/ martes 9 de agosto de 2022

Un sexenio perdido

Por: Guillermo Luján Peña

Algunos opinan que este sexenio del presidente López es un sexenio perdido, pero yo creo que si fuera nomás perdido sería más fácil de recuperar, la verdad es un sexenio que nos retrasó 50 años con la destrucción de las instituciones que ha estado llevando a cabo este presidente y eso sí está más difícil de recuperar a como estábamos en el 2018 y poder avanzar por el bien de todos los mexicanos.

“Primero los pobres”, fue uno de los eslogan del presidente, cuando era candidato, pero en lugar de atacar las raíces del problema atacó las ramas y se ha dedicado a repartir una muy buena parte del presupuesto federal, para los adultos mayores, para los jóvenes vagos, que ni estudian ni trabajan, ninis, para comprar voluntades y comprar votos en las elecciones, como ya lo vimos en la elección de los consejos estatales de su partido Morena, donde aparte de que para ellos la democracia es a base de golpes, de incendiar las urnas, en donde voy perdiendo y mucha gente entrevistada no sabía ni para qué las habían acarreado, simplemente no querían perder su pensión, que no se les ha informado que esa pensión ya es constitucional y es universal, o sea que ya no se la pueden quitar. Hoy tenemos 10 millones más de pobres, en lugar de disminuir.

La raíz de la pobreza está en la falta de empleos bien remunerados, buena educación para poder tener mejores puestos de trabajo, pero en lugar de eso, se ha dedicado el inquilino de Palacio a espantar las inversiones, cerrando por ejemplo la cervecera Constelations Brand. Empresas que querían invertir en producción de energías limpias, solares o eólicas. La misma cancelación de la construcción, que ya iba avanzada, del aeropuerto de la Ciudad de México. Todo esto ahuyentó las inversiones nacionales y extranjeras, que son las que generan nuevos empleos para poder salir de la pobreza.

En cuanto a la educación, dicen los de la transformación de cuarta que van a cambiar todos los libros de texto, porque dicen que los actuales tienen la ideología neoliberal y que no se debe seguir ideologizando y quieren poner la ideología de la transformación de cuarta, es decir cambiar de una a otra ideología y así poder controlar a las nuevas generaciones.

También quieren los de la cuarta transformación que todos los niños y jóvenes pasen en automático de año escolar, que nadie repruebe, y así poderles dar su certificado de primaria, secundaria, bachiller o profesional, como si con el certificado o título en automático ya les diera la preparación necesaria para poder enfrentar la vida.

Desaparecieron el Seguro Popular, que le daba certeza de salud a más de 15 millones de mexicanos, que ahora no tienen acceso al servicio médico y mucho menos a las medicinas, tan necesarias para aliviarse.

Canceló las medicinas para los niños con cáncer, seguramente pensó que como los niños no votan, no había necesidad de apoyarlos, pero lo que no pensó es que los papás y hermanos de esos niños sí votan.

Así ha cancelado casi todos los fondos que eran muy útiles, como el de nivelación para las participaciones federales a los estados. El Fonden para desastres naturales, que era tan útil, ahora cada estado o municipio rásquense como puedan.

Un sexenio perdido y lo que le sigue.

Por: Guillermo Luján Peña

Algunos opinan que este sexenio del presidente López es un sexenio perdido, pero yo creo que si fuera nomás perdido sería más fácil de recuperar, la verdad es un sexenio que nos retrasó 50 años con la destrucción de las instituciones que ha estado llevando a cabo este presidente y eso sí está más difícil de recuperar a como estábamos en el 2018 y poder avanzar por el bien de todos los mexicanos.

“Primero los pobres”, fue uno de los eslogan del presidente, cuando era candidato, pero en lugar de atacar las raíces del problema atacó las ramas y se ha dedicado a repartir una muy buena parte del presupuesto federal, para los adultos mayores, para los jóvenes vagos, que ni estudian ni trabajan, ninis, para comprar voluntades y comprar votos en las elecciones, como ya lo vimos en la elección de los consejos estatales de su partido Morena, donde aparte de que para ellos la democracia es a base de golpes, de incendiar las urnas, en donde voy perdiendo y mucha gente entrevistada no sabía ni para qué las habían acarreado, simplemente no querían perder su pensión, que no se les ha informado que esa pensión ya es constitucional y es universal, o sea que ya no se la pueden quitar. Hoy tenemos 10 millones más de pobres, en lugar de disminuir.

La raíz de la pobreza está en la falta de empleos bien remunerados, buena educación para poder tener mejores puestos de trabajo, pero en lugar de eso, se ha dedicado el inquilino de Palacio a espantar las inversiones, cerrando por ejemplo la cervecera Constelations Brand. Empresas que querían invertir en producción de energías limpias, solares o eólicas. La misma cancelación de la construcción, que ya iba avanzada, del aeropuerto de la Ciudad de México. Todo esto ahuyentó las inversiones nacionales y extranjeras, que son las que generan nuevos empleos para poder salir de la pobreza.

En cuanto a la educación, dicen los de la transformación de cuarta que van a cambiar todos los libros de texto, porque dicen que los actuales tienen la ideología neoliberal y que no se debe seguir ideologizando y quieren poner la ideología de la transformación de cuarta, es decir cambiar de una a otra ideología y así poder controlar a las nuevas generaciones.

También quieren los de la cuarta transformación que todos los niños y jóvenes pasen en automático de año escolar, que nadie repruebe, y así poderles dar su certificado de primaria, secundaria, bachiller o profesional, como si con el certificado o título en automático ya les diera la preparación necesaria para poder enfrentar la vida.

Desaparecieron el Seguro Popular, que le daba certeza de salud a más de 15 millones de mexicanos, que ahora no tienen acceso al servicio médico y mucho menos a las medicinas, tan necesarias para aliviarse.

Canceló las medicinas para los niños con cáncer, seguramente pensó que como los niños no votan, no había necesidad de apoyarlos, pero lo que no pensó es que los papás y hermanos de esos niños sí votan.

Así ha cancelado casi todos los fondos que eran muy útiles, como el de nivelación para las participaciones federales a los estados. El Fonden para desastres naturales, que era tan útil, ahora cada estado o municipio rásquense como puedan.

Un sexenio perdido y lo que le sigue.