/ domingo 13 de junio de 2021

Triunfo de Maru, bastión del PAN nacional 

El voto manda

No se gana todo ni se pierde todo


Para muchos el mensaje de las urnas fue limitar el poder del presidente y obligarlo al consenso con los grupos políticos de México, pero otra parte, amplió su poder territorial con 17 gubernaturas y la posibilidad de “negociar” con otras fuerzas en la Cámara de Diputados.

Sin embargo se acotó su poder en la capital del país. Un nicho de control simbólico de la izquierda por casi tres décadas. Aquí sí dio resultado la alianza del Partido Acción Nacional con el Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática. En pocas palabras: política no se gana todo ni se pierde todo.

Y es que la política está en todos lados y es causa y consecuencia de los cambios sociales y económicos en el mundo. Es considerada como un juego complejo y retorcido que modifica o afecta proyectos o intereses, se quiera o no. Y aunque a veces resulte complicada de entender.

Las elecciones del pasado 6 de junio dieron muchas lecturas. Fue el proceso más grande y costoso en la época moderna (más de 14 mil millones de pesos en prerrogativas para partidos) además el jefe del Ejecutivo se convirtió en el centro de las campañas; se dividió el poder grupos locales y se hizo presente el llamado voto diferenciado, sobre todo de sanción de la clase media al proyecto de la cuarta transformación.

La lucha por el poder se dio en todos los rincones del país. Suceso que no se había visto desde 1997, cuando el PRI perdió la mayoría absoluta en el Congreso de la Unión, preludio de lo que venía, es decir perder la Presidencia de la República en el año 2000.

Hoy Morena es la primera fuerza política y quizá logre negociar en el Congreso la mayoría que no consiguió en las urnas. Hay partidos que saben sacarle jugo a la “negociada” así lo demuestran los hechos. Nada bueno para la democracia.

La sociedad se manifestó por impedir que el presidente maneje con toda libertad el poder en el Congreso de la Unión, al quitarle 50 diputados federales y la mayoría de las alcaldías de la Ciudad de México.

El voto permite a la ciudadanía cobrar facturas a todos los políticos. En las elecciones registradas en los últimos 20 años en nuestro país, ya sólo quedan cuatro estados que no han tenido cambios en la Gubernatura: Coahuila, Estado de México, Guanajuato e Hidalgo. Y hay 11 entidades que sufrieron tres o más alternancias en el Ejecutivo local como: Aguascalientes, Baja California Sur, Chiapas, Guerrero, Michoacán, Morelos, Nayarit, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Yucatán.

El pasado 6 de junio, de los 15 estados que tuvieron elección para renovar la Gubernatura, tres –Baja California, Chihuahua y Querétaro—no votaron por un cambio de partido.

Es Chihuahua, que con María Eugenia Campos, se convierte en un verdadero bastión del PAN nacional, pues no solamente superó las campañas en su contra del Ejecutivo estatal y federal, sino que aumentó el número de votos para su organización política.

Es importante señalar que el Instituto Nacional Electoral se fortalece ante la sociedad, a pesar de la intensa campaña que se dio desde la “mañanera”. Es un órgano autónomo que todos estamos obligados a cuidar.

Los mexicanos tuvimos la libertad de ejercer el sufragio protegidos por los organismos electorales que se han independizado de los poderes públicos. Esto es democracia.


Nos pueden seguir: palabrapropia@hotmail.com twitter@palabrapropia

Antena Radio 102.5 FM, de lunes a viernes de cinco a seis de la tarde.


El voto manda

No se gana todo ni se pierde todo


Para muchos el mensaje de las urnas fue limitar el poder del presidente y obligarlo al consenso con los grupos políticos de México, pero otra parte, amplió su poder territorial con 17 gubernaturas y la posibilidad de “negociar” con otras fuerzas en la Cámara de Diputados.

Sin embargo se acotó su poder en la capital del país. Un nicho de control simbólico de la izquierda por casi tres décadas. Aquí sí dio resultado la alianza del Partido Acción Nacional con el Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática. En pocas palabras: política no se gana todo ni se pierde todo.

Y es que la política está en todos lados y es causa y consecuencia de los cambios sociales y económicos en el mundo. Es considerada como un juego complejo y retorcido que modifica o afecta proyectos o intereses, se quiera o no. Y aunque a veces resulte complicada de entender.

Las elecciones del pasado 6 de junio dieron muchas lecturas. Fue el proceso más grande y costoso en la época moderna (más de 14 mil millones de pesos en prerrogativas para partidos) además el jefe del Ejecutivo se convirtió en el centro de las campañas; se dividió el poder grupos locales y se hizo presente el llamado voto diferenciado, sobre todo de sanción de la clase media al proyecto de la cuarta transformación.

La lucha por el poder se dio en todos los rincones del país. Suceso que no se había visto desde 1997, cuando el PRI perdió la mayoría absoluta en el Congreso de la Unión, preludio de lo que venía, es decir perder la Presidencia de la República en el año 2000.

Hoy Morena es la primera fuerza política y quizá logre negociar en el Congreso la mayoría que no consiguió en las urnas. Hay partidos que saben sacarle jugo a la “negociada” así lo demuestran los hechos. Nada bueno para la democracia.

La sociedad se manifestó por impedir que el presidente maneje con toda libertad el poder en el Congreso de la Unión, al quitarle 50 diputados federales y la mayoría de las alcaldías de la Ciudad de México.

El voto permite a la ciudadanía cobrar facturas a todos los políticos. En las elecciones registradas en los últimos 20 años en nuestro país, ya sólo quedan cuatro estados que no han tenido cambios en la Gubernatura: Coahuila, Estado de México, Guanajuato e Hidalgo. Y hay 11 entidades que sufrieron tres o más alternancias en el Ejecutivo local como: Aguascalientes, Baja California Sur, Chiapas, Guerrero, Michoacán, Morelos, Nayarit, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Yucatán.

El pasado 6 de junio, de los 15 estados que tuvieron elección para renovar la Gubernatura, tres –Baja California, Chihuahua y Querétaro—no votaron por un cambio de partido.

Es Chihuahua, que con María Eugenia Campos, se convierte en un verdadero bastión del PAN nacional, pues no solamente superó las campañas en su contra del Ejecutivo estatal y federal, sino que aumentó el número de votos para su organización política.

Es importante señalar que el Instituto Nacional Electoral se fortalece ante la sociedad, a pesar de la intensa campaña que se dio desde la “mañanera”. Es un órgano autónomo que todos estamos obligados a cuidar.

Los mexicanos tuvimos la libertad de ejercer el sufragio protegidos por los organismos electorales que se han independizado de los poderes públicos. Esto es democracia.


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