Este año he viajado por varios estados de México con el fin de conocer su diversidad cultural, su gente, gastronomía, historia, retratar rostros, y pareciera que también perseguir destinos cafetales. Es así que fui a Coatepec, Veracruz, localizado a 8 kilómetros de Xalapa, que por mucho tiempo fue considerado la capital nacional del café. Caída la tarde, acudí al Café-tal, el cual tiene un museo cuyo objetivo es dar a conocer los orígenes del café de calidad y las etapas a atravesar para disfrutar su sabor. Tomar café es un arte y como el vino, se requieren de todos los sentidos para apreciarlo. El barista compartió secretos para beberlo: se toma sin azúcar y debe molerse 15 minutos antes de prepararlo. El tostado claro es ácido y el oscuro más amargo. La temperatura para prepararlo es 95 grados a punto de ebullición; de excederse se quema. Café hervido, café perdido. Si se agrega leche que esté caliente, jamás hirviendo. No es recomendable preparar mucho café, pues al enfriarse se oxida y de recalentarlo se quema e irrita al estómago. Debe ser de altura, que se cultive a más de 1,000 metros. Uno de menor altura es amargo y de menor calidad. El café Robusta produce cantidad, pero no calidad; por eso debe ser 100% Arábiga y de tostado medio para apreciar mejor sus sabores. El molido depende de la cafetera: para la italiana es molido fino, y para la prensa francesa, regular.
El primer sorbo siempre es el más amargo porque aún no se sabe lo que se está tomando; el segundo es un poco más suave, ya que permite familiarizarse con el sabor. Antes del tercero, se recomienda hacer un maridaje con alguna galleta o chocolate, esto para para suavizar el sabor sin necesidad de ponerle endulzante (el azúcar lo amarga). Lo correcto es masticar, tragar y luego tomar un sorbo. Los buenos bebedores no toman café soluble, el cual contiene sabores artificiales y conservadores. El café es diurético, laxante, antioxidante, ayuda contra la diabetes, alzhéimer, reduce la colitis y previene el cáncer de colon. Se recomiendan tomar de cuatro a seis tazas pequeñas diarias. Es importante observar los cuatro pilares para tomar café: que sea caliente, amargo, fuerte y escaso. Los restos los usan como abono natural para las plantas, pero no en grandes cantidades porque se pueden quemar.
También estuve en Xico y en el Tajín, la cual fue la capital del imperio totonaca. En Papantla, vi a los voladores y compré vainilla de denominación de origen. En Boca del Río descansé en las playas y por las tardes caminé por el malecón de Veracruz observando a los barcos de carga esperando ingresar al puerto. México es hermoso, vale la pena recorrerlo e impregnarse de su esencia encantadora.