/ miércoles 29 de julio de 2020

Un gran legado

El pasado domingo, como muchos ya sabemos, falleció en la ciudad de Chihuahua el secretario de Salud de Chihuahua, el doctor Jesús Enrique Grajeda Herrera, quien el día de ayer recibió un merecido homenaje por parte del gobierno del estado.

Todos definitivamente vamos a morir, es lo único seguro desde que nacemos, como sociedad muchas veces no lo tenemos claro y por eso puede doler más la pérdida de un ser humano, pero algo que es fundamental en los seres humanos y es lo que creo nos distingue de los animales, es cómo vivimos el tiempo que se nos proporcionó antes de que nuestro cuerpo deje de funcionar y libere nuestra alma. (Yo creo que sí tenemos alma y que ésta trasciende a otro plano cuando nuestro cuerpo descansa, pero eso es otro tema).

El punto aquí es resaltar la gran trayectoria de servicio a la comunidad que tuvo este hombre excepcional, definitivamente creo que es uno de esas personas que a veces se les dice “garbanzo de a libra”, porque si estudiamos su trayectoria, reconocemos en él las ganas de servicio a los demás que hasta los últimos días de su vida lo acompañaron.

El doctor Grajeda provenía de una familia donde la disciplina era una constante, según narró el Dr. Jesús Flores Montana, y aunado a la disciplina era una persona muy inteligente, no solamente en el aspecto intelectual, el cual lo ayudó a recibirse de una de las profesiones más difíciles y nobles que existen, la Medicina, sino también contaba con gran inteligencia emocional y social, lo cual le permitió tener esa sensibilidad hacia las necesidades de los demás y el abocarse a tratar de satisfacerlas.

Médico, maestro, rector, secretario de Salud, entre muchos otros cargos resumen su trayectoria a grandes rasgos, y ¿por qué es importante hablar de él? Pues porque son personas extraordinarias que nos dejan un gran ejemplo de lo que un humano puede entregar a los demás.

“El que no vive para servir, no sirve para vivir”: beata Teresa de Calcuta, entre muchos otros que han pronunciado esta frase.

Descanse en paz doctor Grajeda, y nuestro abrazo fraterno a sus familiares, qué orgullo haber tenido un hijo, un hermano, un esposo, un padre, un amigo, un secretario, como el doctor Jesús Enrique Grajeda Herrera.

Gracias, María de los Ángeles Ruiz Almeyda, miembro de la AECh.

El pasado domingo, como muchos ya sabemos, falleció en la ciudad de Chihuahua el secretario de Salud de Chihuahua, el doctor Jesús Enrique Grajeda Herrera, quien el día de ayer recibió un merecido homenaje por parte del gobierno del estado.

Todos definitivamente vamos a morir, es lo único seguro desde que nacemos, como sociedad muchas veces no lo tenemos claro y por eso puede doler más la pérdida de un ser humano, pero algo que es fundamental en los seres humanos y es lo que creo nos distingue de los animales, es cómo vivimos el tiempo que se nos proporcionó antes de que nuestro cuerpo deje de funcionar y libere nuestra alma. (Yo creo que sí tenemos alma y que ésta trasciende a otro plano cuando nuestro cuerpo descansa, pero eso es otro tema).

El punto aquí es resaltar la gran trayectoria de servicio a la comunidad que tuvo este hombre excepcional, definitivamente creo que es uno de esas personas que a veces se les dice “garbanzo de a libra”, porque si estudiamos su trayectoria, reconocemos en él las ganas de servicio a los demás que hasta los últimos días de su vida lo acompañaron.

El doctor Grajeda provenía de una familia donde la disciplina era una constante, según narró el Dr. Jesús Flores Montana, y aunado a la disciplina era una persona muy inteligente, no solamente en el aspecto intelectual, el cual lo ayudó a recibirse de una de las profesiones más difíciles y nobles que existen, la Medicina, sino también contaba con gran inteligencia emocional y social, lo cual le permitió tener esa sensibilidad hacia las necesidades de los demás y el abocarse a tratar de satisfacerlas.

Médico, maestro, rector, secretario de Salud, entre muchos otros cargos resumen su trayectoria a grandes rasgos, y ¿por qué es importante hablar de él? Pues porque son personas extraordinarias que nos dejan un gran ejemplo de lo que un humano puede entregar a los demás.

“El que no vive para servir, no sirve para vivir”: beata Teresa de Calcuta, entre muchos otros que han pronunciado esta frase.

Descanse en paz doctor Grajeda, y nuestro abrazo fraterno a sus familiares, qué orgullo haber tenido un hijo, un hermano, un esposo, un padre, un amigo, un secretario, como el doctor Jesús Enrique Grajeda Herrera.

Gracias, María de los Ángeles Ruiz Almeyda, miembro de la AECh.