/ martes 22 de diciembre de 2020

Una Navidad diferente

A unos días de la celebración familiar más importante del año, sabemos que ésta será muy diferente. Para estas fechas, ya deberíamos estar con la costumbre de las visitas a los familiares cercanos, las reuniones de familiares y amigos, los grandes preparativos, pues las familias o estarían por llegar de otras partes del país, del mundo o estarían ya preparando la gran cena, donde abuelos, papás, hermanos, hijos y nietos conviven alrededor de un árbol de Navidad lleno de luces, arreglos y regalos. Un día donde cada integrante de la familia va llegando con la pareja, hijos y nietos. Uno a uno se van juntando en algún lugar de la casa, normalmente, de los abuelos. Los niños corren y preguntan que ¿a qué horas se abren los regalos? Viene una rica cena elaborada entre todos, cada uno con un platillo diferente, hasta llegar al postre. Mientras tanto las pláticas, anécdotas, chistes, pero sobre todo recuerdos de la infancia, de las vagancias, de los cumpleaños, de algún artículo quebrado por correr o por andar jugando a las escondidas. A lo largo de la mesa se cruzan los platillos para que cada uno sirva las porciones. En algunos hogares se acostumbra que los padres o los hermanos dicen unas palabras sobre la fortuna de estar juntos, sobre la dicha de tener a los padres o sobre los logros y retos del año, siempre integrando a la familia y a sus miembros. Son momentos en donde la unión familiar que han inculcado los padres se manifiesta y se olvidan los reclamos, las diferencias o las situaciones de cada uno. Es una reunión para todos y con todos. Después, viene un intercambio de regalos, al mismo tiempo de los tamales, ponche, galletas, pastel, en fin. Siguen las pláticas con algún baile, canciones o música con todos divirtiéndose, y al final, cada uno sale de la reunión con regalos a descansar un rato, porque al día siguiente se regresa al famoso “recalentado”, o los tamales para continuar con las pláticas donde los familiares se actualizan de las actividades, logros o problemas de cada miembro de la familia.

Bien, todo esto, este año, será diferente. Este año no hay, ni habrá visitas previas, ni reuniones en casa de los abuelos o los papás, ni reuniones con los amigos o celebraciones de los compañeros de trabajo. Este año cada familia en cada casa celebrará por separado. Este año debemos cuidarnos todos y cuidar a los demás. Las pláticas y anécdotas intentaremos hacerlas por videoconferencia o llamada telefónica. Este año no habrá besos y abrazos del calor familiar, pero habrá muchas videollamadas tratando de saludar y felicitar a todos los seres queridos. Este año veremos en una pantalla a los sobrinos, nietos, padres, hermanos, etc. correr y gritar en sus casas, y con un gran agradecimiento de tenerlos entre nosotros. Este año debemos de ser fuertes para cuidar a los demás. Este año es de no exponer, con la perspectiva de poder verlos el año entrante.

Recomendaciones que les puedo dar para que las felicitaciones se sientan más por videoconferencia (aunque sabemos que nunca será igual que la presencia real de los seres queridos). Cuando hablen con los familiares vean directamente a la cámara, traten de utilizar expresiones en su rostro y en sus manos, y que la voz salga del corazón con la emoción de la época, de la celebración. Conserven la alegría y actitud positiva, sean fuertes y transmitan la alegría a los demás. Les deseo, de todo corazón, una ¡feliz Navidad! Será diferente, pero con la misma emoción de tener cerca a la familia.

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua.

A unos días de la celebración familiar más importante del año, sabemos que ésta será muy diferente. Para estas fechas, ya deberíamos estar con la costumbre de las visitas a los familiares cercanos, las reuniones de familiares y amigos, los grandes preparativos, pues las familias o estarían por llegar de otras partes del país, del mundo o estarían ya preparando la gran cena, donde abuelos, papás, hermanos, hijos y nietos conviven alrededor de un árbol de Navidad lleno de luces, arreglos y regalos. Un día donde cada integrante de la familia va llegando con la pareja, hijos y nietos. Uno a uno se van juntando en algún lugar de la casa, normalmente, de los abuelos. Los niños corren y preguntan que ¿a qué horas se abren los regalos? Viene una rica cena elaborada entre todos, cada uno con un platillo diferente, hasta llegar al postre. Mientras tanto las pláticas, anécdotas, chistes, pero sobre todo recuerdos de la infancia, de las vagancias, de los cumpleaños, de algún artículo quebrado por correr o por andar jugando a las escondidas. A lo largo de la mesa se cruzan los platillos para que cada uno sirva las porciones. En algunos hogares se acostumbra que los padres o los hermanos dicen unas palabras sobre la fortuna de estar juntos, sobre la dicha de tener a los padres o sobre los logros y retos del año, siempre integrando a la familia y a sus miembros. Son momentos en donde la unión familiar que han inculcado los padres se manifiesta y se olvidan los reclamos, las diferencias o las situaciones de cada uno. Es una reunión para todos y con todos. Después, viene un intercambio de regalos, al mismo tiempo de los tamales, ponche, galletas, pastel, en fin. Siguen las pláticas con algún baile, canciones o música con todos divirtiéndose, y al final, cada uno sale de la reunión con regalos a descansar un rato, porque al día siguiente se regresa al famoso “recalentado”, o los tamales para continuar con las pláticas donde los familiares se actualizan de las actividades, logros o problemas de cada miembro de la familia.

Bien, todo esto, este año, será diferente. Este año no hay, ni habrá visitas previas, ni reuniones en casa de los abuelos o los papás, ni reuniones con los amigos o celebraciones de los compañeros de trabajo. Este año cada familia en cada casa celebrará por separado. Este año debemos cuidarnos todos y cuidar a los demás. Las pláticas y anécdotas intentaremos hacerlas por videoconferencia o llamada telefónica. Este año no habrá besos y abrazos del calor familiar, pero habrá muchas videollamadas tratando de saludar y felicitar a todos los seres queridos. Este año veremos en una pantalla a los sobrinos, nietos, padres, hermanos, etc. correr y gritar en sus casas, y con un gran agradecimiento de tenerlos entre nosotros. Este año debemos de ser fuertes para cuidar a los demás. Este año es de no exponer, con la perspectiva de poder verlos el año entrante.

Recomendaciones que les puedo dar para que las felicitaciones se sientan más por videoconferencia (aunque sabemos que nunca será igual que la presencia real de los seres queridos). Cuando hablen con los familiares vean directamente a la cámara, traten de utilizar expresiones en su rostro y en sus manos, y que la voz salga del corazón con la emoción de la época, de la celebración. Conserven la alegría y actitud positiva, sean fuertes y transmitan la alegría a los demás. Les deseo, de todo corazón, una ¡feliz Navidad! Será diferente, pero con la misma emoción de tener cerca a la familia.

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua.

ÚLTIMASCOLUMNAS
martes 18 de mayo de 2021

El poder de los sin poder

Antonio Gutiérrez Martínez

martes 11 de mayo de 2021

Tecnología y digitalización

Antonio Gutiérrez Martínez

martes 04 de mayo de 2021

Elecciones, razón vs emoción

Antonio Gutiérrez Martínez

martes 27 de abril de 2021

Nenis: microempresarias en la era digital

Antonio Gutiérrez Martínez

martes 20 de abril de 2021

Aprendiendo a vivir con la pandemia

Antonio Gutiérrez Martínez

martes 13 de abril de 2021

Startups y corporativos, una sociedad virtuosa

Antonio Gutiérrez Martínez

martes 06 de abril de 2021

Funcionarios “disque” anticorrupción

Antonio Gutiérrez Martínez

martes 30 de marzo de 2021

“Gaslighting”, base de la manipulación

Antonio Gutiérrez Martínez

martes 23 de marzo de 2021

Pequeñas inversiones, grandes impactos

Antonio Gutiérrez Martínez

martes 16 de marzo de 2021

El modelo económico “dona”

Antonio Gutiérrez Martínez

Cargar Más