/ martes 22 de enero de 2019

Una tragedia anunciada

“El que juega con fuego, se quema”, es una frase atribuida a un mensaje bíblico pero que el refranero popular se ha encargado de hacerla parte de su vida diaria como una forma de alertar sobre los riesgos que representa el ejecutar acciones que pueden llevar a un desenlace inesperado.

Es verdaderamente lamentable lo sucedido en el estado de Hidalgo ante la tragedia que vivieron los pobladores cercanos a Tlahuelilpan, donde cientos de ellos, en un afán de apropiarse de combustible del ducto de Tuxpan-Tula vivieron momentos de terror y angustia al incendiarse el área donde se estaba llevando a cabo la acción de sustracción ilegal del combustible. Pudiera decirse que es el resultado de un suceso anunciado porque ya se había alertado sobre el peligro que representa este tipo de acciones.

Las investigaciones respecto al caso determinarán la responsabilidad de quienes, acostumbrados al “huachicoleo”, llevaban a cabo estas perforaciones ilegales con el riesgo de que sucediera una catástrofe como la que sucedió la noche del viernes pasado, donde a la fecha se contabilizan más de ochenta personas fallecidas e igual número de lesionados en el incidente.

Y es que ante la impunidad y complicidad de gobernantes y funcionarios, el robo de combustible era una práctica común, conocida como “huachicoleo”, ya que clandestinamente perforaban los ductos de Pemex sustrayendo el producto o desaparecían pipas enteras cargadas de combustible. Según datos oficiales, tan sólo el año pasado, hubo pérdidas por 70 mil millones de pesos.

Recordando que Chihuahua es uno de los estados con más deuda del país, que asciende a cerca de los 50 mil millones de pesos resultado de años de malas administraciones incluyendo la actual, tan sólo con lo que se robaron el año pasado de combustibles podría pagarse toda la deuda y aún quedarían 20 mil millones de pesos. De ese tamaño es el daño ocasionado a nuestro país.

A nadie le alegra lo que pasó en Hidalgo, al contrario, es una verdadera tragedia, y es tiempo de que los ciudadanos empecemos a cultivar el amor por nuestro país, empecemos a confiar que sí se puede hacer un cambio verdadero y empecemos a actuar con más responsabilidad procurando siempre el bien común sin dejar de señalar lo que debe ser erradicado de nuestras costumbres. La corrupción y la impunidad son dos grandes males que padecemos y es tiempo de comenzar un proceso de sanación que nos lleve a dejar un país mejor para las futuras generaciones. Es tarea de todos.

Correo: vicmedina@hotmail.com

“El que juega con fuego, se quema”, es una frase atribuida a un mensaje bíblico pero que el refranero popular se ha encargado de hacerla parte de su vida diaria como una forma de alertar sobre los riesgos que representa el ejecutar acciones que pueden llevar a un desenlace inesperado.

Es verdaderamente lamentable lo sucedido en el estado de Hidalgo ante la tragedia que vivieron los pobladores cercanos a Tlahuelilpan, donde cientos de ellos, en un afán de apropiarse de combustible del ducto de Tuxpan-Tula vivieron momentos de terror y angustia al incendiarse el área donde se estaba llevando a cabo la acción de sustracción ilegal del combustible. Pudiera decirse que es el resultado de un suceso anunciado porque ya se había alertado sobre el peligro que representa este tipo de acciones.

Las investigaciones respecto al caso determinarán la responsabilidad de quienes, acostumbrados al “huachicoleo”, llevaban a cabo estas perforaciones ilegales con el riesgo de que sucediera una catástrofe como la que sucedió la noche del viernes pasado, donde a la fecha se contabilizan más de ochenta personas fallecidas e igual número de lesionados en el incidente.

Y es que ante la impunidad y complicidad de gobernantes y funcionarios, el robo de combustible era una práctica común, conocida como “huachicoleo”, ya que clandestinamente perforaban los ductos de Pemex sustrayendo el producto o desaparecían pipas enteras cargadas de combustible. Según datos oficiales, tan sólo el año pasado, hubo pérdidas por 70 mil millones de pesos.

Recordando que Chihuahua es uno de los estados con más deuda del país, que asciende a cerca de los 50 mil millones de pesos resultado de años de malas administraciones incluyendo la actual, tan sólo con lo que se robaron el año pasado de combustibles podría pagarse toda la deuda y aún quedarían 20 mil millones de pesos. De ese tamaño es el daño ocasionado a nuestro país.

A nadie le alegra lo que pasó en Hidalgo, al contrario, es una verdadera tragedia, y es tiempo de que los ciudadanos empecemos a cultivar el amor por nuestro país, empecemos a confiar que sí se puede hacer un cambio verdadero y empecemos a actuar con más responsabilidad procurando siempre el bien común sin dejar de señalar lo que debe ser erradicado de nuestras costumbres. La corrupción y la impunidad son dos grandes males que padecemos y es tiempo de comenzar un proceso de sanación que nos lleve a dejar un país mejor para las futuras generaciones. Es tarea de todos.

Correo: vicmedina@hotmail.com