/ jueves 29 de abril de 2021

#UnRetoMas | La crisis post-covid

Sin duda, el tema del momento es la recuperación post-Covid. Y aunque efectivamente debemos enfocarnos en recuperar aspectos como el dinamismo económico de nuestras ciudades lo más pronto posible, en gran medida las estrategias se centran en resolver lo que la pandemia nos ha dejado a corto plazo o inmediato y no necesariamente los posibles escenarios que se presentarán a la larga.

Desde antes de la pandemia ya existían diversos programas, tanto gubernamentales como intra-empresariales, que se enfocan en el impacto que la buena salud, específicamente de las personas que forman parte de la población laboralmente activa, tiene sobre la economía.

En un documento de la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el trabajo, se detalla que “Uno de los objetivos de los gobiernos y de sus instancias reguladoras es mejorar la salud… con objeto de reducir el coste que representan para la sociedad las enfermedades, al mismo tiempo que se mejoran la competitividad y la productividad nacional”.

Si bien pareciera que, en cuanto avance la vacunación, estaremos más cerca de regresar a la “normalidad”, es necesario empezar a identificar posibles repercusiones post-pandemia a largo plazo; más al ver la correlación que existe entre salud y economía.

Precisamente, un estudio por la Investigadora española Sonia Villapol destaca su preocupación sobre los daños, sobretodo neurológicos, que el coronavirus puede generar en el organismo a largo plazo; argumentando que “…las enfermedades neurodegenerativas tras sufrir covid es un hecho demostrado…” dada “la acumulación de inflamación crónica que nunca se limpia del sistema”, tal como pasa con exjugadores de futbol americano.

Su estudio enumera más de 50 efectos a largo plazo, después de “recuperarte”. Entre los neurológicos el más importante es la fatiga crónica, que afecta hasta 60% de las personas. Otros son dolor de cabeza, trastornos de atención o pérdida de memoria y acelerar la demencia o alzhéimer. Además de las repercusiones psicológicas que se tendrán que atender, también a largo plazo, como estrés postraumático, ansiedad, depresión y violencia.

En el aspecto económico, todo esto deriva en menor productividad.

Si bien como menciona “…no deja de ser un problema de salud pública”, al momento en el que se ven afectados niveles productivos, las estrategias debieran abordarse con ambos enfoques (económico y de salud).

Considerando que entre 10% y 30% de infectados tienen secuelas (COV-IRT, 2021). Desde ambos sectores se debiera impulsar una especie de intervención post-pandemia. Con posibles acciones como la creación de “Unidades Post-Covid en hospitales.

El modelo para abordar cualquier crisis es: preparación, respuesta y recuperación. Con este hallazgo en particular, la recuperación deberá involucrar estrategias que consideren la salud pública y desarrollo económico a la par pues, a fin de cuentas, son los dos grandes temas post-covid.

Sin duda, el tema del momento es la recuperación post-Covid. Y aunque efectivamente debemos enfocarnos en recuperar aspectos como el dinamismo económico de nuestras ciudades lo más pronto posible, en gran medida las estrategias se centran en resolver lo que la pandemia nos ha dejado a corto plazo o inmediato y no necesariamente los posibles escenarios que se presentarán a la larga.

Desde antes de la pandemia ya existían diversos programas, tanto gubernamentales como intra-empresariales, que se enfocan en el impacto que la buena salud, específicamente de las personas que forman parte de la población laboralmente activa, tiene sobre la economía.

En un documento de la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el trabajo, se detalla que “Uno de los objetivos de los gobiernos y de sus instancias reguladoras es mejorar la salud… con objeto de reducir el coste que representan para la sociedad las enfermedades, al mismo tiempo que se mejoran la competitividad y la productividad nacional”.

Si bien pareciera que, en cuanto avance la vacunación, estaremos más cerca de regresar a la “normalidad”, es necesario empezar a identificar posibles repercusiones post-pandemia a largo plazo; más al ver la correlación que existe entre salud y economía.

Precisamente, un estudio por la Investigadora española Sonia Villapol destaca su preocupación sobre los daños, sobretodo neurológicos, que el coronavirus puede generar en el organismo a largo plazo; argumentando que “…las enfermedades neurodegenerativas tras sufrir covid es un hecho demostrado…” dada “la acumulación de inflamación crónica que nunca se limpia del sistema”, tal como pasa con exjugadores de futbol americano.

Su estudio enumera más de 50 efectos a largo plazo, después de “recuperarte”. Entre los neurológicos el más importante es la fatiga crónica, que afecta hasta 60% de las personas. Otros son dolor de cabeza, trastornos de atención o pérdida de memoria y acelerar la demencia o alzhéimer. Además de las repercusiones psicológicas que se tendrán que atender, también a largo plazo, como estrés postraumático, ansiedad, depresión y violencia.

En el aspecto económico, todo esto deriva en menor productividad.

Si bien como menciona “…no deja de ser un problema de salud pública”, al momento en el que se ven afectados niveles productivos, las estrategias debieran abordarse con ambos enfoques (económico y de salud).

Considerando que entre 10% y 30% de infectados tienen secuelas (COV-IRT, 2021). Desde ambos sectores se debiera impulsar una especie de intervención post-pandemia. Con posibles acciones como la creación de “Unidades Post-Covid en hospitales.

El modelo para abordar cualquier crisis es: preparación, respuesta y recuperación. Con este hallazgo en particular, la recuperación deberá involucrar estrategias que consideren la salud pública y desarrollo económico a la par pues, a fin de cuentas, son los dos grandes temas post-covid.