/ martes 3 de mayo de 2022

Una sentencia histórica

Cuando decidí denunciar al diputado federal Mario Mata lo hice sabiendo que dicha denuncia y la posterior sentencia sería histórica. Así fue, pues es la primera vez en el estado de Chihuahua que se sancionan conductas constitutivas de violencia política de género contra las mujeres y además, se dictan medidas reparatorias y sanciones firmes.

Las agresiones del diputado se suscitaron cuando escribí -en uso de mi libertad de expresión- una relatoría de hechos para esta casa editorial, sobre cómo siendo alcalde de Delicias operó a favor de una planta cervecera que gasta tres litros de agua por cada litro de cerveza que se produce. En el mismo artículo, con afán constructivo y de debate, describí los acuerdos internacionales firmados y ratificados por México, que dan explicación al complejo fenómeno que regula el agua para México y Estados Unidos dentro de la relación de amistad e interdependencia que tenemos.


Al verse intelectual y políticamente superado, el diputado no tuvo otra respuesta que los insultos, agresiones y descalificaciones a mi encargo como senadora. Al pretender despojarme de mis facultades e invisibilizar mi trabajo, Mata incurrió en fuertes actos de violencia política de género. Así lo han determinado el Tribunal Estatal Electoral de Chihuahua y la sala regional de Guadalajara del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Su arrebato de ira irracional digno de alguien sin control emocional generó que me llamara “iletrada y casi analfabeta” con falta de “luz y brillo propio” y que mi “IQ no daba para más”, entre otros.

Ante estas denostaciones que todos los días sufrimos las mujeres, decidí alzar la voz y denunciar ante el Instituto Nacional Electoral por todas aquellas chihuahuenses que de alguna forma u otra hemos sufrido las distintas violencias por parte de hombres que pretenden invalidarnos, silenciarnos y agredirnos por el simple hecho de ser mujeres. En los peores casos, llevando la misoginia a tal grado del feminicidio.

Tras haber recibido la denuncia, el INE la turnó al Instituto Estatal Electoral del estado de Chihuahua, que en el Día Internacional de la Mujer emitió una histórica sentencia por la que declara las conductas de Mata como constitutivas de violencia política de género. Por ello, la Presidencia de la Cámara de Diputados deberá aplicar las sanciones correspondientes, registrarlo en el padrón nacional de agresores y Mata emitir una disculpa pública.


Pero como la soberbia es característica del diputado, en lugar de aceptar su error y buscar la reconciliación y emitir un necesario perdón a todas las mujeres, decidió impugnar la decisión. Por ello, la sala regional de Guadalajara tuvo que enmendarle la plana y refrendar la sentencia de nuestro órgano electoral local.


En Chihuahua no debe haber más Marios Mata o Chumeles Torres, porque los chihuahuenses somos gente de trabajo, respetuosos y respetuosas ante la diferencia y que sabemos alcanzar acuerdos por el bien de nuestro estado. Deseo de corazón que esta sentencia sirva como lección para todos los violentadores e inspiración para todas las violentadas. El reclamo popular de justicia e igualdad necesita de perspectiva de género para atender la violencia contra las mujeres como un problema central que afronta Chihuhuahua.


El Dip. Mata, después de que se ratificó que me violentó, dijo que “se reserva su derecho de acudir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. Desde este artículo yo le respondo: Adelante. No se reserve ni limite la oportunidad de que una instancia internacional le reafirme su machismo.


Mata no sólo pasará a la historia como un político hipócrita que dice defender el agua de nuestro estado, pero que operó de acuerdo con diversos medios de comunicación y como alcalde, una planta cervecera que tiene un gasto total de 5 millones de hectolitros al año. También pasará a la historia como un diputado que dice condenar la violencia contra la mujer y ser feminista, pero que es el primer sentenciado en materia de violencia política de género en Chihuahua. Ese estigma será parte de su vida hasta el último de los días.


Cuando decidí denunciar al diputado federal Mario Mata lo hice sabiendo que dicha denuncia y la posterior sentencia sería histórica. Así fue, pues es la primera vez en el estado de Chihuahua que se sancionan conductas constitutivas de violencia política de género contra las mujeres y además, se dictan medidas reparatorias y sanciones firmes.

Las agresiones del diputado se suscitaron cuando escribí -en uso de mi libertad de expresión- una relatoría de hechos para esta casa editorial, sobre cómo siendo alcalde de Delicias operó a favor de una planta cervecera que gasta tres litros de agua por cada litro de cerveza que se produce. En el mismo artículo, con afán constructivo y de debate, describí los acuerdos internacionales firmados y ratificados por México, que dan explicación al complejo fenómeno que regula el agua para México y Estados Unidos dentro de la relación de amistad e interdependencia que tenemos.


Al verse intelectual y políticamente superado, el diputado no tuvo otra respuesta que los insultos, agresiones y descalificaciones a mi encargo como senadora. Al pretender despojarme de mis facultades e invisibilizar mi trabajo, Mata incurrió en fuertes actos de violencia política de género. Así lo han determinado el Tribunal Estatal Electoral de Chihuahua y la sala regional de Guadalajara del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Su arrebato de ira irracional digno de alguien sin control emocional generó que me llamara “iletrada y casi analfabeta” con falta de “luz y brillo propio” y que mi “IQ no daba para más”, entre otros.

Ante estas denostaciones que todos los días sufrimos las mujeres, decidí alzar la voz y denunciar ante el Instituto Nacional Electoral por todas aquellas chihuahuenses que de alguna forma u otra hemos sufrido las distintas violencias por parte de hombres que pretenden invalidarnos, silenciarnos y agredirnos por el simple hecho de ser mujeres. En los peores casos, llevando la misoginia a tal grado del feminicidio.

Tras haber recibido la denuncia, el INE la turnó al Instituto Estatal Electoral del estado de Chihuahua, que en el Día Internacional de la Mujer emitió una histórica sentencia por la que declara las conductas de Mata como constitutivas de violencia política de género. Por ello, la Presidencia de la Cámara de Diputados deberá aplicar las sanciones correspondientes, registrarlo en el padrón nacional de agresores y Mata emitir una disculpa pública.


Pero como la soberbia es característica del diputado, en lugar de aceptar su error y buscar la reconciliación y emitir un necesario perdón a todas las mujeres, decidió impugnar la decisión. Por ello, la sala regional de Guadalajara tuvo que enmendarle la plana y refrendar la sentencia de nuestro órgano electoral local.


En Chihuahua no debe haber más Marios Mata o Chumeles Torres, porque los chihuahuenses somos gente de trabajo, respetuosos y respetuosas ante la diferencia y que sabemos alcanzar acuerdos por el bien de nuestro estado. Deseo de corazón que esta sentencia sirva como lección para todos los violentadores e inspiración para todas las violentadas. El reclamo popular de justicia e igualdad necesita de perspectiva de género para atender la violencia contra las mujeres como un problema central que afronta Chihuhuahua.


El Dip. Mata, después de que se ratificó que me violentó, dijo que “se reserva su derecho de acudir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. Desde este artículo yo le respondo: Adelante. No se reserve ni limite la oportunidad de que una instancia internacional le reafirme su machismo.


Mata no sólo pasará a la historia como un político hipócrita que dice defender el agua de nuestro estado, pero que operó de acuerdo con diversos medios de comunicación y como alcalde, una planta cervecera que tiene un gasto total de 5 millones de hectolitros al año. También pasará a la historia como un diputado que dice condenar la violencia contra la mujer y ser feminista, pero que es el primer sentenciado en materia de violencia política de género en Chihuahua. Ese estigma será parte de su vida hasta el último de los días.