/ martes 12 de julio de 2022

Un presidente pendenciero

Por: Guillermo Luján Peña

Aquella persona que se siente más fuerte que los demás y además le gusta echar camorra, pleito, bravata, a todo aquel que ose voltear a verlo, “Qué me ves”, clásico para empezar un pleito en el que estoy seguro de que yo voy a ganar porque soy más fuerte y poderoso, ese es el presidente que gobierna México actualmente. Un peligro y una desgracia para nuestro país.

Ha echado pleito con todo mundo, no sólo porque voltean a verlo, sino porque le han pedido con toda amabilidad y respeto que revise su estrategia de seguridad, ya que no está dando resultados, le dijo el jesuita Javier “El Pato” Ávila en el funeral de los dos jesuitas asesinados en Cerocahui, junto con un reconocido guía de turistas de la zona. En lugar de congraciarse con la Iglesia y dar sus condolencias a familiares y decir que no descansará hasta que atrapen a los culpables, pero nada de eso cabe en la cabeza de un pendenciero y lo vio como oportunidad para echar bravatas, como ha sucedido en muchos casos.

La lista no es larga, sino infinita de todas las bravatas que ha echado en estos cuatro años. A España le exigió que nos pidieran perdón por la conquista de hace 500 años, a Estados Unidos los amenazó con boicotearles la Cumbre de las Américas si no invitaban a todos los dictadores de la región, como a Cuba, Venezuela, Nicaragua. La última amenaza a Estados Unidos, que es para dar risa, si condenan a Julián Assange hará una campaña para tirar la estatua de la Libertad, que está en Nueva York. Todos los periodistas y medios de difusión que se atreven a criticar los resultados de la 4T. A los padres de familia que exigían medicamentos para los niños con cáncer les llamó golpistas. A la clase media del país que les llamó aspiracionistas, porque no se conformaban con un par de zapatos y 200 pesos en la bolsa. A los ambientalistas que se oponen al Tren Maya, que no va a ninguna parte y sí destruye la selva maya y los cenotes, que son enormes cavidades que llevan agua, tan necesaria.

Ahora se agrega el pleito con la Iglesia Católica, a quien calificó de apergollada por la oligarquía y nunca les dio el pésame. A Carlos Alazraki, comunicador que se dedicaba a estudios electorales, judío de origen y religión, lo llamo hitleriano por haberlo criticado, con una ignorancia total, ya que Hitler persiguió y mato a más de seis millones de judíos. Los judíos en México son una minoría, pero muy poderosa económicamente.

Vemos a un presidente que desde joven fue muy pendenciero, pero ahora ya se le ve fuera de sí, quizá porque ya ve el ocaso de su presidencia y su 4T no ha dado resultado alguno, sino todo lo contrario.

Se supone que el martes 12, día en que aparece este editorial, se debe reunir con el presidente de Estados Unidos, nuestro vecino, con más de 3,000 kilómetros de frontera común, pero hasta el momento de redactar esta colaboración no existe una agenda bilateral que se vaya a tratar. Se especula que López va a cancelar su viaje porque se sabe, dicen, que la DEA le tiene un largo expediente, por todas sus relaciones con el narco, con el señor Joaquín Guzmán, a quien no se atreve a llamarle “El Chapo”, pero eso sí, va a visitar a la mamá hasta Badiraguato, Sinaloa.

Un presidente pendenciero que ya ve su dictadura llegar a su fin.


Por: Guillermo Luján Peña

Aquella persona que se siente más fuerte que los demás y además le gusta echar camorra, pleito, bravata, a todo aquel que ose voltear a verlo, “Qué me ves”, clásico para empezar un pleito en el que estoy seguro de que yo voy a ganar porque soy más fuerte y poderoso, ese es el presidente que gobierna México actualmente. Un peligro y una desgracia para nuestro país.

Ha echado pleito con todo mundo, no sólo porque voltean a verlo, sino porque le han pedido con toda amabilidad y respeto que revise su estrategia de seguridad, ya que no está dando resultados, le dijo el jesuita Javier “El Pato” Ávila en el funeral de los dos jesuitas asesinados en Cerocahui, junto con un reconocido guía de turistas de la zona. En lugar de congraciarse con la Iglesia y dar sus condolencias a familiares y decir que no descansará hasta que atrapen a los culpables, pero nada de eso cabe en la cabeza de un pendenciero y lo vio como oportunidad para echar bravatas, como ha sucedido en muchos casos.

La lista no es larga, sino infinita de todas las bravatas que ha echado en estos cuatro años. A España le exigió que nos pidieran perdón por la conquista de hace 500 años, a Estados Unidos los amenazó con boicotearles la Cumbre de las Américas si no invitaban a todos los dictadores de la región, como a Cuba, Venezuela, Nicaragua. La última amenaza a Estados Unidos, que es para dar risa, si condenan a Julián Assange hará una campaña para tirar la estatua de la Libertad, que está en Nueva York. Todos los periodistas y medios de difusión que se atreven a criticar los resultados de la 4T. A los padres de familia que exigían medicamentos para los niños con cáncer les llamó golpistas. A la clase media del país que les llamó aspiracionistas, porque no se conformaban con un par de zapatos y 200 pesos en la bolsa. A los ambientalistas que se oponen al Tren Maya, que no va a ninguna parte y sí destruye la selva maya y los cenotes, que son enormes cavidades que llevan agua, tan necesaria.

Ahora se agrega el pleito con la Iglesia Católica, a quien calificó de apergollada por la oligarquía y nunca les dio el pésame. A Carlos Alazraki, comunicador que se dedicaba a estudios electorales, judío de origen y religión, lo llamo hitleriano por haberlo criticado, con una ignorancia total, ya que Hitler persiguió y mato a más de seis millones de judíos. Los judíos en México son una minoría, pero muy poderosa económicamente.

Vemos a un presidente que desde joven fue muy pendenciero, pero ahora ya se le ve fuera de sí, quizá porque ya ve el ocaso de su presidencia y su 4T no ha dado resultado alguno, sino todo lo contrario.

Se supone que el martes 12, día en que aparece este editorial, se debe reunir con el presidente de Estados Unidos, nuestro vecino, con más de 3,000 kilómetros de frontera común, pero hasta el momento de redactar esta colaboración no existe una agenda bilateral que se vaya a tratar. Se especula que López va a cancelar su viaje porque se sabe, dicen, que la DEA le tiene un largo expediente, por todas sus relaciones con el narco, con el señor Joaquín Guzmán, a quien no se atreve a llamarle “El Chapo”, pero eso sí, va a visitar a la mamá hasta Badiraguato, Sinaloa.

Un presidente pendenciero que ya ve su dictadura llegar a su fin.