/ jueves 5 de agosto de 2021

#UnRetoMas 

Por: Jesús Valenciano

Planificando el futuro-Agenda 2030

Las definiciones de lo que es e implica el desarrollo sostenible han sido muchas. En 1987, por ejemplo, en el informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, se le definió como “Desarrollo que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras…”.

Al día de hoy la definición no es diferente, pero sí lo es la necesidad de ponerle cada vez más atención al término, sobre todo cuando éste tiene que ver con el crecimiento de nuestras ciudades.

Iniciando el milenio, especialistas comenzaron a mostrar cada vez mayor preocupación por el hecho de que el modelo económico global era notoriamente desigual.

En 2013 y 2014, nuestro país formó parte de las negociaciones del Grupo de Trabajo Abierto de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). A partir de esto, en 2015 se generó un informe que contribuyó a la construcción de la Agenda 2030, un documento con 17 objetivos y 169 metas, enfocadas en las tres dimensiones de desarrollo: social, económico y ambiental.

Los 193 países miembros de las Naciones Unidas adoptaron dicha agenda, comprometidos a abordarla en sus diferentes escalas territoriales, desde lo nacional, hasta lo local. Como lo dijo Ban Ki-moon, secretario general de la organización en ese entonces, “…para resolver los problemas actuales se requiere de una respuesta integrada e interconectada… con una responsabilidad democrática a todos los niveles”.

Hoy, cuando las ciudades son actores clave para alcanzar los ODS, pues más de la mitad de la población mundial vive en ellas, la Agenda para el Desarrollo Sostenible es una herramienta sumamente importante para los gobiernos locales, sirviendo como una guía para la adecuada elaboración de Planes Municipales de Desarrollo. Esta estrategia nos da la oportunidad de dejar atrás las vías tradicionales para enfocarnos en un desarrollo más inclusivo, ambientalmente sostenible y económicamente exitoso.

Todas las ciudades aspiran a incrementar la prosperidad, promover la inclusión social y la sostenibilidad ambiental. Pero cuando estos objetivos están alineados con los marcos existentes de planeación y políticas públicas municipales, pueden fungir como la ruta para realmente lograr un desarrollo urbano más equilibrado.

El primer paso marcado por esta guía es generar conciencia sobre los ODS del ámbito local, involucrando a la sociedad para que, en conjunto con liderazgo político, se lleguen a acuerdos en común. Y esto es precisamente lo que vamos a hacer.

Como decía Alan Kay: “La mejor forma de predecir el futuro es construirlo”. Es hora de enfocarnos en generar buenos planes para el crecimiento verdaderamente sostenible de nuestras ciudades, es hora de que comencemos a construir el futuro.

Por: Jesús Valenciano

Planificando el futuro-Agenda 2030

Las definiciones de lo que es e implica el desarrollo sostenible han sido muchas. En 1987, por ejemplo, en el informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, se le definió como “Desarrollo que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras…”.

Al día de hoy la definición no es diferente, pero sí lo es la necesidad de ponerle cada vez más atención al término, sobre todo cuando éste tiene que ver con el crecimiento de nuestras ciudades.

Iniciando el milenio, especialistas comenzaron a mostrar cada vez mayor preocupación por el hecho de que el modelo económico global era notoriamente desigual.

En 2013 y 2014, nuestro país formó parte de las negociaciones del Grupo de Trabajo Abierto de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). A partir de esto, en 2015 se generó un informe que contribuyó a la construcción de la Agenda 2030, un documento con 17 objetivos y 169 metas, enfocadas en las tres dimensiones de desarrollo: social, económico y ambiental.

Los 193 países miembros de las Naciones Unidas adoptaron dicha agenda, comprometidos a abordarla en sus diferentes escalas territoriales, desde lo nacional, hasta lo local. Como lo dijo Ban Ki-moon, secretario general de la organización en ese entonces, “…para resolver los problemas actuales se requiere de una respuesta integrada e interconectada… con una responsabilidad democrática a todos los niveles”.

Hoy, cuando las ciudades son actores clave para alcanzar los ODS, pues más de la mitad de la población mundial vive en ellas, la Agenda para el Desarrollo Sostenible es una herramienta sumamente importante para los gobiernos locales, sirviendo como una guía para la adecuada elaboración de Planes Municipales de Desarrollo. Esta estrategia nos da la oportunidad de dejar atrás las vías tradicionales para enfocarnos en un desarrollo más inclusivo, ambientalmente sostenible y económicamente exitoso.

Todas las ciudades aspiran a incrementar la prosperidad, promover la inclusión social y la sostenibilidad ambiental. Pero cuando estos objetivos están alineados con los marcos existentes de planeación y políticas públicas municipales, pueden fungir como la ruta para realmente lograr un desarrollo urbano más equilibrado.

El primer paso marcado por esta guía es generar conciencia sobre los ODS del ámbito local, involucrando a la sociedad para que, en conjunto con liderazgo político, se lleguen a acuerdos en común. Y esto es precisamente lo que vamos a hacer.

Como decía Alan Kay: “La mejor forma de predecir el futuro es construirlo”. Es hora de enfocarnos en generar buenos planes para el crecimiento verdaderamente sostenible de nuestras ciudades, es hora de que comencemos a construir el futuro.