La reacción de López Obrador es descalificar a quienes expresan opiniones contrarias a su muy particular sentir, pensar y hacer. Se incomodó con los titulares de las Fuerzas Armadas que consideraron propaganda la propuesta de amnistiar a criminales. A los “mafiosos, maiceados, leguleyos”, ministros de la SCJN, los amenaza con bajarles el sueldo.
Molesto por la cobertura informativa de la Marcha por la Dignidad que realizó Javier Corral hasta la Ciudad de México, declaró: “Todo es pura faramalla”; porque Corral hace propaganda al abanderado del PAN, Ricardo Anaya; en tanto el secretario de Gobernación hace propaganda por José Meade. “Se entienden porque son lo mismo”.
Recordó que Ricardo Anaya, el “mafiosillo”, utilizó una fundación para hacer negocios inmobiliarios. Agregó: “La apuesta es: Si a la mafia del poder no le sirve Meade, apoyarán a Anaya, porque detrás del abanderado panista están Carlos Salinas y Diego Fernández de Cevallos”; vaticinó que será para abril o mayo cuando se concrete la alianza a fin de enfrentarlo. Aseguró que ese escenario no le quita el sueño, pues lleva bastante ventaja en las encuestas (15 puntos).
Aunque la encuesta de El Financiero realizada del 27 al 31 de enero de 2018 arroja los siguientes datos: AMLO, 38% de la intención del voto; Ricardo Anaya, 27%; José Antonio Meade, 22%. En cuanto al apoyo de López Obrador se ha mantenido estable 35-38%, y respecto a si lo conocen se ha mantenido en 94%. Meade en octubre tenía 18%, en noviembre 20%, y en febrero 22%. En cuanto a conocimiento, pasó de 43 a 83%. De Anaya pasó de 62 a 85%.
Conclusión: López Obrador se ha mantenido sin cambios, parece que alcanzó su techo. Anaya crece poco. De José Antonio Meade, por empezar de cero, se marca más su crecimiento. AMLO tiene la necesidad de romper su techo y asegurar su triunfo, lo que lo ha impulsado a abrirse: Habrá un ingreso masivo de militantes, dirigentes y senadores del PRI y PAN a su proyecto, debido a la “descomposición” y “crisis” que hay esos partidos políticos, consideró.
Pero no sólo del PRI o del PAN nutren las filas de Morena, la última adquisición es Napoleón Gómez Urrutia, exiliado en Canadá, ex dirigente nacional de los mineros, a los que defraudó con 55 millones de dólares destinados a sus indemnizaciones, colocado en quinto lugar de la lista plurinominal del Senado, que le asegura una curul, fuero e inmunidad.
Casos como el anotado orillaron a Jesús Silva Herzog Márquez a dedicarle su artículo “AMLO 3.0” en Reforma el domingo 05.02.18, del que transcribimos párrafos finales:
“El peligro de AMLO 3.0 es otro. Del extremo del sectarismo, López Obrador se ha desplazado al punto contrario: el oportunismo. Su coalición no es ya ni sombra de su base política. Morena ha sido traicionado antes de ganar el poder. El caudillo lo ha entregado al cálculo de sus ambiciones. La lealtad de hoy puede vencer a la deshonestidad de ayer; los mafiosos pueden transformarse en abanderados de la regeneración nacional, los bandidos pueden ser perdonados por la infinita bondad del prócer. Morena ya ha sido sacrificada. Al caudillo le sirven los foxistas, los calderonistas, los zedillistas, los salinistas. Todos caben, ha dicho la presidente de Morena.
“Si en el escenario nacional destaca un político pragmático, si resalta un político sin nervio ideológico ni criterio ético para entablar alianzas, ese es el candidato de Morena. Su política no es nueva. La conocemos en México como priismo. López Obrador ha vuelto a sus orígenes: ha fundado un partido con la ambición de recoger a todos los ambiciosos, un partido en el que las ideas no importan. Ha fundado un partido para que la política no castigue a nadie”.
