexual, que diariamente devasta la vida de las personas.

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