Por: Marco Bonilla
Con fecha de domingo 24 de julio de 2022, fue publicado un artículo informativo y de opinión que da cuenta de la detención de cuatro presuntos delincuentes menores de edad: Josué E., de 16 años; Brandon B., de 17 años; Yaritza M., de 16 años; Cindy M., de 17 años, y Daniela A., con tan sólo 14 años, por portación de armas y marihuana, así como objetos de utilería para el ejercicio de actos delictivos, como lo son máscaras.
En el artículo aparecen los rostros cubiertos de estos adolescentes presuntos delincuentes, así como las iniciales de sus apellidos, procurando el cuidado de su identidad y la presunción de inocencia. Se informa que tenían en su poder tres armas cortas calibre .40, una Ruger con doce cartuchos en el cargador, una Smith & Wesson con cargador abastecido con 14 cartuchos y una Colt sin cargador. La detención se realizó por parte de una célula mixta de nuestra Policía Municipal y Policía Estatal, apostada como filtro de seguridad en la entrada-salida Chihuahua-Ciudad Juárez.
Fue impactante ver las fotografías de los menores de edad, que si bien tienen cubierto el rostro a la altura de los ojos, podemos percibir los pequeños rostros de adolescentes que más que victimarios, son víctimas de la cultura del descarte, de la segregación social, de la ausencia de padres y madres, de hogares desarticulados, de la indiferencia de su contexto directo de desarrollo, incluso del bombardeo de escenas de violencia física y sexual a las que tienen acceso a través de la red.
La serie de problemáticas en torno a las infancias son de una complejidad que con dificultad se alcanza a calibrar en su justa medida, y a la que debemos hacer frente con las herramientas que tengamos al alcance, incluso tenemos la obligación de alcanzarnos nuevas herramientas para superar el reto con aciertos y la regeneración del tejido social.
Nuestra convicción radica en la familia como núcleo y epicentro de la sociedad, de la familia como escuela de vida, base del desarrollo humano integral. Padres y madres de familia somos llamados a la atención urgente de la educación de nuestros hijos e hijas, nadie más que nosotros tenemos esa impronta, son nuestros hijos, son nuestras hijas.
El amor, traducido en apoyo y escucha, nuestro abrazo y nuestra presencia real en sus vidas deben ser los recursos que los arrebaten de las garras de la delincuencia, de la soledad, la depresión, drogadicción o alcoholismo. El llamado es urgente, porque tal parece que las infancias fueran dejadas a la deriva; el ejemplo de la paternidad y la maternidad debe permear hasta la esencia de niñas, niños y adolescentes.
¿Cuál es el contraste ante esta situación por demás desgarradora? Quiero citar como ejemplo a la niña Naomi Nevárez. Ella es una apasionada lectora y se inicia ya como escritora; en la edición de julio de la revista de difusión cultural “Voces de Papel” publica un breve texto de gran valor artístico y profundidad. En la publicación impresa aparece su rostro sonriente y su nombre completo. Naomi, una niña feliz, una niña plena que, inspirada por el ejemplo de su madre y abuelo, procura la escritura y actividades artísticas que le dan herramientas para enfrentar los retos de la vida desde la luz que irradia la familia. Porque niñas y niños deben tener al alcance un libro y no una pistola, un balón y no una bala.
El llamado por la defensa de las infancias es urgente. La delincuencia les está arrebatando los sueños, las drogas les está apagando la vida. Nuestro compromiso es con la seguridad de Chihuahua capital, que permita llegar a la detención de bandas delictivas que acercan a niñas, niños y adolescentes al mundo de la delincuencia y el narcotráfico, como sicarios, para el tráfico de menores o el narcomenudeo. Trabajamos por calles seguras, por el fortalecimiento de las familias en nuestro municipio, para que con niñas, niños y adolescentes libres, felices, plenos, Chihuahua capital siga siendo la capital que da norte a México.
