/ viernes 16 de agosto de 2019

UNA ESTUPIDEZ SIN FIN

“Un mundo sin fin” 1 es una novela escrita por Ken Follett, que constituye la segunda parte de la monumental “Los pilares de la Tierra2; ambas, con una diferencia de doscientos años, describen la vida cotidiana en la Inglaterra de aquella época, a partir de una historia compleja llena de amor, odio, venganza y reivindicación.

Pues bien, no quiero abordar ese asunto el día de hoy; sólo que me pareció útil, “pertinente”, diríamos, reflexionar sobre aquellas cosas que parecen no tener fin, entre otras, la estupidez de ese clan que, bajo las siglas de Morena, nos desgobierna.

No vamos a hablar del CEV (Crecimiento Económico Virtual) que ensalza como un logro el crecimiento de un 0.1% (cuando cinco años antes, AMLO había dicho, con todas sus letras, que un crecimiento económico del 0.8% era nada)3 ni de la brutal pérdida de empleo (42.3% menos que en enero-julio de 2018)4, no tiene caso; ya se sabe que los chairos en el poder, como Gabino Barrera, no entienden razones, no, de lo que deseo hablar aquí hoy es de la doble moral, de la moral imbécil, de la que hacen alarde.

Resulta que el gobierno de la Ciudad de México ha incurrido en la desfachatez de acusar a las mujeres que marcharon contra la violencia de género de “provocadoras”5. Sí señor, tal como se lee, aunque parezca un despropósito, ese partido -cuyo líder indiscutido (ahora flamante señor presidente) hizo del escándalo su principal bandera y del argüende su primordial insumo- hace de cualquier mirada de reojo un cuasinsulto; y del disentir, cualquier disentir, una provocación.

Los hechos son simples: decenas de mujeres marcharon este lunes para exigir justicia por los casos de violación en los que se ha señalado a policías como los presuntos responsables; además de darle un bañito de diamantina color rosa al fiscal capitalino. En respuesta, en conferencia de prensa, la jefe de Gobierno, Claudia Sheinbaum, calificó esas protestas como un “acto de provocación” e informó que se abrirán carpetas de investigación contra quienes resulten responsables de los daños en los edificios de la SSC y la PGJ-CDMX.5

¡Tómala! Frente a la atrocidad de homicidios y violaciones masivos, la respuesta inmediata, fulminante, son la descalificación y la amenaza: “acto de provocación” y “carpetas de investigación”. ¿No era más fácil que estas advertencias se dirigieran a los auténticos culpables?, ¿esos monstruos que amparados en al poder de una placa vejan y abusan de jóvenes indefensas? ¿No era más sencillo un gesto de solidaridad elemental que ese despropósito de acusar y amedrentar? ¿No resultaba más lógico, más natural, más humano, emprender de inmediato una cacería en contra de los perpetradores de esos horribles crímenes? Al parecer, no.

De nueva cuenta, AMLO y la gentuza que lo rodea lo volvieron a hacer: poner la carreta delante de los bueyes. Para ese hipócrita, en un caso crucial para la vida pública, como es impedir y frenar los abusos de autoridad (en uno de sus aspectos más siniestros y lamentables), es más fácil soslayar y proteger al canalla uniformado sometido a sus órdenes; en resumen, su respuesta fue, refiriéndose al supuesto respeto a la división de poderes: no es un asunto nuestro, “tampoco soy Poncio Pilatos”6.

Si no fuera asquerosa, tanta impudicia sería digna de lástima.

Contácteme a través de mi correo electrónico o sígame en los medios que gentilmente me publican, en Facebook o también en mi blog: http://unareflexionpersonal.wordpress.com/


Luis Villegas Montes

luvimo6608@gmail.com, luvimo6614@hotmail.com

“Un mundo sin fin” 1 es una novela escrita por Ken Follett, que constituye la segunda parte de la monumental “Los pilares de la Tierra2; ambas, con una diferencia de doscientos años, describen la vida cotidiana en la Inglaterra de aquella época, a partir de una historia compleja llena de amor, odio, venganza y reivindicación.

Pues bien, no quiero abordar ese asunto el día de hoy; sólo que me pareció útil, “pertinente”, diríamos, reflexionar sobre aquellas cosas que parecen no tener fin, entre otras, la estupidez de ese clan que, bajo las siglas de Morena, nos desgobierna.

No vamos a hablar del CEV (Crecimiento Económico Virtual) que ensalza como un logro el crecimiento de un 0.1% (cuando cinco años antes, AMLO había dicho, con todas sus letras, que un crecimiento económico del 0.8% era nada)3 ni de la brutal pérdida de empleo (42.3% menos que en enero-julio de 2018)4, no tiene caso; ya se sabe que los chairos en el poder, como Gabino Barrera, no entienden razones, no, de lo que deseo hablar aquí hoy es de la doble moral, de la moral imbécil, de la que hacen alarde.

Resulta que el gobierno de la Ciudad de México ha incurrido en la desfachatez de acusar a las mujeres que marcharon contra la violencia de género de “provocadoras”5. Sí señor, tal como se lee, aunque parezca un despropósito, ese partido -cuyo líder indiscutido (ahora flamante señor presidente) hizo del escándalo su principal bandera y del argüende su primordial insumo- hace de cualquier mirada de reojo un cuasinsulto; y del disentir, cualquier disentir, una provocación.

Los hechos son simples: decenas de mujeres marcharon este lunes para exigir justicia por los casos de violación en los que se ha señalado a policías como los presuntos responsables; además de darle un bañito de diamantina color rosa al fiscal capitalino. En respuesta, en conferencia de prensa, la jefe de Gobierno, Claudia Sheinbaum, calificó esas protestas como un “acto de provocación” e informó que se abrirán carpetas de investigación contra quienes resulten responsables de los daños en los edificios de la SSC y la PGJ-CDMX.5

¡Tómala! Frente a la atrocidad de homicidios y violaciones masivos, la respuesta inmediata, fulminante, son la descalificación y la amenaza: “acto de provocación” y “carpetas de investigación”. ¿No era más fácil que estas advertencias se dirigieran a los auténticos culpables?, ¿esos monstruos que amparados en al poder de una placa vejan y abusan de jóvenes indefensas? ¿No era más sencillo un gesto de solidaridad elemental que ese despropósito de acusar y amedrentar? ¿No resultaba más lógico, más natural, más humano, emprender de inmediato una cacería en contra de los perpetradores de esos horribles crímenes? Al parecer, no.

De nueva cuenta, AMLO y la gentuza que lo rodea lo volvieron a hacer: poner la carreta delante de los bueyes. Para ese hipócrita, en un caso crucial para la vida pública, como es impedir y frenar los abusos de autoridad (en uno de sus aspectos más siniestros y lamentables), es más fácil soslayar y proteger al canalla uniformado sometido a sus órdenes; en resumen, su respuesta fue, refiriéndose al supuesto respeto a la división de poderes: no es un asunto nuestro, “tampoco soy Poncio Pilatos”6.

Si no fuera asquerosa, tanta impudicia sería digna de lástima.

Contácteme a través de mi correo electrónico o sígame en los medios que gentilmente me publican, en Facebook o también en mi blog: http://unareflexionpersonal.wordpress.com/


Luis Villegas Montes

luvimo6608@gmail.com, luvimo6614@hotmail.com