/ lunes 14 de diciembre de 2020

Una visión de futuro sin vivir en el pasado

“Antes todo era corrupción, ¿a poco apoyas eso?”, “nos dejaron un cochinero”, “antes no exigías, ¿por qué ahora sí?”, son algunas de las frases acuñadas y atesoradas por nuestro honorable presidente, que evidencia una visión hacia el futuro viviendo en el pasado, de forma resentida y revanchista.

No es para nada alentador que el primer mandatario tenga una capacidad de acción tan pobre y poco propositiva que sólo le permite estar justificándose continuamente sin capacidad de acción en el presente.

Entonces, con una postura como esa ¿qué nos espera para el futuro? pues ¡ya son dos años señores!, es momento de que la principal cabeza en México se haga responsable de sus actos y los de las personas que le ayudan a ejercer un gobierno autoritario, inflexible e impositivo.

En una apreciación personal, pero que también comparto con muchos de quienes integramos la Coparmex Chihuahua, todos queremos ver el tan anunciado cambio de la 4T, pero un cambio que implique desarrollo, la disminución de la pobreza, la generación de oportunidades para que las familias puedan superarse, la mejora de la educación, de los servicios de salud, servicios públicos y mejores oportunidades de trabajo con mejores salarios.

Ya son dos años de estar viendo de forma reiterada un nuevo régimen basado en un claro rumbo de regreso al pasado, al autoritarismo (un poder absoluto), que no da cabida a la sana división de poderes; es por ello que me cuestiono: ¿¡Dónde está esa bendita división de poderes!? ¿¡En realidad queremos regresar a los setenta u ochenta!?

En ese lapso, hemos visto también a un presidente que en lugar de unir a los mexicanos trabaja con toda la malicia del mundo para dividirnos (obviamente para vencer). Esto es: pobres vs ricos, el sur vs el norte, chairos vs fifís… Si queremos división debería de ser entre los que trabajamos por un mejor Chihuahua y México mejor, y los que no lo hacen, porque es ahí en donde se nota el interés de cada uno de nosotros.

Vemos el ataque constante del gobierno federal a la libertad de expresión y formulación de nuevas ideas, en contra de quienes no congenian con sus formas o pensamientos, utilizando una desacreditación inmediata sin sustento, utilizando toda la fuerza del estado para esbozar campañas de protección a la imagen del presidente.


Por otra parte, la eliminación de fideicomisos y programas, con la intención de concentrar una suma multimillonaria que será utilizada, no tengo duda, para prácticas clientelares a gran escala. Estrategia electoral que veremos accionar en 2021 con dividendos jugosos para Morena y la 4T.


Aunado a ello, una mala asignación de los recursos a los estados y los municipios. Es aquí en donde observamos que, en lugar de atajar la crisis de salud y del empleo que estamos viviendo, AMLO sigue aferrado a sus proyectos faraónicos (2 Bocas, Tren Maya y Santa Lucía).

Asimismo, sigue alimentando a dos grandes elefantes blancos que no tienen llenadera, barriles sin fondo, me refiero a los monstruos que laceran a nuestra economía, Pemex y la CFE, en vez de impulsar la competencia y prever algunos impuestos necesarios para propiciar los recursos que requiere la Nación.

Tenemos, pues, graves problemas, y a todas luces la corrupción continúa en el gobierno de México.

Para cerrar este editorial, sólo quiero hacer énfasis en que México requiere que entre todos podamos generar riqueza y grandes oportunidades, pues los nuevos tiempos nos dejaron claro que no hay nada estable, que la economía se va a lo positivo y en un segundo cae a números rojos.

Evitemos pues engrosar la pobreza, mejor hagamos lo necesario para generar igualdad, progreso y empatía; seamos solidarios los unos con nosotros, como lo estamos demostrando desde el sector empresarial durante esta pandemia; solos no, juntos hacia adelante…


“Antes todo era corrupción, ¿a poco apoyas eso?”, “nos dejaron un cochinero”, “antes no exigías, ¿por qué ahora sí?”, son algunas de las frases acuñadas y atesoradas por nuestro honorable presidente, que evidencia una visión hacia el futuro viviendo en el pasado, de forma resentida y revanchista.

No es para nada alentador que el primer mandatario tenga una capacidad de acción tan pobre y poco propositiva que sólo le permite estar justificándose continuamente sin capacidad de acción en el presente.

Entonces, con una postura como esa ¿qué nos espera para el futuro? pues ¡ya son dos años señores!, es momento de que la principal cabeza en México se haga responsable de sus actos y los de las personas que le ayudan a ejercer un gobierno autoritario, inflexible e impositivo.

En una apreciación personal, pero que también comparto con muchos de quienes integramos la Coparmex Chihuahua, todos queremos ver el tan anunciado cambio de la 4T, pero un cambio que implique desarrollo, la disminución de la pobreza, la generación de oportunidades para que las familias puedan superarse, la mejora de la educación, de los servicios de salud, servicios públicos y mejores oportunidades de trabajo con mejores salarios.

Ya son dos años de estar viendo de forma reiterada un nuevo régimen basado en un claro rumbo de regreso al pasado, al autoritarismo (un poder absoluto), que no da cabida a la sana división de poderes; es por ello que me cuestiono: ¿¡Dónde está esa bendita división de poderes!? ¿¡En realidad queremos regresar a los setenta u ochenta!?

En ese lapso, hemos visto también a un presidente que en lugar de unir a los mexicanos trabaja con toda la malicia del mundo para dividirnos (obviamente para vencer). Esto es: pobres vs ricos, el sur vs el norte, chairos vs fifís… Si queremos división debería de ser entre los que trabajamos por un mejor Chihuahua y México mejor, y los que no lo hacen, porque es ahí en donde se nota el interés de cada uno de nosotros.

Vemos el ataque constante del gobierno federal a la libertad de expresión y formulación de nuevas ideas, en contra de quienes no congenian con sus formas o pensamientos, utilizando una desacreditación inmediata sin sustento, utilizando toda la fuerza del estado para esbozar campañas de protección a la imagen del presidente.


Por otra parte, la eliminación de fideicomisos y programas, con la intención de concentrar una suma multimillonaria que será utilizada, no tengo duda, para prácticas clientelares a gran escala. Estrategia electoral que veremos accionar en 2021 con dividendos jugosos para Morena y la 4T.


Aunado a ello, una mala asignación de los recursos a los estados y los municipios. Es aquí en donde observamos que, en lugar de atajar la crisis de salud y del empleo que estamos viviendo, AMLO sigue aferrado a sus proyectos faraónicos (2 Bocas, Tren Maya y Santa Lucía).

Asimismo, sigue alimentando a dos grandes elefantes blancos que no tienen llenadera, barriles sin fondo, me refiero a los monstruos que laceran a nuestra economía, Pemex y la CFE, en vez de impulsar la competencia y prever algunos impuestos necesarios para propiciar los recursos que requiere la Nación.

Tenemos, pues, graves problemas, y a todas luces la corrupción continúa en el gobierno de México.

Para cerrar este editorial, sólo quiero hacer énfasis en que México requiere que entre todos podamos generar riqueza y grandes oportunidades, pues los nuevos tiempos nos dejaron claro que no hay nada estable, que la economía se va a lo positivo y en un segundo cae a números rojos.

Evitemos pues engrosar la pobreza, mejor hagamos lo necesario para generar igualdad, progreso y empatía; seamos solidarios los unos con nosotros, como lo estamos demostrando desde el sector empresarial durante esta pandemia; solos no, juntos hacia adelante…