/ viernes 28 de febrero de 2020

Una conjura mediática

Hay en contra de Obrador,

una conjura mediática;

se le está volviendo “ciática”,

al gobierno del señor.

Resulta asombroso observar que entre más peculados y corrupción de instituciones gubernamentales y privadas, descubre la administración de López Obrador –increíblemente multimillonarias- que involucran de manera ostensible, hasta las más altas estructuras de gobiernos pasados, los ataques mediáticos en su contra se viralizan y multiplican; y absurdamente lejos de que los medios tradicionales de comunicación privados, ponderen y respalden la difícil y ardua lucha contra los oligopolios, los medios deshonestos copartícipes de todos aquellos delitos y beneficiarios también de ellos, a través de sus corifeos incondicionales, vulneran con sus opiniones públicas, la estructura que ha logrado remover la ignominiosa deshonestidad pública, baldón en la Historia de México.

Los grupos reaccionarios han estructurado un permanente frente de ataque; una jauría desatada contra toda actividad y nueva ley gubernamental que obligue la pérdida del modelo de gobierno y participaciónes deshonestas que los enriqueció.

Un modelo del que les es imposible reconocer… que nunca regresará; pues ya México y los mexicanos no somos los mismos; los fraudes electorales, y los políticos configurados con afeites de telenovela, no engañarán con facilidad al México moderno; el pueblo sabe leer entre las líneas maquilladas de empresas mediáticas sin solvencia moral, y periodistas ambiciosos que en busca de una tajada de pastel, están dispuestos a vender su dignidad y su patria para favorecer patrones deshonestos que vivieron e intentan seguir viviendo en el fraude informativo, o en la omisión informativa, o bien en la desinformación mediática tendenciosa. Es una andanada que apoyan con vehemencia los articulistas prianistas, que perdieron su hegemonía política o su estatus; ante la evidente y probada descomposición de sus partidos y líderes políticos, los que están involucrados actualmente en delitos contra el pueblo y la constitución. En su desesperación los grandes empresarios de la comunicación –por lo menos un buen número de ellos- determinaron unidos, generar una corriente desestabilizadora y subversiva contra el gobierno actual, al ver sus fantásticos ingresos disminuidos; las nuevas estrategias demandan: 1) El no reconocimiento de los aciertos y evidencias de los mega-peculados anteriores. 2) Magnificar los aspectos inconvenientes de los cambios que se generen para desvirtuar los avances. 3) Incrementar los articulistas afines; y de ser posible eliminar la opinión pro AMLO, vulnerando así el pluralismo democrático de la expresión pública. Y 4) Buscar que coincidan en sus espacios de opinión y análisis, la de los comunicadores solidarios a sus propósitos, para dar imagen de coincidencia en el consenso social. Es una andanada inmisericorde, injustificada, amañada y de gran identificación con las magras conciencias de sus promotores. Sin embargo, el cambio está en proceso.



Hay en contra de Obrador,

una conjura mediática;

se le está volviendo “ciática”,

al gobierno del señor.

Resulta asombroso observar que entre más peculados y corrupción de instituciones gubernamentales y privadas, descubre la administración de López Obrador –increíblemente multimillonarias- que involucran de manera ostensible, hasta las más altas estructuras de gobiernos pasados, los ataques mediáticos en su contra se viralizan y multiplican; y absurdamente lejos de que los medios tradicionales de comunicación privados, ponderen y respalden la difícil y ardua lucha contra los oligopolios, los medios deshonestos copartícipes de todos aquellos delitos y beneficiarios también de ellos, a través de sus corifeos incondicionales, vulneran con sus opiniones públicas, la estructura que ha logrado remover la ignominiosa deshonestidad pública, baldón en la Historia de México.

Los grupos reaccionarios han estructurado un permanente frente de ataque; una jauría desatada contra toda actividad y nueva ley gubernamental que obligue la pérdida del modelo de gobierno y participaciónes deshonestas que los enriqueció.

Un modelo del que les es imposible reconocer… que nunca regresará; pues ya México y los mexicanos no somos los mismos; los fraudes electorales, y los políticos configurados con afeites de telenovela, no engañarán con facilidad al México moderno; el pueblo sabe leer entre las líneas maquilladas de empresas mediáticas sin solvencia moral, y periodistas ambiciosos que en busca de una tajada de pastel, están dispuestos a vender su dignidad y su patria para favorecer patrones deshonestos que vivieron e intentan seguir viviendo en el fraude informativo, o en la omisión informativa, o bien en la desinformación mediática tendenciosa. Es una andanada que apoyan con vehemencia los articulistas prianistas, que perdieron su hegemonía política o su estatus; ante la evidente y probada descomposición de sus partidos y líderes políticos, los que están involucrados actualmente en delitos contra el pueblo y la constitución. En su desesperación los grandes empresarios de la comunicación –por lo menos un buen número de ellos- determinaron unidos, generar una corriente desestabilizadora y subversiva contra el gobierno actual, al ver sus fantásticos ingresos disminuidos; las nuevas estrategias demandan: 1) El no reconocimiento de los aciertos y evidencias de los mega-peculados anteriores. 2) Magnificar los aspectos inconvenientes de los cambios que se generen para desvirtuar los avances. 3) Incrementar los articulistas afines; y de ser posible eliminar la opinión pro AMLO, vulnerando así el pluralismo democrático de la expresión pública. Y 4) Buscar que coincidan en sus espacios de opinión y análisis, la de los comunicadores solidarios a sus propósitos, para dar imagen de coincidencia en el consenso social. Es una andanada inmisericorde, injustificada, amañada y de gran identificación con las magras conciencias de sus promotores. Sin embargo, el cambio está en proceso.